» ¡Toch graba en vivo! redaccion 351

Por una «fan».

Hace una semana

-¡Hola loca! ¿Tenés ganas de escribirte algo sobre los recitales de los Toch de este fin de semana?

-¿Me creés si te digo que estaba esperando que me lo propongas?

-Sí que te creo. Listo, es el momento. Van a grabar en vivo. Sos la indicada.

-¿Y qué puedo poner? Me va a salir la fan de adentro. ¿Vos preferirías algo formal?

-¿A vos te parece que yo tengo autoridad moral? Escribí como se te cante.

-¿Bueno pero cómo tendría que arrancar por ejemplo?

-¡Como el Torino de tu viejo! ¡En segunda y en bajada! ¡Cuando agarre envión le soltás despacio el embrague! jajajajaja

-No me estás ayudando.

-Mirá. Cuando te sientes, abarajá lo primero que se te aparezca y escribilo. Mal, desprolijo, no importa. Escribilo. Es más fácil encontrar un comienzo que te guste cambiando algo que ya escribiste que buscando la combinación perfecta de palabras con la pantalla en blanco. Bah, qué se yo… Sos libre.

Hace tres horas.

-Care taiarine con poio, tengo la nota.

-¡Hola! ¡Mortal Kombat! ¡Pasameeee!

-Ahí fue. No sé… Me salió la fan mal… La escribí en plural, onda para no sentirme tan sola jaja.

-¡Ta perfecto! Ahí me llegó. A ver…

Invitación

«Quienes venimos siguiendo a los Toch desde que escuchamos «Pore Waso» en algún mp3 compartido, sabemos cómo nos pegan los recitales de este fin de semana en El Vecindario. Recordamos la tarde en que escuchamos por primera vez el disco azul. Tenemos que confesar que pasó un tiempo hasta que le agarramos la mano al ritmo de «Ciudades». Más que la mano, los pies. Había que escucharla en vivo para aprobar «Contracumbia 1». No habrá faltado alguna tía que pregunte quiénes son esos que cantan «Uíííííí Uí Uó Uó Uóóóóó»… Le costó a la tía decir que le gustó «Pirar». ¡Hasta que lo dijo! Grossa la tía.

«Catcho Farías» pasó de disco malentendido de Bob Marley a autoapodo de quien programaba el escenario de La Fábrica, donde tocaron bastante mucho, con amigos como La Pata de la Tuerta, Rodrigo Carazo y un montón de gente más. Todos así, «Como flotando», amontonándonos en «Ves bien» para seguir la melodía de una canción con un coro de «oÓÓÓÓooÓÓÓ», porque las bandas y músicos que multiplican seguidores siempre tienen una canción que amontona una O detrás de la otra. Si los Abuelos tenían «Himno de mi corazón» y Soda Stéreo tenía «Persiana americana» y Las Pelotas tienen «Sin hilo» y Los Redondos «Preso en mi ciudad» por decir una de tantas y Charly «No voy en tren» y Fito «La ciudad de los pibes sin calma» y Calamaro «Los Chicos», los Toch tienen «Ves bien». Cualquier diferencia de proporción o escala correrá por cuenta del lector, que todavía no escuchó cantar «…Y vuelve a gritar tu nombre su alteza la melodía…», porque todavía piensa que los «Sonidos de las ciudades» siempre vienen de otras ciudades, que la música tiene aún direcciones porfiadas de torcer, que una canción no puede «Andar como anda», así, sin rumbo, o yendo de acá para allá, tanto como de allá para acá.

Hay una fibra marca «Voz de león» que se desacomoda en cada recital, que va de boca en boca y desparrama emociones, seguidores nuevos que al revés de «Cosas se han ido», vemos venir. Quienes estamos desde hace rato, estamos viviendo ese amontonamiento progresivo.

Esas «Miles» de cosas, unas «3000 y pico», vuelven siempre. Reviven en versos como «El Gordo entró a un edificio y dijo qué olor a campo», o como en cualquier estrofa de «Naranja Lima», o en las nueve cumbias desnucadas que se fueron a La Serranita, se pusieron la mallita, chapotearon en el agüita y pescaron una mojarrita.

Ciudades

No hace un año de la presentación de «Amor Continental» y «Cóndor» ya suena como un clásico; muchos ya cantamos «Dónde ha de terminar» de punta a punta. Ya sabemos que primero es «Cómo ha de terminar» y después «Dónde ha te terminar». Ya tenemos metida en el alma la línea de bajo que pasa por debajo del bandoneón, antes de las dos primeras tandas de 19 veces en que se repite la palabra «Vuele». 18 y media, para sacar bien la cuenta, porque la undécima dice sólo «Vue…»

No tuvimos que escuchar «Te fuiste sin saludar» o «Pido que vuelvas» más de dos o tres veces para dejarlas fijas en el celular. Ni hablar de «Famatina» o de «Niña Rasta». Después, como todos los discos recontra escuchados, disfrutamos del resto. De Ellena -que ya no es Ellena ni Martín, sino «El gordo»- cantando «Punto ciego», o «El colectivo»; de «La Nebulosa», una belleza que se mandó por las venas donde paseaban aburridas las viejas canciones de los Los Pixies, como dice un amigo, el «Chompi». «Y no me quiero ir» dice en singular lo que venimos escribiendo en plural, casi como «Buscando un corazón», un almita que haya vivido alegrías similares en todo este tiempo.

Antes de un viaje a España para visitar viejos amigos, a esta altura familiares, y después de una gira por Chile y de presentaciones en Buenos Aires, los recitales del viernes 31 de julio y sábado 1 de agosto en Córdoba serán bien especiales, porque se grabarán para un nuevo trabajo. Habrá que esperar la edición, para seguir siguiendo. Allá vamos.»