
Por Facundo Martínez | fmartinez@redaccion351.com
Fotos: Facundo Martínez l fmartinez@redaccion351.com
La lluvia es darse cuenta de cómo pasaron los años. Es pisar una baldosa floja para ver cómo nos salpica el agua. Es ponerse melancólicos. Es maldecir porque no pasa un puto taxi. Es dormirse en el colectivo, que es dormirse en la ciudad.
La lluvia es mirar para arriba y caminar por el techo de cristales. Es la excusa justa para llevarte de la cintura, como ladrones por la noche, pero de día.
La lluvia es una canción de Malvina Reynodls. Es cachondeo. Es la fiaca de la cama. Es vida en su estado más abstracto.
La lluvia es más que un “fenómeno atmosférico de tipo acuático que comienza con la condensación del vapor de agua en las nubes”. Es vivir en una bañadera gigante.
La lluvia es el beso de una mujer.