Alegría Ahora

39. Qué vieja culiada (tiene razón)

28-03-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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Cada semana una historia de amor político rescatada, desde la Escuela de Bella Vista, contra todos los males de este mundo.


39. Qué vieja culiada (tiene razón)

Un recorrido por Alegría Ahora devuelve infinitas experiencias, tramadas por el desafío de seguir entre gestos innumerables de desaliento. 

Cuando la falta de voluntad para poner el cuerpo a proyectos que nos mejoren se imponga, acá una posibilidad de encontrar impulso.

39. Qué vieja culiada (tiene razón). 

Mónica Lungo, domingo 15 de marzo de 2020.

7 años. Es hija de una estudiante que es una referente de la escuela en el barrio.

Llegó embarazada de ella. Ha crecido en la escuela. Es salvaje, no soporta la mentira. Es la más inteligente. Ama los gatos. Hace un año que no duerme de noche, porque “cuida” a su mamá. Y aunque hemos logrado un poco de seguridad, no logra dormir. Cambió el día por la noche. Odia ir a la escuela y sin saber casi nada pasó a segundo grado.

Tuvimos que hacerle un regalo super especial para que empezara con un poquito de ganas la escuela. Lo mismo que cualquier niñe que empieza las clases. Mochila nueva con cuaderno y cartuchera completa, guardapolvo de su talle… Le forré el cuaderno, le dibujé su nombre en medio de un corazón y le expliqué seriamente que sí o sí tiene que ir a la escuela. Que por ahí la maestra de este año es piola. Que ella tiene un lugar y que la esperan. Que tiene que ir a una escuela con estudiantes de su edad. Que le ponga onda y no insulte.

En la segunda semana de clases, la directora la recibió así:
“Hola mamá, esperá mama, andá a peinarla a tu casa y traela presentable…”

La mamá la miró con fuego pero no la insultó, fueron a la casa, la peinó, le dijo a su hija que no llorara, que no le diera bola, la dejó en la escuela y llego llorando a la nuestra…

Odié la humanidad en ese momento… Cuánto desprecio. Cuánta contradicción. Yo creo que alguien así, o aprende Educación Humanista o se retira de una escuela. Directora… Ojalá fuera una excepción. Pero no lo es.

¿Qué pasa por la cabeza de una docente para hablar con ese desprecio a una niñita? ¿Cómo puede defenderse en ese momento una mamá que está intentando que su hija no abandone la escuela?

Si una niña con derechos humanos garantizados decidiera no ir a clases y se plantara, iría a terapia, tendría una psicopedagoga. Y está muy bien, el tema es que esa posibilidad no la tiene alguien que apenas come.

Por eso cada estudiante que llega a una escuela marginal es un milagro, un tesoro. ¿Por qué lastimarla así?

“Vos sabés que ella odia peinarse, pero estaba peinada, el cabello suelto, lindo porque hoy se dejó peinar. Llegué a casa y me largué a llorar porque no teníamos colitas… Rompí una remera y le hice un moño y la mandé. Nos humilla a propósito la gila.»

Cuando mi Chucky me lo cuenta, enfrento sus ojos:

“¿No sabe que después se ríen de mi? Me hizo pasar vergüenza. ¿Cierto que es una vieja culiada, seño?”

Tiene razón.

«No puede tratarte así, ya vamos a hablar con ella, es que no sabe tratar con personas…» Ensayé varias respuestas para dar una explicación humanista a un acto de crueldad. Sigo enfrentando sus ojos. Y no, no puedo. Tiene razón.

La abrazo, intentando borrar cualquier dolor.

Tiene razón.

«Sí, es una vieja culiada.»

Disculpen, no encontré mucha poesía para escribir hoy.

La poesía es ella.