Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
Foto: Gentileza Travesía Wawamericu.
María Belén Funes Viller y Jorge Luis López Jerez salieron de Argentina hace dos meses a recorrer América Latina en un Citroën 3CV. El objetivo del viaje es promover los derechos del niño a través de obras de teatro.
En la siguiente entrevista, estos cordobeses cuentan cómo están viviendo la experiencia y cómo repercuten sus ideas en los diferentes países que han visitado.
¿Qué los sorprende más del público que no es argentino?
Cada público es particular, más allá del país en el que nos encontremos. Creemos que cada obra es singular. Hasta ahora hemos hecho función sólo en tres países: Argentina, Chile y en Tacna, Perú. Lo que sí notamos es que en algunos lugares las personas son más tímidas (los adultos principalmente, los chicos se involucran más rápido). Les cuesta perder la vergüenza y animarse a jugar con los niños y como niños.
En general, eso depende de las costumbres de la comunidad, del contacto con el arte y lo cultural y de costumbres familiares y actividad ocupacional también. De todas maneras, todos los públicos hasta ahora nos han sorprendido de una u otra forma. Sí nos ha ocurrido que fuera de Argentina el auto llama aún más la atención, en todo Chile la gente se paraba a verlo, le sacaba fotos, nos saludaban… en Perú también, y el hecho de que la función de títeres se haga desde adentro del auto los sorprende más aún.
¿Cómo sienten que es la relación con el auditorio? ¿Cómo responden los nenes?
Los niños siempre se enganchan. Tienen esa capacidad de ver más allá de lo “real” y se involucran mucho en la obra. De hecho, como ellos participan en la resolución del problema que se presenta, se sienten actores comprometidos, y realmente lo son. Algunas veces, al principio los chicos sienten cierta timidez de responderle o decirle algo a algún personaje, pero generalmente logran vencerla a lo largo de la obra y se involucran mucho. No hay que subestimarlos, ellos siempre nos sorprenden con sus interrogantes y respuestas. Incluso, muchas veces nos preguntan, al terminar la función, qué pasó con este u otro personaje por ejemplo. El feedback es muy bueno ya que siempre logramos llegar aunque sea a un niño en cada función, despertando sus ganas de hacer y crear, y ese es un poco el objetivo del proyecto.
¿Cuán tratado está el tema de los Derechos Humanos y de los Derechos del Niño en esos países?
Tratar el tema de los derechos humanos no es fácil, ya que es un tema muy complejo que creemos que está atravesado por diversas aristas de acuerdo a cada sociedad. Por el contacto que hemos tenido en los países, sabemos que son temas que afortunadamente están resurgiendo en las políticas de los países latinoamericanos que hasta ahora conocimos. Pero esto es algo que recién comienza. Creemos que el verdadero cambio implica un proceso que hasta ahora se viene dando de a poco. Por eso nosotros tampoco apuntamos a querer “cambiar el mundo”, y nos enfocamos a algo más puntual. En nuestro caso intentamos promover la participación de los niños en la comunidad en la que viven a partir del teatro de títeres; esto es, apuntar a que sean considerados personas activas, que sean escuchados y consideradas sus necesidades y deseos.
En síntesis, nuestra idea es pensar y llegar a considerar (y en parte más allá de la importancia que se le dé en cada sociedad a los derechos humanos), que si los niños son capaces de participar activamente en la resolución del problema que se presenta en la obra de títeres, también son capaces de modificar las condiciones de las comunidades en las que viven si es que ellos así lo desean.
¿Qué repercusión tienen los títeres en un momento en el que todo pasa por la tecnología?
Si bien sabemos que hoy la tecnología es el principal atractivo para muchos niños y que lo virtual está muy presente en sus vidas al momento de jugar, creemos que hay algo en los títeres que afortunadamente los sigue atrapando. Hay algo en los títeres, o en las funciones, con lo que se identifican seguramente, y muchas veces esto va más allá de las edades de los niños.
Nos ha pasado que pensamos que los niños que más se van a enganchar en una obra son los más chicos, y sin embargo vemos chicos de 8 y10 años por ejemplo que se involucran tanto o más que los pequeños.
Pero si de algo estamos seguros es que gran parte de esa repercusión pasa por la capacidad creadora de los niños, por eso consideramos que no hay que subestimarlos. La mayoría de ellos, si no todos, saben que a los títeres los manejamos nosotros, y sin embargo ellos no dejan de creer en la “veracidad” de la historia que contamos. Creemos que esa es la verdadera riqueza de los títeres y de los niños.
¿Cuáles son los próximos destinos?
En este momento estamos en Lima, Perú, la idea es ir subiendo por la costa del Pacífico hasta Ecuador, Colombia, Panamá y así seguir hasta llegar a México.
Pensamos volver de México hasta Venezuela y de allí entrar a Brasil y volver por la costa atlántica hasta argentina. La ruta está trazada de manera parcial, pero el camino definitivo lo vamos decidiendo durante el viaje, a medida que andamos. Porque nos ha pasado que dejarnos llevar por las circunstancias del camino nos ha brindado muy buenos momentos, y nos ha permitido conocer gente hermosa. Por eso también está bueno no tener todo planificado de antemano.
