Por Florencia Reartes | freartes@redaccion351.com
Fotos: Candelaria Siles | csiles@redaccion351.com
Como venía pasando en anteriores ediciones del festival, la cantidad y calidad de bandas cordobesas que suenan en el Cosquín no dejan de sorprender, tanto a espectadores locales como a la gente de las demás provincias. Y es que en un lunes de carnaval, parcialmente nublado de a ratos y soleadísimo de otros, el predio se llenó desde temprano.
A las 5 de la tarde exactas, comenzaron a sonar los primeros acordes de Al vacío, que inundó con su música el escenario C*Rock. Con una concurrencia poguera y rockanrolera, los cordobeses a puro riff tocaron un rock bien pesado y de excelente calidad. Su vocalista, a mitad del show, anunció que su primer disco “Solo” sale a la venta en el próximo 23 de febrero. “El lunes que viene ya está en la calle”, adelantó. Además, los muchachos aprovecharon el imponente marco del Cosquín para filmar su videoclip así que anduvieron de acá para allá rodeados de cámaras y micrófonos.
Termina Al Vacío, salimos de la carpa a tomar aire. El clima convierte cualquier espacio cerrado por lonas en una especie de sauna natural, poco amigable.
Volvemos y es el turno de Los Ustedes. El calor agobia pero su estilo rioplatense invita a la murga, al baile, al salto. “Me dicen que soy rockero murguero”, dice una de sus letras, y es así nomás. Al mismo tiempo cobran protagonismo un saxo prolijo y potente y toda la energía a puro baile de conga y vientos.
Mientras terminaban los chicos de Los Ustedes, en el escenario Movistar era otra la historia.
El temático del día 3 correspondía al metal, un estilo que las bandas argentas han sabido trabajar y pulir con los años. Bien temprano con un GTX impecable, los amantes del heavy, algunos sentados, otros de pie y otros saltando, dieron amplias muestras de que ese género tiene su lugar ganado en Córdoba.
Casi al mismo tiempo, en el escenario alternativo que auspicia Pepsi, los Hipnótica comenzaban con su show. Con groupies propias que no dejaron de cantar ni bailar un segundo, la banda hizo un breve repaso por sus temas más conocidos. Con su pop electrónico le imprimieron ritmo a una carpa que terminó bailando en un clima bien cálido (muy parecido a la carpa de Movistar).
A unos metros, el contraste era de película. Pésame pisaba fuerte el escenario temático, para que Kablin, el Cuerda y compañía hicieran de las suyas, con furia, con velocidad, con el espíritu heavy intacto después de tantos kilómetros de carrera recorridos por cada uno de ellos. Parte de la historia de un género que los tiene como referentes cordobeses, Pésame deslumbró. Remeras de la banda por doquier, un público fiel quedó excitado luego del tren que los pasó por encima.
De nuevo en la carpa de Pepsi, los Rayos Láser hicieron su presentación energética y bañados en una luz azul que nos hizo transportar al lugar de donde surgen nombres como los de su banda. El bajo, las guitarras, las voces, los coros pegadizos, supieron crear un clima particular. Todos los temas tienen ese «no sé qué» de hit. Una fórmula de éxito que los Rayos manejan y utilizan muy bien.
La última banda que sonó de Córdoba fueron los Hammer que, en sintonía con sus predecesores, demostraron que el rock cordobés no improvisa. Sonaron perfecto en un marco de montaña que ya empezaba a recibir la noche. El heavy metal local sigue manteniendo un nivel de exportación.
Dos de dos. El rock de nuestra cuidad se la banca.
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