Alegría Ahora

46. Hay hambre ahora

16-05-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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Una de esas decisiones es que el día viernes sería el día destinado para repartir los alimentos que hubiera. Pero hay días… Momentos duros donde no hay asambleas ni voces comunitarias.


46. Hay hambre ahora

Cada martes una historia en torno a la Escuela de Amor Pólítico Alegría Ahora, escrita hace siete años por una de sus imprescindibles. Lamentablemente podría haber sido publicada hoy. 

46. Hay hambre ahora.

Mónica Lungo, jueves 13 de octubre de 2016.

No siempre hay alegría, hay hambre ahora…

Hoy el hambre me interpeló ferozmente cuando una de las estudiantes me dijo: “Seño, tenemos hambre en mi casa. ¿Me da una leche por favor?”

En el intento de hacer una escuela comunitaria, muchas de las decisiones las tomamos en asambleas junto a lxs estudiantes. Son momentos de grandes aprendizajes.

Una de esas decisiones es que el día viernes sería el día destinado para repartir los alimentos que hubiera. Pero hay días… Momentos duros donde existe el hambre y todo lo demás desaparece. No hay asambleas ni voces comunitarias. Hay una adolescente que me dice con los ojos llenos de lágrimas y con una dignidad que me interpela: “Tengo hambre Moni.”

Por supuesto que buscamos juntas qué alimentos llevar a su casa.

Ayer justamente hablábamos de ella en nuestra reunión de equipo. Está muy violenta, muy enojada. Está pidiendo a gritos más ayuda y protección. “¿Hace mucho que no le das un abrazo? Ella se tranquiliza con tus abrazos.” Dijo uno de mis compañeros.

Amo especialmente a esta nena. Sí, quizás sea una de mis debilidades. Cómo no: tremenda inteligencia, potente dignidad y una risa que enamora…

Mi flaquita. Sabe pelear, sabe defenderse. Es valiente. Es generosa. Es dulce. Es linda. Tiene HAMBRE.

Siempre nos abrazamos, la lleno de besos y le digo cuánto la amo, cuánto la pienso para que nada feo le pase…

Ella sabe que la amo. Hoy no necesitaba un abrazo. Hoy necesitaba comida porque tiene hambre.

No pude ni quise decir no.

Me pesa, porque a veces no respeto decisiones que se toman en grupo y después hay problemas. Disculpas compas, pero hablamos de algo muy serio.

Hay que buscar una manera para que nuestros estudiantes y sus familias no pasen hambre.

Como siempre, vamos a transformar un dolor en construcción bonita. Vamos a pedirles abrazos, esos abrazos de fuego que siempre nos dan. Esta vez, ese abrazo tiene que convertirse en alimentos.

Porque “nacemos para brillar, no para morir de hambre.”