Por Carla Montanari | cmontanari@redaccion351.com
Fotos: Carla Montanari y Manuel Arias
Durante los primeros días de octubre, la asociación internacional Médicos sin Fronteras pasó por Córdoba para realizar diferentes actividades en conmemoración de sus 40 años de vida. Por una parte, todavía se puede visitar en el Museo de Antropología la muestra “Médicos sin Fronteras: 40 años de acción humanitaria independiente”.
Por otro lado, el jueves 11 de octubre a las 9.30 hs. la doctora Lucía Brum de MSF y otros profesionales de la medicina local e internacional participarán de un panel llamado “Investigación, producción, decisiones y uso saludable de medicamentos”. El evento se ha organizado como parte de la conmemoración de los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba y tendrá lugar en el Auditorio K de la Facultad de Odontología de la UNC.
Galería de fotos en el Museo de Antropología
En el marco de estos encuentros, el Dr. Luis Paiz Bekker pasó por Córdoba y brindó una entrevista para Redacción 351. Paiz Bekker es oriundo de Guatemala y comenzó a trabajar en MSF en 1993. Su primera misión fue en la frontera de Kenia con Somalia, y a partir de allí recorrió una gran cantidad de lugares con emergencias totalmente diferentes.
Con respecto a sus inicios en la organización, el médico comentó:
Luego de su intervención en África estuvo en Georgia, y de allí volvió a su país, a Guatemala, para actuar en áreas de conflicto armado. Pasó por Colombia, por el sur de Méjico y por Brasil. En nuestro país vecino colaboró en la zona del Amazonas con pueblos indígenas y también en favelas, en donde atacó problemáticas de violencia urbana y de salud.
Hace casi tres años llegó al país para ocupar el cargo de director de MSF Argentina. Al respecto, Paiz Bekker comentó que este tipo de puestos buscan a gente que ha desarrollado su carrera dentro de la asociación y que tiene muy claro qué es y cómo se trabaja. Además, especificó que la oficina de nuestro país se encarga de ofrecer apoyo a las operaciones: se realiza reclutamiento de profesionales, captación de fondos, comunicación, entre otros.
En relación a la motivación y al impulso que lo lleva a colaborar con Médicos sin Fronteras, Luis opinó:
“En mi experiencia personal y en la de muchos colegas, creo que al final son dos cosas: una es esa indignación que vos sentís por dentro, como sentimiento o como emoción. Pero la indignación está buena siempre que haya una acción después. Y por acción no me estoy refiriendo a nada violento, sino a que si te indigna algo, cambialo. Y la segunda es la solidaridad. Con esa mezcla es con la que vos decidís actuar: ir a un lugar en el que vos sabés que como médico o como profesional de otro tipo, vos ahí podes hacer la diferencia. Y se suma el hecho de saber que en esas circunstancias, la única oportunidad que tiene la gente de seguir viviendo o de dejar de sufrir sos vos. Eso es un privilegio, yo lo veo así”.
La misión de Médicos sin Fronteras
Uno de los objetivos principales por los que la organización internacional visitó Córdoba fue la necesidad de dar a conocer las actividades y el trabajo que llevan a cabo. En este sentido, resultó interesante consultar a Luis Paiz Bekker acerca de los principales pilares que sostiene MSF.
¿Cuáles son las principales problemáticas con las que conviven y las que más atacan?
Médicos Sin Fronteras sobre todo trabaja en crisis médico humanitarias. Nuestro nicho es la emergencia, así que principalmente brindamos asistencia a víctimas de conflictos armados, desastres naturales o epidemias. También trabajamos con enfermedades olvidadas, llamadas así porque son enfermedades que afectan a los pobres, por lo tanto no hay mucha investigación ni tampoco demasiada inversión.
Este trabajo lo hacemos sin distinguir raza, religión ni credo político. La independencia es uno de nuestros principios fundamentales.
