Redacción | cultura@redaccion351.com
Hay recuerdos intactos de la Eléctrica Folclórica. Era cuestión de llegarse a una peña, por ejemplo, en el Comedor. Por ejemplo, un viernes a la noche. Los afiches anunciaban a Los Copla y a la Eléctrica Folclórica, por ejemplo. Una noche del fin del invierno, de comienzos de la primavera. Y había que llegar y comerse, por ejemplo, unas empanadas. El Comedor es de los lugares que, de repente, entre una criolla dulce y una salada, antes de terminarse el vaso de tinto, está repleto. Las mesas empiezan a molestar, hay que hacer lugar.
Uno iba a transpirar de tanto bailar, pero antes pasaba lo que va a pasar este jueves en el Real. La Eléctrica Folclórica tocaba, por ejemplo, a Yupanqui, y Yupanqui empezaba a patear los ventanales del Comedor. Algunas veces, la música va generando, con el placer de quienes escuchan sorprendidos, la sensación de algo que está por rebalsar y no hay flotador ni dispositivo que evite el derrame. La música de la Eléctrica iba subiendo entre comentarios de un amigo a otro que más o menos rondaban el insulto: «¡Noooo qué maestros!»; «¡Qué hijos de puta mirá lo que hicieron!»; «¡Ah buenooo se fueron al carajo!». Todo terminaba en un «Bravooo» al unísisono y el baile podía esperar y esperar.
Esta noche se juntan un par de muchachos y muchachas cuyos nombres dicen buena parte de la música de Córdoba. Saquen la cuenta: Cecilia Fandiño, Titi Rivarola, Pancho Alvarellos, Pichi Pererya, Claudio Pacheco, Claudio Bravo, Gabriel Aguirre y Alejandra Carnero. De invitados, a ver: Jenny Náger, Enrico Barbizi, Inti Huayra, Verónica Gadea, Paola Bernal, Chiqui La Rosa, Belén Ghioldi y Paula Granero.
En el medio de la escena, el Bícho Díaz. El Bicho Díaz es, podríamos decirlo ante el apuro de esta sugerencia vehemente, uno de los próceres del rock. Sí, del rock. El Bicho tiene más rock que muchísimos rockers. La Eléctrica Folclórica tenía la cuota de folclore o de rock que cada uno de quienes pudimos aplaudirla a rabiar quería atribuirle. En el recuerdo, esos dilemas llegan a importar poco y nada. Importa que esta agrupación enorme vuelve a tocar y varios, muchos, podrán evocar, de amigo a amigo, esos comentarios que uno hace cuanto la música se lo lleva puesto.
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