Por Pablo Hamada | phamada@redaccion351.com
El viernes pasado El Club de Tobi montó una gran fonda en La Fábrica Cultural. Mesas llenas, con comidas y bebidas circulando entre los oyentes, algunos sentados en sillones y otros en el suelo, dieron un marco alejado de cualquier solemnidad para esperar al grupo uruguayo.
«La gran bestia pop» fue el tema de apertura del show, interpretación que desde principio fue bien recibida por los presentes que sin sorpresa escuchaban el clásico de Los Redondos versionado con tres violines, un violonchelo y un cajón peruano. Es que hace 15 años que el cuarteto oriental ofrece esta propuesta para teñir con aires de música clásica a composiciones históricas del rock argentino. Luego le siguió «Mañana en el abasto», de Sumo, y en otros momentos de la noche también se colaron «Promesas sobre el bidet» y «De mí«, de Charly García.
Hubieron también temas propios que con el transcurso de la noche fueron presentados por cada uno de sus compositores. Como por ejemplo «Vida fais vida«, de Mario Gulla, quien oficia de «primer violín» en la formación del Club, «Arde puch«, del chelista Bruno Masci y «Lita«, de Fernando Luzardo, quizás uno de los más histriónicos en el escenario.
El show fue corto y los músicos no disimularon el cansancio del viaje, pero la buena energía del público los ayudó a remontar la presentación que terminó acompañando varios temas con coros o aplausos. Sobre el final aparecieron otros clásicos del rock argentino, como «Cheques» y «Post-Crucifixión» de Spinetta y para los bises se reservaron «Fuck you«, tema propio del grupo.
Fue extraño no escuchar en ningún momento algún clásico del rock uruguayo. Ni Rada, ni Ross, ni Mateo o Cabrera estuvieron presentes en los temas del Club. La apuesta fuerte en casi toda la discografía del grupo está en sus composiciones y en la música de este lado del Río de la Plata y si bien existe un excelente trabajo de arreglos melódicos y rítmicos en cada uno de sus temas, la propuesta del grupo no es tan original como siempre se ha dicho. De hecho, hace quince años también había aparecido en Argentina un disco llamado «RockAcuerdas«, una antología del rock argentino ejecutado con piano y cuerdas, dirigido por quien entonces acompañaba con su violonchelo a Charly García, Ulises Di Salvo. Y si uno va un poco más atrás, recordará que por esos años la Orquesta Filarmónica de Londres editó varios discos con temas de Pink Floyd, Led Zeppelin o Queen.
A pesar de ello, el Club de Tobi tiene gran energía y ha podido darle continuidad a su propuesta a lo largo de todos estos años en Uruguay y Argentina, una constancia para nada menor en estos tiempos y que de hecho fue reconocida por Skay Beilinson y Charly García con quienes compartieron escenarios en ediciones pasadas del Cosquín Rock.
