» Fabricio Morás en Gondwana redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

No vamos a dar destinar más de dos o tres párrafos para hablar de uno de los mejores artistas de Córdoba. Queremos decir que llegamos a un viernes estupendo en materia de música para escuchar en vivo. Las propuestas se nos aparecen solapadas y por esas limitaciones de la madre naturaleza, no nos podemos desdoblar, como quisiéramos. Entre las opciones, no tenemos una que diga «todos los recitales son imperdibles, quiero ir a todos».

En un bar de la calle Paraguay, con su guitarra de componer historias que se cuelgan de las corrientes ascendentes y nos sobrevuelan, Fabricio Morás. La facilidad de la tecnología podría llevarnos a invitarlo a usted, supuesto lector fugaz, a hacer click exactamente aquí, para que sepa lo que pensamos de FM. Pero la arena corre, la ciudad es un caos parecido pero no el mismo, cambiaron las estaciones, los peinados de las maestras del colegio de la esquina, se rompieron un par de medias que ya repusimos y capaz que a lo mejor no y las seguimos usando con el dedo gordo asomado, salieron discos nuevos y mejoró el hojaldre de los criollitos, que están más caros, pero más ricos, al menos en lo del viejo Amílcar. Fabricio Morás, se imaginarán entonces, tiene novedades para mostrar.

Pero que las tenga no alcanzaría para recomendarlo. Lo que tiene y nos mueve los deditos para encontrar alivio después de saber que hemos escrito una recomendación a su recital, es una cocina de acordes con vista doble al jardín interior y a la calle, donde sólo él sabe cómo tiene que pararse para que las imágenes reflejadas en sus enseres colgados le den un rebote de letra y música y de esa carambola aparezcan cosas que, desde una mesa, con un vino color Newels Old Boys de Córdoba, las podamos disfrutar.

Es todo lo que necesitamos quienes, de porfiados, solemos buscar desafíos detrás de los micrófonos. Fabricio Morás. Opción ineludible.