Astilla

Otro adiós sin dios

24-11-2022 / Astilla, Lecturas
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Desde que conocí su historia me la imagino de vestido azul cruzado, en una cocina chica, con dos hijos pequeños dándole vueltas entre las piernas.


Otro adiós sin dios

Por Garba.

Celia fue asesinada por su marido Bernardo de un golpe en la cabeza en 1943, en Lomas del Mirador, conurbano bonaerense.

Como tantas otras muertes pasionales de esos años.

Desde que conocí su historia me la imagino de vestido azul cruzado, en una cocina chica, con dos hijos pequeños dándole vueltas entre las piernas.

¿Le gustarían las flores?

¿Habrá sabido aquel día que la vida se le escapaba?

¿Qué tan azul era el azul?
¿Tu sangre sangra o lanza luz?
¿Te dio en el pecho?
¿Te dio en la espalda?
¿Tuviste almohada?
¿Tuviste calma?*

Tenía dos hijos que fueron separados tras el femicidio.

Uno se crio con la familia del padre femicida y el otro con la familia de Celia.

El mayor, creció con su abuela materna y jamás pudo perdonar a su padre. Tuvo un hijo, que por las horribles curvas del destino mató a su mujer.

Ese hijo hace poco salió de la cárcel y hoy podríamos encontrarlo en cualquier esquina.

El otro hijo tenía dos años cuando se quedó sin madre, criado un poco por las tías paternas, vivió tratando de no ser eso que fue su padre. Manejaba un taxi, nunca jamás levantó ni la voz siquiera, se casó con una mujer alta de familia armenia y tuvo dos hijxs.

A su hija esta sombra, este silencio, este hueco en la biografía la hizo estar siempre alerta.

«Debería hacer algo con esto», me dijo hace unos días.

Vivimos en un mundo que normaliza tanto la muerte de las mujeres, que todo la hizo pensar y sentir que era exagerada.

Y sin embargo
Ella me salvó.
Ella me sostuvo cuando podría haber terminado como su abuela.
Ella lo supo ver.

De alguna forma Celia con su muerte invisible, me abrazó a mí en los brazos de su nieta.

Huir, a veces es el único camino para contarlo.

Porque cuando pasa ya es tarde.

Honro a Celia, a su memoria y a su descendencia que aprendió a prender las alarmas antes de que seamos un número en las estadísticas.

*Fragmento de la canción «Otro adiós sin dios» de Liliana Felipe.