No obedecemos a ningún poder político, a ningún poder económico, somos completamente independientes. Y para poder llevar la atención a todas las poblaciones civiles que se ven afectadas, una de nuestras herramientas es la neutralidad. Así, en un conflicto armado podemos trabajar con las poblaciones civiles que quedan en los dos bandos. O sea, nunca tomamos partido por nadie.
Se rescata esa relación médico-paciente con derecho universal a la salud. Eso es lo que nos une a todos los que trabajamos para esta organización. No hay agendas escondidas ni cosas raras. Es eso: todo ser humano tiene derecho a la salud, y en esas circunstancias de emergencia es muy difícil que tengan acceso.
¿Cómo se mantienen económicamente?
¿Cuál es la metodología de trabajo de MSF?
En cuanto nosotros recibimos la noticia de que estalló un conflicto armado o hubo un terremoto en algún lugar, mandamos a un equipo llamado equipo de misión exploratoria. En general es una persona sanitaria y una persona no sanitaria, un médico y un logista por ejemplo. Llegan al sitio y hacen una evaluación muy rápida de la situación. Eso inmediatamente lo mandan a nuestra sede en Europa, y allá en base a esa información se decide qué equipo se necesita, qué tipo de especialistas, los kits que se enviarán.
Nosotros ya tenemos armado todo lo que se necesita dependiendo de la naturaleza del evento. En una epidemia de cólera por ejemplo, tenemos el Kit Cólera para 10 mil personas. Ahí va absolutamente todo lo que necesita un equipo para poder trabajar y hacer las cosas bien y rápido.
Una vez que arranca el trabajo tenemos una estructura interna: hay un coordinador general que dirige toda la misión y debajo de esta persona tenemos varias coordinaciones: médica, logística, financiera, de recursos humanos, etc. Este equipo regularmente está en capital. Y luego están los equipos de terreno, hay un coordinador de proyecto y con él hay un médico, una enfermera, un logista, que son los que están dirigiendo las acciones.
Se hacen evaluaciones constantes, y se deciden los tiempos según lo que dure la fase de emergencia. Después viene la etapa de rehabilitación o de seguimiento, y ahí hacemos el traspaso a otras organizaciones o al mismo estado, si tiene la capacidad de continuar con el proyecto.
Médicos sin Fronteras en la balanza
Como se explicó al comienzo, MSF realizó esta serie de actividades en Córdoba en el marco de sus 40 años. Si bien este tiempo habla de un importante crecimiento y de muchos avances dentro de la organización, también supone que todos estos profesionales aún hoy tienen mucho trabajo que hacer, aún hoy deben atacar crisis médico humanitarias de gravedad en todo el mundo.
Al respecto, Luis Paiz Bekker opinó:
«Yo creo que cumplir 40 años es llegar a un grado de madurez en la organización. Conozco pocos espacios que tengan la capacidad de respuesta, la velocidad y la claridad para trabajar en emergencias. Los 40 años han permitido aprender de nuestros errores y desarrollar muchísimas herramientas, protocolos, capacidad para poder trabajar y para desarrollar investigación también. Hemos innovado en el área médica y eso me parece fascinante. Sin dudas, la innovación es uno de los significados, hay un valor agregado para todo el mundo.
Por otro lado, es terrible darnos cuenta de que aquella organización que nació en el ’71 donde eran 6 amigos, hoy sea un monstruo de organización. Con 5 centros operacionales en Europa, con 19 oficinas regionales en todo el mundo, con un presupuesto altísimo. Es decir, ha crecido de una manera espeluznante, porque el hecho de que MSF crezca y que se haya desarrollado en estos 40 años, quiere decir que las crisis médico-humanitarias han aumentado, se han propagado, se han complejizado.
Es una sensación de que es uno de los pocos lugares en donde vos no te sentís contento de crecer, eso significa que no estamos bien como mundo. También queremos llamar la atención a eso. Que hagamos una reflexión profunda como seres humanos y nos preguntemos: ¿será que estamos viviendo en el paradigma correcto? Yo personalmente pienso que así como tenemos diseñado el mundo, el sistema en el que trabajamos no está funcionando para la mayoría de los seres humanos. Eso también significan los 40 años».