» Enrico Barbizi en DVD redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

En una entrevista imaginaria, Enrico Barbizi se sienta a la mesa de un bar de, pongamos por caso, Alta Córdoba. La mesa tendrá una pata más corta y el entrevistador doblará una servilleta de papel para estabilizarla. Suponiendo la hora del día en que las copas cercanas a las ventanas comienzan a atardecer, el mozo dirá «muy bien» y al rato, con la lucecita roja ya encendida, dos pocillos de lo que gusten los charlantes despegarán de la bandeja, sobrevolarán las pelambres y aterrizarán, entre celulares, un grabador, un cuadernito y algún menester que otro para completar la escena.

La conversación dejará hablar a Enrico. Espantado de tantos entrevistadores reales que preguntan y se responden, el entrevistador imaginario juntará el tiempo de todas las charlas de todos los pocillos del bar anochecido y, despacio, rellenará de horas los almohadones que basten para que Barbizi se recueste a contar. Y la entrevista, que no tuvo lugar porque el entrevistador no le dio siquiera la posibilidad al entrevistado de excusarse en su incesante actividad, quedará tal vez en la memoria del entrevistador imaginario como una de las mejores que haya hecho jamás.

Suponiendo al bar en una esquina, la despedida pondrá a cada cual en veredas no tan distintas. El entrevistado marchará a seguir preparando todo para su gran presentación en Cocina de Culturas; el entrevistador, a desgrabar la entrevista que quiso hacer, de la que surgen imágenes para darle cuerpo a un artista admirable.

Hace unos años, Enrico se paseaba por las aulas de la Escuela de Ciencias de la Información. En algún momento, habrá entendido que su sensibilidad daba para bastante más. Que el oficio de periodista no podría atenuar la correntada de música que lo impulsaba desde la infancia. Los cuatrimestres fueron cambiando apuntes por partituras; jefes de trabajos prácticos por guitarristas y bajistas; mosaicos de pasillos por tablas de escenarios. Cambios y más cambios, Barbizi es eso: una caja de cambios sin marcha atrás, en la que cada engranaje tracciona a fuerza de tonos y letras, de encuentros con músicos que no han hecho otra cosa que aumentar las revoluciones de su motor incansable.

No es que los anteojos de Barbizi reflejen teclas aunque no haya pianos a la redonda. Es que no son reflejos. Su confesada culoinquietez decidió alivianar las cargas. ¿Para qué andar moviendo teclados pudiendo llevar la música en los ojos? Mirarlo de frente es como escuchar sus melodías, sus contrapuntos que más de una vez le habrán empañado de emoción los cristales mientras cruzaba la calle, volviendo de un ensayo.

Con tres discos solistas notables, participaciones en discos de numerosos artistas cordobeses y músicas para cine, televisión, y proyectos que lo encuentran siempre arremangado, empujando límites y abrazando desafíos en su compromiso por abrir el juego, Enrico llega este viernes a Cocina de Culturas, con proyecciones de imágenes y versiones acústicas de su última producción, para compartir la alegría de una trayectoria que aplaudimos.

Pero no será un recital normal. Barbizi no hace recitales normales. La apuesta de este viernes convoca a buena parte de los mejores músicos locales, amigos envidiables, como invitados a una presentación que será registrada para la publicación de un DVD. A la banda de Enrico, integrada por Santiago Lanfri en guitarras, Rodrigo Lagos en bajo y Román Dagna en batería y percusión, se sumará el gran cuarteto de cuerdas Magnolia, y también Juan Iñaki, Vivi Pozzebón, Juan Sans, Jorge Reales, Huayra y Esteban Kábalin. Una colección de lujos.

Las entradas anticipadas pueden conseguirse en Cocina de Culturas (Julio A Roca 451) a $30; en Edén (Obispo Trejo y Deán Funes) a $33. En puerta, el valor será de $40.