Una Historia

Julián Venegas y Lucas Heredia presentan «Puentes invisibles»

23-10-2014 / Agenda, Reseñas
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Este sábado 25 de octubre a las 21.30 horas en la Sala de las Américas, dos cantautores queridos presentan un disco de canciones propias en versión acústica. Invitación en formato charla.


Julián Venegas y Lucas Heredia presentan «Puentes invisibles»

Por | redaccion351@gmail.com

Villa María. Octubre de 2014. Tardecita.

-¡Por fin lo encuentro! ¡Cómo le va Don Poncio!

-Bien mijo, ando con el ciático de asamblea pero ganó Alumni así que dolorido pero contento…

-¿Está tomando algo para el ciático?

-Un Cynar mijo. Con pomelo hace bien…

-¿Le parece? Don Poncio, mire, Usted quería que le trajera música nueva, ¿se acuerda?

-Ah qué bien… Pero no se hubiera molestado querido…

-Pero por favor,  no es molestia. Usted sabe que anduve pensando mucho. Vio que uno anda siempre traficando con estas cosas. Bueno mire, le traje uno que elegí de entre muchos, le voy a decir por qué.

-¿A ver?

-Anduve viendo y escuchando varios de los últimos que salieron. Usted me había comentado que le gustaría saber qué música se hace ahora o algo así ¿no? Bueno, anduve descartando. Algunos porque son bastante rebuscados a lo mejor… A mí me encantan qué quiere que le diga, pero bueno… Ahora que se lo digo me estoy dando cuenta de que le tendría que haber traído cuatro o cinco. Pero le traje este que no es ni muy rebuscado ni tampoco tiene canciones que Usted podría llegar a conocer, porque créame que se están haciendo cosas muy lindas con cosas así, viejas digamos… Seguro las conoce. Discúlpeme, siempre le quise preguntar ¿cuántos años tiene Don Poncio?

-¡Ah pero es una máquina de prejuzgar Usted! Oiga, por el bastón y los tiradores habrá pensado que me quedé en el tiempo. Ch Ch, No señor. A ver, ya me está agarrando la impaciencia. ¿Qué me trajo?

-Esto mire…

-A ver…  A la marosca. ¿Qué dice acá?

Lucas Heredia. Y acá Julián Venegas. Y acá “Puentes invisibles”. Así se llama el disco. Yo se lo traje porque es lindo tenerlo. Se puede descargar de Internet también. Hoy se usa mucho eso.

-“Puentes invisibles”… ¿Qué habrán querido significar?

-No sé… Muchas cosas a lo mejor. Los puentes unen… Deben haber querido jugar con esa imagen capaz…

-Oiga no me converse… ¿Usted los conoce?

-Más o menos… A Lucas lo sigo más porque es de Córdoba donde yo vivo. El otro es de Rosario, le escuché los discos. Porque los dos tienen dos discos publicados por su cuenta. Muy lindos la verdad. Pero le traje este así matamos dos pájaros de un tiro.

-¡Como Serrat y Sabina!

-¡Claro!  Bueno esto es otra cosa.

-¿Por?

-Bah… qué se yo, digo… Estos son menos conocidos. Hacen otro tipo de canciones… Son igualmente hermosas, pero vio cómo es el prestigio, la fama…

-No, no vi. Igual, mire, déjemelo y vaya nomás que me va a contagiar todos los prejuicios…

-¡Bueno, no se enoje Don Poncio! Bueno espero que le guste…

-Che qué linda la tapa ¿no? Le da un clima como de lucha.

-Puede ser sí. Lo dibujó la compañera de Lucas. Verónica Mammana se llama.

-¿Será pariente de los Mammana de Villa Nueva?

-Ni idea…

-Bueno, véngalo a buscar mañana. Lo voy a poner ahora, espero que me ande el coso. El otro día saltaba todo.

-¡No Don Poncio! ¡Es un regalo!

 

Al otro día.

-¡Don Poncio!

-Hola mijo, ¿en qué anda? ¿Sigue en Villa María?

-Sí, me voy mañana. ¿Lo puedo llamar en cinco minutos?

-No, cuando se desocupe, si no tiene nada que hacer lléguese. ¡Le quiero hablar del disco!

-¡Lo escucho contento! Meta, a la tarde paso.

