Por Luciano Debanne.
En este mundo tan difícil, estos miserables.
Este mundo tan cruel, y doloroso. Tan inequitativo y violento. Inmisericorde. Este mundo tan lleno de mierda.
Y encima estos miserables.
Con su humanidad enchastrada mancillando la nuestra; obligándonos a convivir, a ser parte de su misma mugre, de su miseria y su crueldad.
A hacernos cómplices, con nuestra condena vaga, vana, insuficiente, inútil.
Estos miserables y sus miserias, tan nuestras que dan ganas de llorar, o de prender fuego todo.
Ganas de ponerles un sopapo y, recién entonces, ver si encaramos la ardua tarea de transformar.
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Así noviembre
Una previa que estalla más adelante, un cansancio silente, el antes de lo que va a pasar. Sin embargo, y como siempre, la vida en marcha: alguien da batalla, alguien se hace respetar, alguien lucha por su libertad.
Salvaguarda
El alboroto de los pájaros, los motores a lo lejos, el vaivén de las hojas movidas por el viento, los gatos de la noche retirándose, la llegada de los perros. El sol saliendo como marco silencioso y eterno.
