Entrevista

Raúl Carnota presenta «Runa»

2-11-2012 / Agenda, Entrevistas
Etiquetas: ,

Uno de los grandes referentes de la música popular argentina se presenta este sábado 3 de noviembre a las 21.30 horas en el Salón de Actos de la Ciudad Universitaria. Compartimos una charla telefónica.


Raúl Carnota presenta «Runa»

Por | redaccion351@gmail.com

Cuando Carnota vuelva a Córdoba, este sábado, lo estaremos esperando desde alguna butaca. O tal vez sea él quien nos espere, ya sentado en su silla y con su guitarra de cien mil leguas, viendo cómo de a poco se completa el Salón de Actos del Pabellón Argentina. Al repertorio de «Runa», su último disco, una colección imperdible de obras de sus discos anteriores, sumará composiciones y palabras que nos llevarán de paseo por un costado de nuestro tiempo, el de la música inesperada que aprendimos a disfrutar escuchando a tipos como Carnota, las formas desparejas del tiempo que Raúl sabrá ofrecer para devolvernos, felices y agradecidos, al cielo de la Ciudad Universitaria.

El regreso a Córdoba es una excusa para conversar unos minutos. La conversación es una excusa para escucharlo. Carnota atiende su teléfono celular y pregunta si es posible hablar desde su teléfono fijo. Una belleza. Al ratito, Carnota atiende desde su teléfono fijo.

-Anduvo cumpliendo años esta semana. ¿Se festejó?

-Se festejó. Vinieron amigos. Tranquilo, en casa.

-La grilla de espectáculos de su página cuenta que ha andado por todos lados.

-La verdad que sí. Este año hay muy buen nivel de trabajo. Viajé mucho.

-Hace poco se presentó con Teresa Parodi.

-Es algo que venimos haciendo desde el año pasado, somos muy amigos con Teresa. Hicimos tantos temas juntos que decidimos armar un espectaculito para tocarlos.

-Entre tantos otros encuentros, hay uno que se produjo hace casi 40 años. A la distancia, no hay más que admiración al imaginarlo tan joven en medio de Adolfo Ábalos, el Mono Villegas y Salgán.

-Eran tres monstruos. Me hice muy amigo del Mono Villegas. Estábamos bastante juntos, íbamos al cine, a recitales. Adolfo fue un gran docente. Aprendí muchísimo con él. Y bueno, qué se puede decir de Salgán. Pocas veces he visto tocar el piano al nivel de Salgán.

-De joven la emoción suele aparecer mirando y escuchando a los mayores. Hoy, esa emoción puede surgir con artistas más jóvenes. Juan Quintero es un ejemplo.

-Claro. De las camadas nuevas. Juan es un puntal, un tipo que tiene una solidez admirable.

-Hace un par de años, una tarde en el Cabildo, en el marco de un ciclo que organizó la Secretaría de Cultura de la Nación, contó, entre otras cosas, cómo había nacido «Grito santiagueño». Adolfo Ávalos tuvo que ver.

-Nació de toda una charla con Adolfo sobre la vidala. Lo que conversamos quedó como un sustrato en la cabeza. En un momento en soledad, jugando con la guitarra, salió «Grito santiagueño».

-Me gustaría preguntarle por la composición. Después de escuchar y componer tanta música, no es improbable adivinar combinaciones melódicas más o menos previsibles. Ha surgido hasta la idea de que la música puede agotarse.

-La composición es algo muy individual. Hay dos tipos de gente. Hay quienes fabrican canciones, y hay tipos que buscan y buscan. Formas de expresarse, nuevos caminos. Es como si uno pintara con tres o cuatros colores o con toda la gama de matices cuando se combinan los colores en la paleta. Hay imaginaciones muy variadas. La popularidad por supuesto es otra cosa.

-Por otra parte, uno no puede despojarse de su formación.

-Yo no he tenido una formación muy ortodoxa. Me fui haciendo a lo largo de mi carrera, que comenzó como músico, desde chico, mucho antes de lo que después tomé como profesión. Era por supuesto un melómano que se dejaba traspasar por distintas músicas. Hoy soy el resultado de todas esas influencias.

-¿Cómo viene la relación con las musas últimamente?

-Mirá, componer es como ir a cazar. Uno tiene que «ir» a cazar.

-¡El ciervo no le va a tocar el timbre!

-¡Y no! No queda otra que salir. Hay veces en que se cazan pajaritos; otras veces, piezas más importantes. Lo que hay que saber es que a los pajaritos, según lo que uno busque, no hay que tirarles.