 

Al rato…

-¡¡¡Don Poncioooo!!!

-¡Estoy en el fondo! ¡Pase!

-¿Qué anda haciendo? Permiso…

-Pase pase, acá estoy.

-Pero… ¿Qué es esto? ¡Por dios!

-Aaaahhh, ¿cómo le quedó la peluca?

-¿Todo esto es suyo Don Poncio?

-¡Claro mijo! Siéntese… Pere que corro estas cajas… Ahí tá. Venga, acabo de cambiar la yerba.

-¡Don Poncio me quiero quedar a vivir acá!

-Ningún problema, consiga una pastilla de chiquitolina sino va a andar medio apretado.

-¿Y cómo llega allá arriba? Por favor… ¿Usted leyó y escuchó todo esto?

-Ni remotamente. Más de la mitad de todo lo que ve era de mi señora. Espero que mi hijo sepa qué hacer con todo esto cuando me llamen los pinos. ¡Bueno pero no me desconcentre! Anduve escuchando el disco.

-¡Qué le pareció! ¿Ta lindo no?

-Mire le voy a decir una cosa. Sí. Es muy lindo…

-Bueno, me alegro… ¿Y esa cara?

-No… Qué le quería decir… Mire, a mí siempre me gustó saber el por qué de los nombres que la gente le pone a las cosas. Por ejemplo, aparte de Pilatos y de mí, usted conoce algún otro Poncio?

-Nnno… Está el Doctor Poncio pero ese es de apellido Poncio.

-Claro, no busque más. Está Pilatos y después vengo yo. Yo soy Poncio por Pilatos. Vea, mi padre era lo más ateo que usted se pueda imaginar. Era mecánico, todo el día en el taller, engrasado hasta las orejas. Tenía el almanaque con las chicas malas y todo. Cuando se lastimaba con alguna herramienta, invitaba a pelear a dios y a todos los santos. Después de putearlo, terminaba diciendo: «Qué vas a venir cagón si no existís…». Mi madre nunca pisó el taller. Todo el día en la iglesia. Si no estaba enamorada del cura de aquella época, andaba cerca. Cuando quedó embarazada de mí, hubo una pelea importante. Mi madre quería llamarme Jesús. Mi padre, de bronca, me quería poner Judas. ¿Se da cuenta? Lo que habrán sido esos meses… Al final, se lavaron las manos y me pusieron Poncio. Ni siquiera Ponciano que fue un papa. No. Poncio. Acá estoy, mucho gusto.

-Da para un cuento.

-Pero no mijo. Bueno, esto por ejemplo se llama “Puentes invisibles”. ¿Usted sabe por qué le pusieron así?

-La verdad que no. No les pregunté. Pero bueno por ahí es mejor interpretar uno, ¿no? El otro día estaba escuchando la radio y me llevé una desilusión tan grande… Había un tipo conocido que no le voy a nombrar porque sé que a Usted no le gusta. Bueno, cuestión que le preguntaron de qué hablaba una canción que yo calculo que la vengo cantando desde que estaba en la panza de mi mamá. Y resulta que nada que ver la historia de la canción con la historia que yo me había hecho. No sabe la amargura, la bronca que me dio.

-Ah sí. Lo que pasa que es una tentación muy grande preguntar esas cosas.

-En fin, no sé por qué le pusieron así. Pero bueno, lo que sí sé es que a los dos les gusta mucho Spinetta.

-Me lo imaginé.

-¿A Usted le gusta Spinetta?

-Es de lo mejor que dio este país. Vio que yo le pedí que me trajera alguna música nueva… Antes se lo pedía a mi hijo, cuando él tenía más o menos su edad. Una vez me trajo un disco que tenía unas canciones así con la guitarra. Había una zambita.

-¡»Kamikaze»!

-¡Ese! Qué belleza ¿no?  Bueno, ese día le di plata a mi hijo para que se vaya a comprar todos los discos que le faltaban. Un dineral se imagina. No como ahora que está todo en internet. Desde ese momento, hasta que mi hijo se fue a vivir a España, compramos todos los discos o más o menos. Yo tenía los de Almendra, pero mi hijo no los escuchaba. Arrancó con el Kamikaze este y de ahí fue para atrás y para adelante. El último que me acuerdo es ese que también es medio acústico. Creo que es en vivo porque hay gente que aplaude. Después se me perdió… Mi hijo se llevó casi todos los discos y bue… Me dejó un par, que andan por ahí…

-¿Usted pensó lo mismo que yo sobre el nombre del disco?

