Por Mariano Apaolaza | deportes@redaccion351.com

Producción audiovisual: Manuel Arias | marias@redaccion351.com

Sebastián Crismanich es, sin dudas, una de esas personas que no olvidan sus raíces. El correntino, que vive en Córdoba desde 2007, no se deja llevar por el giro que tomó su carrera y frecuenta a menudo las instalaciones de la Universidad Nacional de Córdoba, como en sus inicios. Ni la medalla de oro, ni el reconocimiento, ni la fama, hacen que Sebastián visite ostentosos gimnasios u hoteles. Vive donde siempre, entrena donde siempre y con la gente de siempre.

Este es un condimento clave que todo campeón debe tener: la humildad. Tal vez a partir de su popularidad surjan una gran cantidad de alternativas que apoyen su camino. Contratos, publicidades, infinidad de eventos y compromisos. Pero nada de eso hubiera surgido sin esa cuota de humildad, esfuerzo, dedicación y sacrificio que Sebastián puso día a día en el taekwondo.

Reconoce que tal vez otros luchadores gozaban de más talento que el suyo, pero las ganas de cumplir su sueño superaban todo tipo de obstáculos. Empezó desde cero. “Con poco se pudo”, expresó. Pero, sin dudas, con mucho corazón.

A continuación, compartimos un video con sus palabras en relación a sus comienzos en el deporte, a la situación del taekwondo en Argentina y a cómo su sueño se transformó en un objetivo cumplido.