Por: Guadalupe Montenegro.

Fotos:Dolores Juarez Carol.

Algunas parejas bailaban chacarera, gatos y zambas anunciaban el comienzo del show , esperando de una manera divertida la entrada triunfal de la banda.

Unos quince minutos más tarde, ya estaban acomodados todos los instrumentos en  el escenario. Se escuchó un silbido, que provenía de los labios de Francisco Salido: el protagonista de esa noche. Seguido a esto, comenzó la primera canción que dio marco al encuentro entre mayores, jóvenes y parejas de diversas edades, cada uno con su look particular. Tal vez descontracturado, tal vez casual.

El grupo que acompañaba aquella velada a Francisco Salido (primera voz y segunda guitarra) estaba compuesto por:   Pablo Ruggeri (coros y guitarra principal), Damián Pavón (bajo), Juancho Coronel (batería) y el único oriundo de Córdoba: Gerardo Ceballos quien estuvo a cargo de la percusión. Los acompañantes que eligió Fran indudablemente fueron los adecuados ya que esta fusión permitió a los invitados soltar sus almas al bailar y recordar sus tierras natales.

Con el segundo tema, los chicos introdujeron un clima mucho más tranquilo. Sin embargo la gente seguía atenta a los altibajos propios del rock folk que entregaban. Francisco dedicó una canción a un amigo del público y anticipó que se trataba de A Don Ponciano Luna, una poesía que todos conocen: «no hay evento folklórico que esté ausente». Las palmas de la gente permitían acelerar el pulso.

Con un repertorio que osciló entre canciones de su autoría y otras típicas del cancionero santiagueño, la noche  de Salido y sus chicos pasó rápido. No faltaron los bailarines mostrando sus destrezas, en cada melodía movían sus cuerpos sin cansancio.

Cerca del final, Francisco invitó a músicos del público: con el bombo de Walter Castaño y el acordeón de Emiliano “Foca” Díaz que se sumaron a los iniciales, interpretaron entre los siete A mi muerte (Autor: Francisco Salido) que sin dudas fue el momento culmine de aquella fiesta. Los espectadores no se cansaron de aplaudir, silbar y gritar los nombres de los artistas.

Se despidieron de la mejor manera: Te voy a contar un sueño fue el broche que dio cierre. Un instrumental y la voz del cantante principal dieron las gracias y marcaron el final. Seguramente deslumbrará en el próximo encuentro y sorprenderá con la elección de sus acompañantes.

Acá dejamos uno de los temas propios que interpretó Francisco esa noche: