Hugo Suárez

Hugo Suárez

2019

Fue un año muy intenso para mí. Demasiado. Como siempre aprendizajes y también deudas. Las columnas del debe y del haber siempre al palo y no hablo de lo económico, solamente.

Arranqué como vienen siendo mis últimos arranques: sin expectativas y sin grandes planes. Parece un mal propio de la edad. El optimismo de la juventud va dando lugar a un resignamiento áspero y divertido, odioso y luminoso a la vez.

El 31 de diciembre del 2018 brindé pidiendo que se terminara el gobierno de Macri. Como muchos, no podía soportar otro período más de saqueo alevoso al país. Milité la paciencia y la micropolítica, nunca me dio el cuero para lo “orga” de los partidos políticos. Ya me decepcioné y decepcioné a quienes esperaban algo de mí.

Arrancar un año sin grandes planes permite sorprenderte con lo que va aconteciendo día a día. El sabor de lo que se va construyendo tiene otra intensidad. Afortunadamente, cuento con dos herramientas poderosas que me permiten ir acomodando las piezas del rompecabezas cotidiano: la fotografía y la música. En torno a esos dos motores se van configurando las líneas de mis propósitos.

Así, a mediados de febrero empezó a tomar forma la idea de la serie fotográfica “#Certezas”. La propuesta era simple: retratos acompañados de textos escritos por los retratados, que hicieran referencia a cuestiones que ellos consideraban verdaderas. En tiempos donde prima lo relativo, donde todos hablan de lo cuántico, pedirles una verdad se constituyó un desafío para todos. Los textos que fui recibiendo fueron unos más hermosos que los otros. Personalísimos, ilustradores… Desmanteladores. Todos los textos potenciaron de manera exponencial a los retratos. Cada una de las sesiones fueron hermosas, comunitarias, lugares de encuentro. Se generaron cosas ahí.

#Certezas sigue dando frutos. Ya hay programada una muestra para el 23 de marzo con curaduría de Susana Pérez. La repercusión en redes fue muy buena. Sólo falta darle forma de libro. Quizás este año. El gran aprendizaje de este proceso fue el trabajar en equipo. La multiplicación de miradas en torno a los posibles resultados de cada disparo de la cámara fueron de una gran ayuda. No puedo menos que agradecer a Laura D`Intino, Jaime Fernández, Mónica Romero Díaz y Vanesa Partepilo por la colaboración prestada.

Otra propuesta de trabajo interesante surgió de la mano de Mariano Saravia. Me pidió hacer las fotos para la Agenda Sur 2020, lo cual me volvió a vincular con gente del palo, algunos de los cuales conocía y a otros no tanto. Retratar a Sonia Torres en mi casa fue claramente un ángulo en la construcción de mi trabajo fotográfico.

En noviembre participé en una exposición colectiva en conmemoración de los quince años de la fotogalería de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.C., lo cual me llena de orgullo ya que soy parte del catálogo de fotógrafos permanentes de esa galería, que dicho sea de paso viene trabajando muy bien como lugar de referencia para este arte.

En el plano de la fotografía, terminé el año delineando un par de ensayos que verán luz durante el 2020. Uno sobre mujeres, intentando reflejar el papel de la mujer a lo largo de la historia. De todas las lecturas realizadas sobre el tema, me quedó claro que es un mundo muy injusto. Ser mujer cuesta mucha vida.

Otro ensayo que espero concretar versa sobre la problemática de las cloacas de los barrios en la zona sur. Es un problema de hace años que ya se ha cobrado víctimas y que no encuentra solución hasta el momento por parte de los gobernantes. Estoy esperando la luz adecuada para desarrollar la idea que tengo en mente.

Seguramente surgirán otras ideas fotográficas para realizar este año. Es una profesión que está exigiendo cierto nivel de sustancialidad para no caer en el vano ejercicio de disparar por disparar.

Con la música, mejor dicho con mi querida banda de rock Luzazul, tuvimos un año de transición. Luego de la edición de nuestro disco «Trasfrontera” (disponible en Spotify), hicimos un par de conciertos muy buenos que mantuvieron viva la llama. Para este año el objetivo es recuperar intensidad en los ensayos y tocar un poco más. Hay nuevas canciones que están buscando expresarse. Veremos qué pasa.

El 2019 fue muy intenso. La tristeza se acercó dos veces después de mucho tiempo. Falleció mi amigo Juan Pablo Abratte de una manera muy sorpresiva, justo un mes después de su participación en «#Certezas». Aún me resuenan las primeras palabras de su texto: “Creo en la certeza de la muerte”. Mucha gente que lo conocía aún no logra entenderlo. Sobre el final del año falleció mi tío Martín, “Meco” para todos. Aún pienso que lo voy a ver sentado en su casa. Lo extraño muchísimo.

Para este 2020 espero ejercer la docencia, participar académicamente en la escuela de Ciencias de la Educación. Esa pulsión nunca se fue. Me gustaría intensificar mi autopercepción de “fotógrafo” y la única manera de hacerlo es haciendo fotografía, comprometerme más con ese arte sin que ello signifique simular un “ethos” estético que no siento. Estoy viejo para eso.

Espero que este 2020 signifique una mejora económica para los argentinos. Que el trabajo sea nuestra fuente de bienestar. Que recuperemos confianza en la justicia. Que aparezca el nieto de Sonia Torres…

Que baje el nivel de hipersensibilidad reinante, que la corrección política no se devore todo, que nos permitamos reír, que dejemos de ser “vigilantes de las redes” mientras Facebook te censura un pezón…

Les dejo un par de fotos que realicé durante el 2019 como fotoperiodista. Recuerdo haber compartido con Pablo Arrietti el trabajo en Cba Noticias. Siempre un placer.

Abrazos.

Hugo Suárez – Fotógrafo, músico, docente.