Un micromundo se deja crear

Sur Oculto presentó su tercer disco en el Teatro Real

9-08-2011 / Crónicas
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El 4 de agosto, el trío integrado por Sebastián Teves, Fabricio Morás y Pablo González estrenó los temas de su último trabajo. Fue un concierto extraordinario.


Sur Oculto presentó su tercer disco en el Teatro Real

Por | asciascia@redaccion351.com

Fotos: Luciano Domene

En la ciudad de Córdoba, cuando todo se desliza y se deja crear, aparece Sur Oculto con su poder para llevarnos a otro lugar. Como batería de fuegos artificiales que explota en la cabeza antes de que nos podamos alejar, nos detonan para todo el viaje. Esta crónica es la secuela de lo que puede generar un micromundo que se deja crear.

Sur Oculto en Teatro Real

El jueves 4 de agosto de 2011 a las 19 horas, en la boletería del Teatro Real quedaban tan sólo 70 entradas para la presentación del tercer disco de Sur Oculto.  Las 22 horas llegan con la prisa propia de la ciudad. Aproximadamente 100 personas quedan sin entradas (sold out). Mientras, en el interior del Teatro, se agolpan las emociones y ansias en las butacas, abrazos, corridas y sonrisas para fotografiar.

Los sonidos, la iluminación y las imágenes del disco, son la introducción al ingreso del túnel de todos los tiempos al mismo tiempo. Comienza un viaje estimulado por tres guerreros del rock fusión y la improvisación. Un show con un aquí y ahora irrepetible para el privilegio de los presentes. “El eterno regreso al caos” da comienzo al concierto y deja desparramada la intensidad y energía de la banda, como carta de presentación del nuevo álbum. “Elefante”, “Perro nervioso” y “Campastrom” suenan ligero y pasan sobre los cuerpos y almas del público.

Sur Oculto

Tres músicos, una sala y palcos de respeto y desconcierto no dan lugar a las palabras, no hacen falta. Basta con dejarse llevar por el momento. Las diferentes velocidades e intensidades contraen y tensionan el cuerpo con mucha energía, ésta se consume en los silencios abruptos; y del excitante caos vuelve la calma. Importa la alteración de todos los sentidos, en vez de la búsqueda de significados.

En la profundidad libre e irrepetible de la improvisación, en el límite más hondo de sí mismos, los Sur Oculto comparten escenario con Fernando Caballero. A dos baterías, suena “un Zeitgeber que nunca fue grabado ni tocado, acaba de pasar”, dice Sebastián Teves, el bajista. Cuatro músicos comunicados, un diálogo y la sonrisa cómplice entre los bateros Pablo González y Caballero, significaron tanto más que mil palabras.

Sebastián Teves
La serie conformada por “Infradiano”, “Yuxtaposición” y “Circadiano” creó imágenes de un sueño, mensajes cifrados más acá de toda decodificación, más allá de toda realidad mundana. La respiración con fuerza del bajista es la única marca del paso del tiempo.

La energía de  Sur Oculto en el “Palacio del cine y la música” –como lo llamaban en el 1927- se derrama con algún rastro de artistas precedentes. En 2011, el Teatro Real tiembla y deja un mensaje para el que está atento y autodestruye por un momento la percepción de un mundo organizado como por hormigas, para exponerse al poderoso show que continua con “B” y su inicio inadvertido, y con el groove de “1824 Liverpool”.

Entre los agradecimientos de Teves se escucha: “¡Bravo tío!”. El bajista aclara que es su sobrina y cuenta que a ella “le gusta el disco pero no le gusta la parte de los fantasmas”. Se retiran del escenario pero regresan con temas viejos y una versión 2011 de “La llave Thompson”.

Pablo González - Sebastián Teves

Las palabras de Teves: “No nos olvidamos más de esta fecha, gracias por escuchar”; la sonrisa de González; y el gesto de Morás, expresan el eterno agradecimiento y la felicidad del momento. La inminencia del fin y el anterior simulacro de que la presentación había terminado, crea en el público la esperanza de que el show continúa y por unos minutos permanece a la espera de la segunda vuelta. La presentación de Sur Oculto finaliza con la sensación de un pequeño e intenso instante. Los presentes se retiran con chispas de sonidos sin lugar a diálogos superfluos.

Las cosas se pusieron estereoscópicas en el micromundo que se dejó crear. Un Zeitgeber para la microbiología, un fantasma para los niños, y un mago para expresar momentos donde los minutos son segundos, donde el tiempo es arte.

Fabricio Morás