» Mery Murúa presenta «Sal» redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

El miércoles 20 de mayo de 2015 tuvo lugar un concierto diferente a casi todos las habituales. Primero, porque las canciones que sonaron fueron registradas para la edición de un disco. Luego, por el espacio elegido para la presentación. Entre los puntos de Córdoba que conforman el circuito de la música en vivo, la confitería de la Estación Mitre es una rareza de las más hermosas. Finalmente, por la música misma que pudimos disfrutar, nacida de artistas enormes convocados para una gran noche.

El miércoles 20 de mayo de 2015, Mery Murúa compartió con una parte de su público (la otra parte no llegó a conseguir una entrada porque simplemente se agotaron) las canciones de su tercer disco «Sal», junto a Horacio Burgos (por estos días recorriendo Europa) en guitarra y arreglos, Rubén «Mono» Izarrualde en flauta traversa y voz, Franco Luciani en armónica y voz, José «Pepo» Gómez en bajo y voz y Jerónimo Izarrualde en batería y voz. También participaron los Alma Mora, es decir, Nora Rodríguez en voz, Quique Rodríguez y Juan Lechuga en guitarras y Diego Lechuga en percusión. Fue una noche que sigue emocionando en el recuerdo, por varios cruces que se dieron, donde no faltaron risas ni lágrimas.

Crónica de la grabación en vivo de «Sal»

Después, sólo hubo que esperar un tiempo para tener «Sal» en las manos, con esa foto de tapa lograda por Sergio Manes, donde se ve a Mery, «la luz en el pelo», como escribió Alejandro Mareco en su crónica.

Hay que tener ese disco. Habría que tener todos los discos de por acá. Salir a buscarlos, están por todos lados porque cada vez son más y mejores. Y si no están en algunos de todos esos lados, habría que decirle a la señora o al señor de la disquería: «Oiga, ¿cómo no va a tener discos de Córdoba? ¿Usted dónde vive?» Es lento, pero va queriendo…

Hay que tener cerca el último disco de Mery Murúa. Recorrer su dedicatoria y agradecimientos, esas pocas líneas que van por los años, desde los paisajes de la infancia, allá por Cruz del Eje, hasta el público que la ha descubierto como cantora enorme y la viene acompañando desde sus primeras presentaciones, o desde encuentros recientes, agrandando la ronda, porque se trata de eso. ¿Qué otro sentido puede tener, a propósito, la difusión de un recital sino es para agrandar la ronda en torno a artistas que hacen las cosas maravillosas que hacen?

No se trata de música de raíz, ni de folklore, ni de grandes referentes del cancionero popular argentino, ni de todos esos naipes ajados que nos hacen entender rápido que en algún punto de la ciudad sonará una zamba o una chacarera o algún clásico del continente o una canción nueva. Se trata de un poco más que todo eso. Un poco bastante: de música hecha por músicos que han sabido encontrar, después de mucha vida vivida, una expresión compartida, un momento que se deja adjetivar como profundo.

¿Qué será eso de la profundidad? ¿Por qué una interpretación es «profunda»? ¿Por qué buscamos, muchos, que una música – eso que está sonando frente a nuestra disposición a escuchar- sea profunda?

Tal vez, una música es profunda cuando es auténtica. Vuelta a empezar. ¿Qué sería una música auténtica?

Después de varios que han pensado en todo esto, es posible resumir que esa «profundidad» y «autenticidad» de la música nos requiere del lado de la escucha, con todas nuestras posibilidades, nuestras limitaciones, pero sobre todo con nuestros pequeños gestos de entrega, de silencio, de calma ante lo que nos abarca. Esos gestos que se parecen a cuando vemos llover, o, ejemplo menos poético, a cuando nos cortan el pelo… No hay nada que hacer… Ante esa hermosura de ver caer agua del cielo, ante los designios de las tijeras o ante una música profunda, nos quedamos así, a merced de la belleza. Bueno… El peluquero tampoco hace magia…

¡Pero la música sí! Una música profunda nos cuenta sobre algunas dimensiones que nuestras propias formas de ver el mundo habían recorrido pero con recursos más modestos. Y entonces aparecen unos versos, mejorados por fraseos inesperados, por arpegios de guitarra, por vuelos de flautas traversas o armónicas y bases de percusión y bajo que nos abren a una percepción más amplia que aquella con las que veníamos andando. Y ahí está todo. Es eso… Cuando escuchamos, por ejemplo,

«Cuando ya no alumbre
el candil arisco de mi corazón…»

Sin un nosotros, acaso no habrá honduras que valgan en esas líneas. Sin grandes artistas que pongan las pausas donde tienen que ir, tampoco. Por suerte hay cantoras como Mery Murúa y músicos como los que la acompañaron esa noche, y algunos nuevos que la acompañarán este jueves 15 de septiembre, para revivir la magia.

Mery Murúa – «Que seas vos»

Además de versiones de obras conocidas que nos devuelven a los aplausos de la Estación Mitre, y de pasajes instrumentales que nos dejan seguir aplaudiendo, acaso lo más emocionante de «Sal» pase por las creaciones de la propia Mery que completan el registro.

La Lista de «Sal»

01- Resolana (Eduardo Falú – Jaime Dávalos).
02- Tu mama calma (Mery Murúa).
03- Luna de Tartagal (Chango Rodríguez).
04- Que seas vos (Marta Mendicute).
05- Te recuerdo Amanda (Víctor Jara).
06- Río rebelde (Cholo Aguirre – Roberto Uballes).
07- Aroma del lugar (Emilio del Guercio).
08- Mandarino (Mery Murúa).
09- Viernes de Salamanca (Ana Robles).
10- Sal (Mery Murúa).

Instrumentales

11- Garúa (Aníbal Troilo – Enrique Cadícamo).
12- Zamba para la viuda (Cuchi Leguizamón – Manuel J. Castilla).

A los largo de 2015, aparecieron videos de la grabación en vivo que sirven como invitación a otra noche, con nuevas formas, porque ha pasado un tiempo y cada versión habrá encontrado matices nuevos.

Mery Murúa – «Sal»

Este jueves, Mery saldrá al escenario del Real junto a José «Pepo» Gómez en bajo; Mono» Izarrualde en flauta traversa; Franco Luciani en armónica; Daniel Soria en guitarra; Mario Tozzini en piano y José «Negro» Gómez en percusión. Músicos invitados: Alma Mora, Juan Iñaki y Paola Bernal. Bailarina: Emilce Marcolongo.