Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
¿Qué mejor prueba de un año estupendo en materia de música local, que a esta altura de diciembre, casi con las lucecitas de navidad enroscadas en el alma, sigamos dando noticia de nuevos discos y presentaciones?
Los poquitos integrantes de Redacción 351 estamos encarando, una vez más, el Anuario Musical de Córdoba. Le ponemos mayúsculas porque no sabemos por qué le ponemos mayúsculas. O sí lo sabemos: por el talento y el trabajo de la gente admirable que aparecerá en el informe a publicar un par de días antes de los confites de colores, que son los más ricos.
Por tercer año consecutivo, abrimos el juego a músicos de todos los ámbitos, para que cuenten su experiencia en 2014 y sus planes para el año que viene.
Enviamos más de quinientas invitaciones. Por las dudas, tenemos la lista de los invitados para quien quiera verla, ya que podría pensarse que estamos inflando la cifra. No. Es un número importante de gente. Muchos no participarán. Pero otros sí. Lo están haciendo por estas horas.
El primer músico que accedió a esta convocatoria, enviando palabras amables, fue O-Bri. Su texto es hermoso. Por ahí leemos: «Años de abrazos siempre y esos nidos que se renuevan más allá de las diferencias».
En plena agitación de la vida de un músico, por la circunstancia feliz de haber editado un nuevo disco y comenzar a recibir mensajes y a programar actividades vinculadas a la presentación en vivo, caemos con una invitación que supone detenerse por unos instantes a pensar. Una vez más, O-Bri dignificó esta propuesta, bautizándola con un texto que es un poema.
Un par de días antes, desde una generosidad que no nos merecemos, el mismo músico nos invitó a escuchar «Airesuenapiel». Con una mezcla de ansiedad y alegría que es de suponer, bajamos el disco a la computadora, para escucharlo en casa, y al teléfono, para escucharlo en la calle.
Y lo escuchamos.
Y nos pusimos contentos, por enésima vez en este 2014.
No es frecuente, casi nunca sucede porque hay que entender que cada cual tiene letra propia. Pero vamos a referir dos publicaciones que dimensionan el trabajo de O-Bri. La primera es de José Heinz en La Voz del Interior. Hay una apreciación interesante del disco en el contexto de la entrevista al músico, que habla de su obra y de lo que pasa en Córdoba. La segunda es de Santiago Pfleiderer, en diario Alfil. Incluye una reseña completa de la trayectoria de O-Bri, como referencia para tantos artistas que con sus expresiones vienen enriqueciendo la escena local, no sin sacrificio, pero con un empuje que venimos aplaudiendo desde hace rato.
Ciertas demoras ganan premios imprevistos. El premio de esta invitación, a horas de la presentación de «Airesuenapiel», consiste en poder recomendar la lectura de dos notas que abarcan la obra y el testimonio de un artista-escuela.
Aquí sólo podemos aportar algunas observaciones que quieren decir esto: el disco «Airesuenapiel» de O-Bri está buenísimo.
La primera cosa que quisiéramos proponer, es que O-Bri cantando es cosa seria. A primera escucha, su voz inquieta, molesta, genera una pregunta casi inmediata: ¿Por qué canta así? Apostamos algo grande, casi que nos jugamos la vida, o tampoco tanto pero más o menos, a que esa pregunta, esa misma, exacta pregunta, visitó las primeras escuchas de miles y miles de desconcertados que el tiempo convirtió en admiradores perpetuos de la obra, pero sobre todo, de la manera de cantar de Luis Alberto Spinetta. «¿Por qué canta así?» se habrá preguntado alguien que se topó con «La Aventura de la abeja reina», por decir lo primero que se nos viene a las teclas.
Hay preguntas que se responden después de mucho tiempo. Generalmente, son las mejores respuestas, porque con los años, modifican el sentido de la pregunta. La primera vez, «¿Por qué canta así Spinetta?» quería decir, tal vez para muchos, «¿Por qué no canta bien?». La misma pregunta, pasadas las décadas, quiere decir «¿Cómo hacer para que quienes aún no disfrutan de la obra de Spinetta lleguen a emocionarse ante tanta maravilla?»
La primera escucha de «Airesuenapiel» genera una pregunta sobre O-Bri: ¿Por qué canta así? Conclusión: No podríamos haber empezado mejor.
Sabemos de la admiración del músico por Spinetta. De hecho hay un tema dedicado, pero antes de suponer que cualquier comparación podrá alegrarlo, mejor recalculemos, porque hay artistas que han recorrido un camino más que suficiente como para desatender vinculaciones. El trabajo de O-Bri para llegar a generar formas de instrumentación como las que suenan en «Nómade», en «Suelo como cielo», o en «Barcos sin alas», nos libera de un recurso que antes y después de equiparar la obra de un músico con posibles influencias, muestra la pobre costura de quien escucha. Basta un tironcito para que salten todos los puntos. Mejor adentrarse, una y otra vez, para descubrir tesoros en «Salve dios», en «Sólo hay un camino», en «Alá Karim», en «Si es preciso»; mejor dejar que los climas sonoros de «Airesuenapiel» le hagan el dobladillo a nuestra sensibilidad… Es una imagen difícil, como las preguntas que se responden con los años.
Escuchá «Salve dios»
Este sábado 13 de diciembre a las nueve de la noche, O-Bri compartirá sus temas junto a artistas notables de Córdoba. La lista incluye a Sergio Pezzoli en guitarra sinte y eléctrica; Cci Kiú en coros-glockenspiel; Fernando Cortasa en batería; Ger Reccitelli en guitarra acústica y coros; Daniel Kogan en teclado; Santiago Viale en contrabajo; Caro Merlo, Lola Garzón Funes, Belu Monti y Magdalena Alcaraz en coros; Pablo Sosa Caba y Maru Aparicio en arte visual.
No podemos más que celebrar esta presentación de un artista-docente, cuyos trabajos son lecciones a seguir porque «Airesuenapiel» es eso: un disco-escuela, una costurerita genial que dará buenos pasos en la sensibilidad de muchos.
Agendá:
O-Bri presenta «Airesuenapiel»
Sábado 13 de diciembre – 21 horas.
Auditorio de la Facultad de Ciencias Exactas. Vélez Sarsfield y Duarte Quirós.
Entrada: $50.