Música en Córdoba

Lindo caramelo: una oda al amor

8-07-2013 / Crónicas
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Martín Rena presentó su espectáculo y la noche se cargó de diversión, pasión y alegría.


Lindo caramelo: una oda al amor

Por | rbruera@redaccion351.com

Fotos: Sofia Chizzini

Cuando le preguntamos a Martín Rena de qué se trataba la presentación de Lindo caramelo, recibimos como respuesta, literalmente: “Mirá, yo no supe describirlo…aún no lo sé. Lo que tengo es una sinopsis que armó una amiga, te puedo pasar eso”. Y así arrancó todo.

Fuimos a una presentación sin saber con qué nos íbamos a encontrar. En la ficha técnica decía “Martín Rena: voz”. ¿Martín Rena no era actor? ¿Ahora canta? ¿Qué significa Lindo caramelo? Todas eran dudas, que teníamos muchas ganas de despejar.

La noche del viernes pintaba linda para salir. Llegamos a La Fábrica pasaditas las 10 y nos comimos una rica muzza. La gente llegaba de a poco y se acomodaba tranqui, casi todos pedían algo para comer antes de que empiece el espectáculo.

La espera se acabó y, minutos antes de las 11, Martín Rena y Pedro Ferreyra subieron al escenario. Uno con pantalón beige, camisa salmón y peluca azul; el otro, con camisa gris, tiradores y peluca negra. A partir de ahí, se irían todas las dudas.

Martín arrancó prendiéndole velas y orando a “Santa Gabriela Raquel Cavallone, Santa patrona del vestuario”, a quien le pidió “liberarse de las ideas del norte y no caer en Ideas del Sur”. Posteriormente, largaron con un repertorio cargado de tangos, boleros y algún que otro cuarteto, todos referidos al amor en todas sus facetas. No faltaron la pasión, la traición, el enamoramiento, el despecho, el sexo, la obsesión.

Temas como Hola qué tal, de Agustín Lara, El pez, de Pablo Solarz, El protoplasma, de Liliana Felipe, y algunos de Astrid Hadad y Bola de Nieve, se mezclaron con Cómo olvidarla (yerba mala) de Rodrigo, y La Caperucita y Amor al paso, del mismo Martín Rena. Todos cantados y excelentemente representados, no por un actor, no por un cantante, sino por un simpático personaje que traspasaba las barreras de género: por momentos era hombre, por momentos mujer. O directamente los dos juntos y ninguno a la vez.

Nos quedamos con la sensación que el mismo Rena nos dijo antes del espectáculo. No sabemos cómo describirlo. ¿Se puede encasillar la obra en algún género? Creemos que no. ¿Una mixtura, tal vez, entre música y actuación? Puede ser. Pero lo que sí sabemos es que fue una noche enteramente dedicada al amor, una oda al amor. Ah, y nos fuimos con una enorme sonrisa por el lindo caramelo que disfrutamos.