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Quieto Poliéster y Bosques de Groenlandia en vivo

22-03-2013 / Cultura
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Este viernes desde las 22 horas, dos de las bandas que vienen marcando la escena local se presentan juntas en La Fábrica Cultural.


Quieto Poliéster y Bosques de Groenlandia en vivo

Por | redaccion351@gmail.com

Entre las músicas posibles para celebrar el comienzo del otoño, una propuesta más que atendible tendrá lugar este viernes 22 de marzo en Caseros al 900. Dos formaciones que venimos siguiendo desde sus comienzos reunirán sus repertorios en una presentación para no dejar pasar.

Lo primero que vamos a decir, que suele pasar de largo, tiene que ver con los nombres. «Quieto Poliéster» y «Bosques de Groenlandia». Los hemos escuchado tantas veces, pero momento. Nos detengamos un segundo. «Quieto Poliéster». «Bosques de Groenlandia»… «Bosques de Groenlandia»… «Quieto Poliéster»… Impresionante. Dos hallazgos.

Quieto Poliéster nació de la confluencia, tal vez una de las palabras más precisas para definir a Córdoba. Año a año, las calles de nuestra ciudad reciben bandadas de niños y niñas con las mismas ganas de estudiar libros y de estudiarse alegremente entre ellos.  Si jugamos un poco con los significados, no es casual que haya una zona de la ciudad que siempre parece nueva. Entre otras bellezas, Nueva Córdoba resume esa magia de la confluencia.

Desde distintas procedencias, con Nueva Córdoba y otros barrios de por medio, y con formaciones musicales discímiles que fueron acercando las partes, Quieto Poliéster encontró su origen en 2010.

Las amistades importantes de la vida, las que siempre tuercen el rumbo para bailongos imprevistos, terminaron juntando las cuerdas graves de Mauricio Diez, la guitarra de Nicolás Kuitca, el violín de Lucas Maldonado, los parches, platos y demás artilugios de Paula Nieto y Pablo Bione, y los vientos de Nicolás Savina, Nicolás La Roca, Pablo Cerneux, Esteban Escobar y Mateo Massanet. Una verdadera banda nacida de horas y horas de atriles y partituras, pero también de largas guitarreadas. El resultado es una música que se pasea por cualquier jardín y se llena las mangas de flores.

Mirá el video de «La Fiesta del Rabino».

 

Ahí nomás, los Bosques de Groenlandia. Por lo menos desde «A Forest» de los viejos y peludos Cure que en pocos días vuelven a Buenos Aires, o desde el Vedder de «Into the Wild», o desde Vernon cantándole a Emma para siempre, la música vinculada a los bosques suele arrimarnos a un estado de gracia, mezcla de sombras cambiantes de algún fueguito compañero con senderos que se bifurcan para que nos perdamos y la angustia nos guste un poquito.

Pero nuestros bosques, los de Groenlandia, nos gustan porque sí. Así de simple (algún día, en otra nota, hablaremos de los retorcijones mentales de tantos escribas para evitar decir que una banda les gusta porque sí). Nos gustan porque, cuando cantan lo que cantan, dejando correr sus voces entre acordes rasgados y arreglos de violines, suena algo que nos manda a la casa de la abuela Nora, de la mano del lobo y por el camino más largo. Cuando llegamos, humea el café con leche y hay dulce de ciruela y pan gordo. Vení lobo, tate acá y escuchá el disco.

Los videos, para mejor, se ríen del imaginario que nos acercan las letras.

Mirá el video de «Dulce de ciruela».

 

Por los pajaritos de Poliéster, sabemos que la presentación tendrá una puesta casi teatral, y que cada banda tiene, para este año, proyectos que nos ponen muy contentos. Por lo pronto, juntas en vivo, le cortan la cinta al otoño.

Agendar:

Quieto Poliéster y Bosques de Groenlandia.
Viernes 22 de marzo – 22hs
La Fábrica Cultural – Caseros 988.
Entrada: $25.