Por Agustina Priscila Pereyra | apereyra@redaccion351.com
Fotos: Agustina Priscila Pereyra
La mitad de semana dejó de ser pura rutina desde este miércoles. No cambiaron los días laborables ni se modificaron los feriados patrios (algo tan usual durante este año). Tampoco comenzó un nuevo programa en la caja boba. Se trata de la vuelta del Ciclón, que luego de unas vacaciones invernales, vuelve a deleitarnos con su música made in Córdoba, en una cartelera que se renueva semana a semana, en el tradicional Club Belle Epoque.
El show comenzó temprano. La entrada, a precio accesible, permitía la oportunidad de participar del sorteo de un disco al final de la velada. El ingreso al club era por el portón del patio. En el techo de enredadera colgaban simpáticos copos de nieve hechos de telgopor. El patio, repleto de grupos de amigos que entre cerveza y pucho disfrutan de la conversación.
El show sucedió en el salón de atrás. A diferencia del ciclo 2010, los músicos tocaron en el escenario. Para hacer honor al clima íntimo y distendido que se pretendía lograr, se colocaron mesas y sillones en el medio de la pista. No fue un recital de rock cualquiera, ya que si bien estaban los músicos, las guitarras eléctricas y la distorsión, todo fue apreciación sensorial.
La música
El sonido, a punto, acompañó el disfrute general de la audiencia. Las luces, que bailaban de a colores sobre el escenario, acompañaron a los músicos. Primero fue el turno de Nicolás Sicardi, el solista de la noche. Nicolás también participa (en voz y guitarra) en la banda Árboles en Llamas, agrupación local con varios años en el circuito under. El año pasado lanzaron un EP llamado “Horas Muertas”.
A continuación subió al escenario Lautremont, que desplegó su poesía lírica mimetizada con mucho rock, electrónica y estilo trip hop. Formada en 2005 y compuesta por Viejasound (voz y bajo), Mariano Villegas (guitarra) y Pablo Maccario (batería), la banda mostró toda su energía desde el primer tema. Sus canciones sensuales, cargadas de algo de oscuridad, supieron llegar al público, que aplaudió agradecido luego de cada tema. Se destacaron los comentarios e intensiones de la banda de sacar las mesas y sillas para lograr otro ambiente.
Acto seguido, Snif ocupó la escena e inundó el ambiente con una mezcla psicodélica de rock y electrónica. El devenir de los estilos y la composición particular de la propuesta visual que acompañaba al sonido hizo de la experiencia un momento especial. Las visuales estuvieron a cargo de Chango Roots, quien supo cómo hacer viajar a los espectadores con imágenes precisas para las canciones de la banda. Snif es Luciano Le Bihan, Simon Martinez, Mariano Sormani y Martin Rigatuso. Su sonido, que recuerda influencias de décadas anteriores, acompaña las letras cantadas en inglés, con energía positiva y pulso constante.
Un invitado gráfico
La gente de la revista CULIAU! participó con un stand donde se exponían su obra. Culiau! es una publicación grafica de historietas. Cada edición contiene tres historias originales creadas por los tres integrantes de Culiau!: Jean Francó, Pablo Guaymasi y Miljaus. Durante el mes de agosto van estar vendiendo el primer número de su revista en El Ciclón, esperando conocer gente interesada en su obra y contando de qué van sus historias.
Los lectores de esta nota sabrán conceder el deseo de esta reportera de contar que uno de los pibes de Culiau! la dibujó en vivo. Por el gesto, y por la buena onda para contar sobre el proyecto, se agradece públicamente. Estaremos atentos al desarrollo de esta revista, una propuesta original en la ciudad de Córdoba.
Lo que quedó de la noche
La idea del Ciclón permanece en cada evento. Se trata de un colectivo de trabajadores de la música que apuestan a generar un espacio de difusión de su laburo, y especialmente un espacio propio, en el cual la música es el único fin. Javier García, uno de los músicos que participa en la organización y producción, comentó en privado lo complicado que es armar y organizar todo el ciclo, concluyendo con voz esperanzada y contenta: “Es difícil a veces, pero sí se puede”.
En el salón había un stand con los discos de todas las bandas que han tocado en las distintas temporadas y que forman parte del Ciclón. El objetivo consiste en permitir al público llegar a los discos a precios accesibles y apoyar la difusión de las bandas, que en su mayoría se autogestionan la producción. El número que daban en la entrada de ingreso sirvió para participar del sorteo de tres discos a elección. Dato crucial: la redactora de esta nota estuvo a 5 números de ganarse un disco. Sin duda, en la próxima, y luego de este comentario, lo gana seguro!
En el Ciclón, esta temporada invernal abrió sus puertas mostrando que la organización y fuerza de voluntad pueden más; que la templanza y cooperativismo dan sus frutos; y que se puede apostar a las ideas y hacerlas realidad. Córdoba es testigo de ello. Todo aquel que quiera compartir la experiencia puede asistir todos miércoles de agosto a las 21hs al Club Belle Epoque.
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