-Sí y no. Usted pensó en la Cantata de los Puentes Amarillos y en Invisible, ¿no? De ahí “Puentes Invisibles”.

-Es inevitable, pero es un buen punto de partida, no de llegada.

-Claro mijo… Mire, anoche lo escuché hasta el insomnio. Me quedé acá, me traje el mate, se me hizo tarde en serio.

-¿Y qué le parecieron las canciones?

-Estuve viendo que las canciones están intercaladas. Empieza con una de Lucas, sigue otra de Julián, y así.

-Correcto.

-Bueno, anduve pensando. Es como todas las cosas, ¿No? Se puede ver pino por pino, o se puede ver todo el bosque.

-¿Usted me está hablando del cementerio?

-No me está prestando atención… También los pinos confunden un poco. Sirven para todo al final… Esta mesita es de pino. ¿No parece no? La pinté el otro día.

-Ah mire…

-Bueno, después de escuchar el disco, como le dije, se me empezaron a aparecer parejas de pinos.

-¿Cómo es eso?

-Claro. Mire, además de que las canciones me gustaron mucho porque los dos cantan muy bien y tocan muy bien la guitarra, me puse con las letras. Porque yo le pedí música nueva un poco por la música, pero yo quería saber qué dicen los músicos en las canciones. En qué andan hoy digamos. ¿Esta gente canta otras cosas o sólo canciones de ellos?

-Cantan otras cosas. De todo la verdad. Le escuché clásicos del Cuchi y Tejada Gómez, de Spinetta, de Charly García, de autores uruguayos, santafecinos…

-Claro, uno es de Rosario… ¿Y cantan cosas de la trova rosarina ¿no?

-¡Claro!

-De ahí debe venir el tarareo. ¿Vio cómo tararean? ¿Cómo se ponen a jugar con las melodías? Eso del tarareo es muy de río.

-Es posible…

-Pero estas canciones del disco son de ellos por lo que ví… Y fíjese por ejemplo cómo empieza. La primera canción se llama “Adentro hay un jardín” y la segunda “Cántaro”. Ahí hay algo que las une. Un puente invisible justamente, o más o menos.

-¿A ver?

-La primera es puro aire. La segunda es todo agua. Hay algo ahí… La primera habla de un viento, la segunda de un aguacero. Una juega con los versos, cambia las palabras de una estrofa a la otra pero el sentido es más o menos el mismo: el amor que lleva al tipo de la canción a andar por ahí medio voladizo. En la otra Julián le habla a una mujer, le habla del vientre, habla de una vasija en el jardín, un vaso de barro… Hay alguna conexión ahí, no sé, del amor con imágenes de la naturaleza.

-Sería la primera pareja de pinos dice Usted…

– Me pareció… Fíjese, después viene otro puente. Lucas, creo que es Lucas el que canta “Onironauta”.

-Sí, también es del primer disco suyo.

-Bueno, dice cada cosa ese chico. Me gusta mucho cómo empieza la canción. Una guitarra jugando con los acústicos, la otra tocando notas así medio como que se escapan. Bueno, por ahí dice “se apaga el mundo de los reales”; “orgía neuronal”; “simulacro tridimensional”; “Libertad herética”… Mi madre se debe estar revolviendo en la tumba y mi padre debe andar gritando ¡Viva Perón!

-Le estoy adivinando el otro pino…

-Después viene “Bajos elementos”, de Venegas. Que dice “Presa de un movimiento sin control, que crece en fragilidad”. Por ahí se siente presa, por ahí cazador… La música es media desesperante. En fin, las dos canciones son medias psicológicas.

-Creo que lo sigo.

-Después vienen dos canciones para mujeres que anduvieron llorando. “Ojos con barniz», por ahí dice «…de tanto llorar…” Habla de una mirada que redondea el mar con las pestañas. Me puso triste esa canción. El tarareo, la guitarrita que se escucha en el medio. Estaba doblando la ropa ayer y se me aflojaron las piernas un poco. Bueno, después viene “Transparencia” que también tiene lágrimas, como una lluvia… También hay un mar, hay estaciones que cambian, la de los ojos con barniz tiene otoño. ¿Sabe qué me hizo acordar la de Julián? Esa de Spinetta del durazno que sangra. No sé por qué. Hay una historia de algo que cambia ¿no?

