Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
Fotos: Felicitas García Gatica
Entre banderines, calor y humedad se llevó a cabo la primera de una futura seguidilla de fiestas con todo el espíritu gitano y melodías internacionales. Con la Sala Astral al máximo de su capacidad, la gente bailó por más de cuatro horas al son de Chimango y el condimento de Chico Parany.
La Meteorológica Davinci hizo su aparición y, entre medio de la gente y con todos los vientos, armaron una ronda para divertir al público. Con un director de orquesta muy particular, los instrumentos hicieron mover muchas caderas.
A las 2:30 horas apareció en escena el condimento de la fiesta. Desde Chile y con todo el calor de la cumbia, Chico Trujillo irrumpió en el escenario. El espectáculo sorprendió a más de uno, y como en un recital, el pogo se vio en las cercanías de las tablas. Un poco más atrás, una masa humana se movía acompañando la música, como si cada cuerpo reaccionara sin poder controlar el poder de los sonidos.
Siguió el cachengue hasta pasadas las cinco de la mañana, solo porque los organizadores empezaron a levantar las luces y a invitar a la gente a que se retirara. De lo contrario, muchos hubieran visto la luz del sol antes de llegar a casa.
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