Alegría Ahora

33. Una melodía chiquita

7-02-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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De las clases de música y canto que Guadalupe Gómez lleva adelante los viernes en la Escuela de Amor Político nace la historia que rescatamos este martes. Gracias por leer.


33. Una melodía chiquita

Aprender a respirar juntas, mirándose, como gesto inicial de comunión. Por ahí anda la historia de esta semana en torno a Alegría Ahora

Sigue abierta la posibilidad de conseguir la Agenda Libro 2023, de manera directa en El Espejo Libros (Deán Funes 163, local 4) o desde el Formulario disponible para recibirla en distintos puntos de la provincia y el país. 

33. Una melodía chiquita

Guadalupe Gómez, sábado 7 de mayo de 2022.

Él lo limpió de todos modos, y cuando el semáforo se puso en verde, sonrió mirando hacia adentro de la camioneta.

Hizo con los dedos el gesto redondo de la moneda y se acercó un poco. Desde adentro la cabeza no se movió y la camioneta azul metálica arrancó quebrando el aire del mediodía con la prepotencia de su trompa reluciente.

Yo, que fui testigo de la escena, venía con las sensaciones de la mañana en la Escuela frescas en mí. Y había sido una linda mañana. Una mañana chispera, como decimos con Moni. Les había propuesto alzar los brazos para respirar y cantar una melodía simple, para sentir la vibración del sonido. Y al principio el Coro era un destartale total. Cada unx levantaba los brazos y respiraba, y cantaba a su ritmo, ni hablar de escuchar el piano, o seguir algo parecido a la melodía.

Entonces les propuse que respiráramos juntxs. ¿Cómo? Mirándonos. Y entonces los rostros duros se fueron ablandando. Las respiraciones se fueron sincronizando y la melodía nació de todas las bocas. Una melodía chiquita, pero tan vibrante y precisa…

Muchxs alumnxs de Alegría Ahora han trabajado o trabajan de limpiavidrios. Es un trabajo duro, a la intemperie. Se ganan monedas. Y el hambre es acuciante. Y la violencia gana terreno de manera brutal…

Todos los viernes compruebo que este tejido social tan herido se empieza a curar de una sola manera: comunitariamente.

Aprendiendo a mirarnos, para respirar y poder cantar las canciones hermosas que las estrellas, alguna vez, nos enseñaron.