-Escúcheme una cosa. ¿Usted siempre hace esos análisis de las canciones?

-Pero mijo… ¿qué análisis hago? Es algo que está ahí en las canciones. Hay que escucharlas un poco nada más. Para eso están ¿no? Deben querer decir mil cosas… A mí se me aparecieron así…

-¿Y después? ¿Qué más apareció?

-Después cambia me parece. Va para un lado medio incómodo. Por ejemplo “Equilibrio”. Ya que estamos la escuchemos.

-A ver…

-Escuche: “Te voy a gritar tus sombras, ahí donde no quieres ver”… “Es muy débil esta tregua entre locura y razón”… “No hay formas de evitarnos”. Cambia del singular al plural… Habla de construir otra realidad, de desarmar ideas de llenar de fisuras la verdad del otro. “Soy la voz que te aturde cuando no podés pensar”…

-Bueno, Lucas tiene muchas canciones así. Tiene muchos versos que van por ahí porque alguna vez dijo que la música es su herramienta, su materia para decir sus cosas.

-¡Ah! Me gusta un poquito más entonces. Ya me parecía que venía por acá la cosa.

-Y sí Don Poncio, sabía que le iba a gustar.

-Bueno, hizo bien. Pero sigamos que ya falta poco, Después viene “Álamos de noche.” Qué bárbaro esa canción. Habla de quebrar distancias imposibles, de hojas de los álamos. ¿Por qué habrá elegido los álamos para la canción? Puede ser por alguna otra canción, pero yo calculo que por las hojas que tienen distintos colores. El revés de las hojas quiere decir algo ahí. ¿Sabe qué me pareció? ¿Vio cómo empieza? Hay una introducción, un silencio, se escucha al cantante tomar aliento…

-“Álamos de noche” tiene que ver con el nombre del segundo disco de Julián, se llama “Álamo blanco”. Se me perdió la conexión acá.

-No sé, me pareció que las dos canciones incomodan. Veníamos del amor, de los sueños, de algunas tristezas, pero éstas incomodan. ¿Se acuerda de esa canción que empieza diciendo “Muchas veces me pregunto, qué estamos haciendo acá”? Después dice que no hay que bajar la guardia, que hay que seguir, que nadie te enseña a vivir. Bueno, algo de eso hay. Es el puente que yo descubrí, saque la cuenta…

-¿Y Usted cómo conoce esa canción? Don Poncio estamos más cerca de lo que imaginaba.

-Yo le dije que Usted era un prejuicio con patas. Después viene una que sigue molestando. “Corre” se llama creo. Hay gente que debe vivir así ¿no?

-Y no sabe lo importante que se siente. Mire Don Poncio, si Usted puede hacer muchas cosas al mismo tiempo, Usted es una persona importante. Importantísima le diría. No sé para qué, pero importantísima.

-Mire, debe haber sido la relojería. Traficar con esas maquinitas diminutas requiere concentración. Después de cuarenta años, casi que no me sale caminar y silbar al mismo tiempo. ¿Vio el arroz ese que no se pasa? Anoche puse un poco para la cena y me senté a anotar unas cosas del disco. Se me pasó el arroz…

-¿Y qué anotó sobre “Mercedes”? ¿Qué relación habría con “Corre”?

-Capaz que es la más forzada del disco.

-Tengo una que le va a encantar. “Corre” salió en un EP de Lucas, Entre «Adentro hay un jardín» y «Luz de cerca», que así se llaman los dos discos que sacó, hay uno cortito, en versión digital digamos. ¿Se acuerda de esos discos de vinilo simples que venían con una canción de cada lado?

-Bueno, miré atrás suyo, en la pared. Mire ese cuadrito. Debe ser el primer simple de Almendra. El “Tema de Pototo” en el lado A y “El mundo entre las manos” en el B. Cada tanto desarmo el cuadro y doy vuelta el disco. Ahora nos mira Pototo para que el lado B también sepa cómo es la soledad.

