FESTIVAL DE COSQUIN

Fenomenos populares al borde del Pan de Azúcar

11-02-2014 / Agenda
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Otro resumen de uno de los festivales más importantes del folclore nacional. Esto sucedió la tercer y cuarta luna, ¡a revivirlo!


Fenomenos populares al borde del Pan de Azúcar

Por Juan José Coronell (enviado especial) | redaccion@redaccion351.com
Fotos: Juan José Coronell

Ya era lunes. Peteco Carabajal ya había confiado en conferencia, que le preocupaba en cierta medida a donde se guiaban artistas como Abel Pintos, u otros que cada vez llenan más los lugares. “No sé si sienten los tema. Los agarran la industria y les exige crear un disco por año, para crear tenes que tener tu tiempo”, palabras más, palabras menos, Peteco opinaba sabiendo de lo que hablaba.

Es lunes por la noche. Las bombas se extinguen en el cielo, pero no las palabras. Si son sinceras, nunca se puede contra ellas. Hablando de la tierra, de lo que pasa. Es lo que da a entender Marcelo Simón al abrir la tercera luna. O es lo que se cree desde las butacas.

El Ballet Camín da el inicio. Ahí La Rioja tiene su segunda noche de fiesta. Antes de que suba la delegación y recuerde en parte, lo que hizo Galleguillo. Y lo que hizo Galleguillo el sábado fue estupendo. Fue fiesta, fue un adelanto de lo que se espera en febrero. Fue un show propio de un riojano.

Los bailarines del ballet – volviendo- realizan en el baile un homenaje a la Chaya. Simón comenta que viene del verbo chayar, que es mojar en quechua. Fecundar, refrescar a la madre tierra. Y allí, se vuelve a la palabra. La verdad es que el cielo espera. Falta un poco para que él comience su propia Chaya con la Pachamama.

Entonces es Mariana Carrizo, la música y la copla que ahuyenta a «la muerte como a la lluvia». Es ella y ciento veinte copleros que lo hacen. Que dan su espectáculo. Son artífices de la copla del norte o de donde se la escuche. Mujeres y hombres que nunca salieron de sus casas, para ir a Cosquín. Uno de los momentos más sinceros de este Festival.

Ángela Irene, pampeana y correcta en el escenario; Orlando Veracruz con sus 40 años en el Festival; Lázaro Caballero que daba sus primeros pasos sintiéndose lo que sería: Consagración de Cosquín; el Dúo Achalay ganador del Pre Cosquín, con un canto cuidado y cálido, fueron los previos a los números que se remarcaban en la grilla.

Canto 4, quienes habían homenajeado alguna vez a Güemes, esta vez lo hicieron con Eduardo Falú. Don Eduardo marcaría de principio a fin a este Festival, pero lo veremos más adelante a eso. Allí, los Canto llevaron todo su buen momento y su gran número de fanáticos. Poncho al hombro, el rojo, el salteño, para Tonada del viejo amor. Luego un set de sus temas con Salta Soy, La arenosa, A bailar, entre otros que encendieron a la gente.

Emiliano Zerbini, hizo méritos, cómo hace un tiempo, para no ir tan lejos en la grilla. Ni que hablar de Enrique Espinosa. Mucho más folklore que un conjunto. Por su parte, las delegaciones de La Rioja y Jujuy empezaron a vestir la noche de fiesta y carnaval. Así esperaron a Los Tekis, que molestos con el horario (4:35 de la mañana) subieron para dar nuevamente su show de luces, fuegos y folklore. A algunos les gustará más, a otros menos. Pero la gente los sigue, les regala su espera, les acepta que versionen rock, y se acuerda de que hace años fueron consagración y desde allí no pararon. Un show contundente, Un fenómeno “particular”, con mucha fiesta para pasar el frío del –casi- amanecer.

En tiempo y forma

No iban a dejar que el artista más convocante de la actualidad, se fuera enojado. Por eso Abel Pintos tuvo su noche, que fue la noche de la taquilla. Fue la noche que más vendió, pero no fue musicalmente y folclóricamente la mejor.
Guitarreros se encargó de abrir la cuarta luna. Privilegio para unos pocos, y para algunos que no sabemos cómo lo logran.

Les siguió Claudia Pirán, que siempre da un poco de sí y mucho de su voz para enaltecer los escenarios que pise. Arbolito fue una de las figuras más importantes, que siguen demostrando que el horario no es acorde a su arte. Deberían ir más temprano, que se les conozca más –opinión de quien escribe- para que los que disfrutan sean en mayor número.

Vale destacar a María Paula Godoy, que recibió ovaciones en la Peña La Salamanca con su mezcla de zambas y sambas, y fue al Atahualpa para ver si podía lograr lo mismo, cerca de las cinco de la mañana. El dúo ganador del Pre Cosquín como conjunto Instrumental Spinossi – Leveratto, demostrando que la calidad todavía existe y que la melodía es la reina de la música, o por lo menos para ellos.

Hace tanto que nos conocemos…

Abel subió a horario. Decir “a horario”, es decir en el que lo pueda pasar la televisión. Allí fue una Reevolución, que fue intercalando temas de Abel y Sueño Dorado. Y que ese sueño que comenzó allá en el ’98 justamente en Cosquín, fue tomando forma. Ya había contestado en conferencia que volvería sí o sí al folklore, debido a la insinuación de que cada vez se aleja más del género que lo vio nacer. Él hace su folclore, es claro, pero sería mejor que no se vaya tanto a lo que quiere la industria. A lo que quieren los que manejan todo y cantan nada.

Cactus de Gustavo Cerati, fue muy aplaudido. “Menos mal, eso también es folklore”, pensará alguien y no estaría errado. Ya estuve aquí, cuantas veces, Bella flor, Tu voz, Aventura, Sueño dorado, Sin Principio ni final, fueron los Motivos, para que su público le cante bien fuerte “siempre aquí te espero”. Y él, en esos shows maratónicos se entregue como lo hace. Pero que no se olvide de que el ser un fenómeno popular, empezó entre las peñas, entre los bombos, bien al ladito del Pan de Azúcar.