-Si toma la guitarra hoy, ¿qué puede llegar a salir? ¿Una milonga? ¿Una vidala?

-Eso sí que no se sabe. Es como escribir. Muchas veces, uno tiene la página en blanco y escribe una línea y esa línea sólo sirve para que salga el resto. Y por ahí, de todo lo que uno escribe, lo único que no queda es la primera frase. Nunca se sabe. Es un misterio. Para nosotros mismos es un misterio.

-¿Pasa con la música tanto como con la letra?

-Sí. Hay veces que uno empieza a tocar algo, de repente sale una melodía interesante que se empieza a trabajar sobre una letra. Pero otras veces la melodía aparece y hay que trabajarle la letra. No hay un esquema cerrado.

-En una entrevista con músicos que consideramos referentes, encontrar definiciones sobre la música popular parece una necesidad de quienes preguntamos antes que de los artistas. Una vez dijo que para hablar de música popular, hay que hablar en plural, por la trama de influencias de tantas corrientes.

-Bueno, la globalización incluso sirvió y sirve para que se crucen aún más músicas. Está buenísimo que pase eso.

-Suele aparecer el recurso de hablar de estilos…

-La verdad, nunca tuve la preocupación o la necesidad de pensar “yo quiero ser distinto, lo que haga tiene que ser personal y que no se parezca a nada”. Me parece una gansada eso. Uno hace lo que es y lo que le sale de adentro.

-Hace unos días murió Rodolfo Sánchez. ¿Qué pasa con la voluntad para seguir recorriendo caminos cuando se van compañeros tan cercanos?

-La vida tiene un devenir irreversible. Cada uno la va eligiendo cotidianamente, más allá de nuestras amistades, amores y afectos. La pérdida de un compañero así es un dolor desde hace tiempo, desde que empezó a estar mal. Sucede con todo, ¿no? La vida es así.

-¿Qué imágenes le llegan de Córdoba cuando vuelve? Hay amigos, vivencias. Recuerdo un abrazo, esa misma tarde en el Cabildo, con el Chuño Cáceres.

-El Chuño es uno de mis íntimos amigos. Córdoba fue un lugar muy grato para mí. La gente me recibió siempre con mucho afecto, sobre todo sin prejuicios, sin rótulos, sin decir “estos son porteños, no son del campo, no son morochos”, cosas que muchas veces te encajonan. A fuerza de ir, fuimos haciendo lugares, y así en todo el país. Hay un público que por suerte nos sigue y que mueve a que uno siga haciendo lo que hace.

-Me permito agradecerle por seguir cantando cosas de Omar Moreno Palacios.

-Bueno, Omar es un gran amigo. Soy un fan de él.

-Hace un tiempo en una peña acá en Córdoba, la parte del público que lo escuchaba atento le oyó decir: “Ustedes son adictos a la chacarera.”

-Mirá, ando por todo el país. Las modas siempre me resultaron un tanto estúpidas, con perdón de la palabra. Cuando empecé con todo esto, me acuerdo estaban los salteños. Todo era Salta. Después pasó Salta y vino Corrientes. Entonces todo era chamamé. Ahora parece que todo es chacarera. Lo más gracioso es que por ahí uno va a la Patagonia y los tipos andan cantando chacareras. Chacarera en la Patagonia… Fuimos al Festival de la Tonada en Mendoza. La tonada es una forma musical bellísima. ¡Y tocaban chacareras! Se da incluso en la provincia de Buenos Aires. Vas por los pueblos y no se escucha una milonga. Es una pobreza, es como Mc Donald’s. A mí como público, si voy a un lugar, me gusta escuchar la música de ese lugar.

-¿Cómo anda Buenos Aires?

-Como siempre… Buenos Aires tiene siempre el mismo tamaño y tiene cada vez más gente y más autos.

-No sabe cómo nos venimos pareciendo.

-Bueno, acá hay que sumar una administración desastrosa.

-Insisto: ¡No sabe cómo nos venimos pareciendo! ¿En qué se viene a Córdoba?

-En auto.

-Bueno, ¡junte paciencia! Lo vamos a estar esperando. Gracias Raúl.

-Gracias. Nos vemos el sábado.

Agendá:

Raúl Carnota en Córdoba.

Sábado 3 de noviembre – 21.30 horas.

Salón de Actos – Pabellón Argentina.

Entrada: $63 en Edén – Obispo Trejo y Deán Funes.