-¡Una reliquia! Lo envidio. Bueno, en ese simple o EP, Lucas publicó dos canciones: “Corre” y “Verónica”. En Puentes Invisibles, Lucas puso “Corre”, la musa del segundo tema se encargó del arte del disco y Julián, en esta parte, puso “Mercedes”.

-¡Ah pero claro! Ese puente es mejor que el mío. Yo había anotado unas cosas muy lindas: “Porcelana piel”, “Cuerpo sábana…” Pero después habla de una sonrisa pálida, de un azul inquieto, de un cielo de incomprensión. Algo no salió bien ahí, algo no sucedió en el momento oportuno.

-Es cierto.

-Después viene “Detrás”. Hay una línea de tiempo que sigue media tironeada parece. Y después “ABC», una especie de manual que joroba un poco. Hay un barro de la necesidad que te pone a mirar en una sola dirección… En el final hay una cerca demasiado alta… Lucas habla de un muro…  Estos dos pinos parece que están haciendo fuerza por salirse del cantero que les tocó.

-La música ayuda a incomodar ahí…

-A mí me gustó todo. Oiga, yo sé que lo que le voy a decir me va a delatar un poco más.

-¡No me asuste Don Poncio!

-Las dos canciones que siguen se me fueron otra vez para el lado de Luisito Alberto.

-¡Pero Luisito Alberto tenía un montón de lados! Al final, ¡a usted le gusta más que a mí!

-No sé, pero le cuento, me gustó tanto este disco que de repente se me metió Jade en la cabeza. «Bajo Belgrano” concretamente.

-A veces las comparaciones son odiosas Don Poncio…

-Sí, pero le estoy comparando el disco que Usted me trajo con «Bajo Belgrano». Si no se pone contento yo no entiendo más nada oiga…

-A ver…

-Mire… “Un sueño inmenso” es una hermanita de esa gloria que es “Vida siempre”. Las une ese sol que, según el momento, espera o se va, por ahí, resplandece, tornasola, contraluce. Hay estrellas, hay paz, una luna inspiradora. Todo es un sueño de la vida. O la vida es sueño… ¡Calderón!

-¡Tremendo goleador!

-También sí.. Un poeta del gol…

-¿Pero y el otro tema?  ¿Dónde metemos “Ver y hacerse ver” en “Bajo Belgrano”? ¿Es posible dice Usted?

-Después de los tres balazos de «Viernes 3 am» todo es posible… La canción esta de Julián me recordó la estructura de “Resumen Porteño”. Las dos letras tienen tres personajes. Una tiene a Ricky, a Agueda, a Cacho. La otra tiene a “Ella”, que Julián sabrá cómo se llama, a Lucas, que debe ser otro Lucas, y a Fede. En tiempos diferentes, todos los personajes andan medios locos.

-Pasaron 30 años entre una letra y otra…

-Y sí… ¿Pero qué tiene? El quinteto «La trucha» tiene siglos. El otro día escuché una versión en cumbia. Qué linda gente…

-¡Nos queda «Recuerdo», la última canción! Quedó sin un pino ande rascarse…

-Es que juega de cierre, de foto del bosquecito del disco. La música es casi una mano levantada hacia una ventanilla que se aleja… Pero siempre hay un abrazo que espera.

-Don Poncio, Usted me va a tener que acompañar al recital. El otro día estuvieron acá en Villa María.

-Ni me enteré, ¿puede creer?

-Bueno, yo me estoy volviendo a Córdoba, pero el sábado a la tarde lo vengo a buscar, agarramos la autopista y chau. Se queda a dormir en casa y el domingo pegamos la vuelta. ¿Hace mucho que no va a Córdoba?

-Mucho sí. La verdad que me gustaría ir…

-Listo, yo lo invito. ¡Don Poncio! ¡Mire la hora que se hizo! Me voy. El viernes lo llamo y confirmamos.

-Eh Mijo…

-Diga Don Poncio…

-Gracias.

-No jorobe.

-Habría que llevarle algo de regalo a estos chicos…

-¡Un Cynar con pomelo!

Agendá:

Lucas Heredia y Julián Venegas presentan «Puentes Invisibles».

Sábado 25 de octubre – 21.30 horas. 

Sala de las Américas – Ciudad Universitaria. 

Entrada: $70 en Edén