Furioso Pétalo de Sol

Baltasar Comotto se presentó en Córdoba

6-02-2023 / Crónicas
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El pasado jueves el guitarrista y cantante compartió los temas de su cuarto disco solista “Empezó la cacería”, en lo que fue una hora y media a puro rock y virtuosismo.


Baltasar Comotto se presentó en Córdoba

Texto y Fotos: Juan José Coronell.

Siempre que alguien pasa frente a Pétalos de Sol no entiende cómo ese reducto icónico del rock en Córdoba se transforma cuando cae la noche. Menos cuando en un jueves a eso de las 22 horas se baja esa rampa que en realidad sirve para subir las pulsaciones. Algo así como en un viaje de sonido, se sumerge quien entra a este lugar, que amagó con cerrar por la pandemia, pero que siempre se abre como un pétalo (al) sol. Y vaya si se abrió el pasado 2 de febrero. Lo hizo de manera furiosa gracias a la actuación de Baltasar Comotto, quien llegó junto a Macabre (Martín Ariel González), en bajo y secuencias y a Juan Pablo Alfieri en batería, para darle sentido al mote de “power trío”.

La presa esa está servida.

El público lo esperaba ansioso pero tranquilo, casi como disfrutando el minuto a minuto. Erick, uno de los presentes, contaba cómo había sido partícipe de algunos beneficios que el lugar les da a quienes siempre estuvieron ahí. Y como sigue estándolo, cuando traen semejantes fechas: “Había organizado un asado, pero me bajé cuando me enteré de que venía Baltasar”. La verdad es que la fecha ameritaba eso y mucho más: el banquete era más prometedor. Ver tocar (porque no sólo se trata de escuchar a Comotto) es un beneficio de los grandes. Y más si lo acompañan Juan Pablo y Macabre, quienes desde el comienzo del repertorio -con la canción que da nombre al disco, «Empezó la cacería»-, demostraron estar en sintonía.

De ese modo la noche se fue dando entre riffs (más cortos que en temas de registros anteriores, ya que el autor quiso que fuesen más conceptuales a las canciones y sus letras), los sintetizadores de Macabre (qué genial ese tipo) como en «Físicamente», y la potencia de Alfieri en la batería (qué bien ese tipo), como en toda la velada. “Hagamos un tratado de calma” cantó el guitarrista en el primer tema de ese disco que nació en pleno cautiverio, para que este mundo que cambia no nos avasalle, para que no seamos presas que estén servidas y que reaccionemos con el poder de la música. Las letras de Comotto tienen un trasfondo, al igual que sus acordes…

Un sismo de ilusión es lo que das.

El repertorio continuó con lo nuevo «Kiev», «Blues», «En el río», «Temblando» (para que seamos presas, pero mirándonos a los ojos), «Hipnotic» y «A lo mejor», para dejarse llevar con alguien que es hipnótico, que bien podría auto adjudicarse la frase “Hecho fuego a mi cuerpo sintoniza el momento”, porque fue lo que parecía en ese instante. Con un sonido espectacular, cuidado y admirable, Comotto es un detallista tanto en sus músicas como en sus versiones de «Cementerio Club» de Luis Alberto Spinetta o «Sucio y desprolijo» de Pappo.

En todo momento el show fue “un sismo de ilusión”, gracias a que en el bajo estaba Macabre (quien es músico, DJ, productor y director de su propio sello digital; ex Catupecu Machu y un generador de ambiente de la hostia) y gracias a que en la batería estaba uno de los miembros de Todo aparenta normal, a quien Baltasar en varias oportunidades halagó como “Un tornado arrasó a mi ciudad”, sin que supiéramos que «Mejor no hablar de ciertas cosas» era la canción homenaje a Sumo que harían o que después de la versión que hicieron de «A la carga mi rocanrol», de La Renga, lograran que a esa altura ya ni La Cañada se quedase quieta. Todas superficies que, para ese momento, ya ratificaban “nuestro espacio en la cumbre”…

Y en la cumbre nos dejó (nos dejaron) después de que el guitarrista del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado hicieran una tremendísima versión de «Ropa Sucia» (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota) en medio de una ovación que no terminaba, de aplausos que se continuaban y para dar paso a «No te creo», como en un llamado a la solidaridad y al pensamiento en un año electoral, “para votar a conciencia, porque de eso dependen los próximos cuatro años y no creerle a ningún ‘ladri’ que miente”. Pero, sobre todo, para que todos los votos de confianza fueran para él (quien cumple y dignifica), que nunca te va a dejar tirado en cuanto a calidad y sonido.

Porque lo que le da al público es más de lo que le da al estudio, y como dijo alguna vez, tocar en vivo genera una adrenalina que no tiene ninguna otra actividad, podríamos ponerle a ese vértigo un nombre y apellido: Baltasar Comotto.