Menos Mitos

Los Defensores de Causas Perdidas. Introducción

2-08-2016 / Lecturas, Menos Mitos
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Entre 1990 y 1991, Juan Fragueiro publicó una serie de textos que el envión supo encausar hacia una de las primeras novelas de Córdoba aparecidas en Internet. Es un honor para este espacio poder compartir una obra que sigue burlando tarascones del apuro trepándose a las tipas de la Cañada.


Los Defensores de Causas Perdidas. Introducción

Por Juan Fragueiro.

Los defensores de causas perdidas. Historias para-bobos.
El futuro fue ayer.

Introducción 

Detrás de cada porción de amor egoísta se esconde una nueva sensación: estar profundamente convencido de que sin amor el mundo dejaría de ser lo que es: una brutal batalla de poderes, placeres, torturas, censuras clericales, sermones y admoniciones papales (del Papa y de papá). Vestigios de una cultura francamente decadente. Ahora vendrán los postmodernos o, lo que es igual, los que creen que la Era de la Modernidad está pasada de moda y hay que reemplazarla. Nada creíbles suenan los argumentos acerca de un futuro inexistente y un pasado que sólo sirve para mixturar con este presente fallado. Llueven viejos registros en nuevas versiones, anquilosados metros de celuloide reaparecen coloreados… Ha nacido la postmodernidad; fue parida por la mediocridad.

Viejas cuestiones siguen sin resolución. Problemas mayores o menores. Problemas, al fin, que el hombre no podrá olvidar por antojo de unos cuantos operadores de la moda. ¿Qué se hizo de la cultura? Sepultada, maltratada. ¿Y qué de las obras del arte milenario? Ahora están los papiros del Mar Báltico-Adriático-Muerto para ayudarnos a creer. Ante cada falla de fe humana, cuando el rating de la Iglesia de Pedro baja temerosamente, algo lo ayuda a recuperarse: y siempre es un Milagro: Los papiros están escritos en primera persona:

«Yo, Noé, he visto llover como nunca…»

Deberemos revisar nuevamente nuestra historia y acabaremos otra vez en la histeria. Quien esconda entre sus manos la miserable entronización de lo sub-moderno sabrá que algo ha hecho. Eso no cambia. La solidaridad no vive sin retroalimentación; la caridad no subsiste sin trabajo; la dignidad no resiste un solo paso atrás. Todo ha muerto, las tumbas nos rodean día a día, cercándonos en nuestras aspiraciones de hombres medianamente libres, sombríos y tolerantes a los cambios. Sólo una cosa, encubierta como emblema, nos permitirá ser verdaderamente hombres libres: la irrenunciable voluntad de decir, sentir, gemir, beber y comer… lo que se nos venga en ganas. Falta averiguar quién será nuestro guía. El que lo espera… ¡pierde!

El amor ya no se encuentra a la vuelta de la esquina como antaño, ahora está esperándonos en los estudios de televisión de algún canal capitalino, usando como boca parlante la jeta de un animador de cuarta (amigo de los que hay que ser amigo). La riqueza no está en el trabajo sino detrás de un número telefónico, ocultando fabulosos premios por recordar el color de la bombacha que usó en su último día Catalina de Médicis; también en tapitas y raspaditas.

¿Cómo no se va a entorpecer el siglo de la modernidad si parece que retrocediéramos constantemente? Esta noche nadie vendrá a cenar. Tampoco mañana. Pasado mañana las criptas estarán encima de la avenida, los patos en la mesa tendida para el almuerzo y los glúteos de Maradona emporcando un tablón con libros de oferta.

Todo estará mejor que ahora… Aunque no tengamos Coca… Cola.

 

Premios y menciones logrados por esta obra

-Estatuilla de acero y madera de la Organización de Madres Frígidas y Abuelas en Decadencia, Córdoba.

-Organización de Amigos del Trolebús articulado, Sociedad de Responsabilidad Limitada.

-Amigos Ocultos de la Cripta del Loreto and Company.

-Bombachita de látex del Centro Materno-Infantil de la Virgen de los Dolores.

-Conchita blanca a control remoto del Club Lujuria y Deseo de Villa María, Córdoba.

-Medio jaboncito de la Asociación Nacional de Albergues Transitorios.

-Tercera mención de Sadespa, Sociedad Argentina de Escritores Sin Papel.

-Premio del Centro Ecuménico de Nepal: ramita de caucho sintético.

-Medallón de menta de la Organización Mundial para el desarrollo de los Niños de Biafra.

-Llave Acytra del Municipio de Korvazwchofona.

 

Próxima entrega: «Cómo asumir una postura anti-ecléctica.»