Arquitectura

Bioconstrucción: volver a lo natural

5-09-2014 / Política y Sociedad
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Edificar genera un gran impacto en el medio que nos rodea, aqui una experiencia en las Sierras Chicas para disminuirlo.


Bioconstrucción: volver a lo natural

Por Ricardo Efraín Cortés | rcortes@redaccion351.com

La bioarquitectura es una tendencia que crece, rescatando formas tradicionales de construcción conjugados con la arquitectura clásica.

En el panorama actual de escasez energética  mundial  está cobrando fuerza la conciencia ecológica como un nuevo parámetro al que todo ciudadano debe responder.

Daniel Esmite es uruguayo, maestro mayor en obras especializado en bioconstrucción. Pasó por Río Ceballos para dar una capacitación en conjunto con el anfitrión Fito López.
En esta charla repasamos los principales conceptos y la razón por la que promueven esta manera de entender las viviendas y la vida.

¿Por qué de Uruguay a Argentina para enseñar bioconstrucción?

Desde el espacio no se ven las fronteras. Los ríos, las tierras son todas iguales. Desde el principio, quien pueda dominar tiene que dividir para poder reinar, entonces hemos nacido en una cultura en la que nos tratan de separar para poder hacernos más débiles. Para mí no existen fronteras. Entiendo que el suelo es el mismo, más allá de que la tierra tiene distintos componentes como la arcilla, el limo, la arena y la grava. En el mundo está en distintas proporciones, pero la tierra siempre tiene arcilla. No existe tierra sin arcilla, sino sería arena. Partimos la base de que el lugar común donde uno vive es de todos. Uno es habitante del planeta, de esta madre tierra que nos ha elegido para hacer esto.

¿Cómo llegaste a través de tu carrera profesional a perfeccionarte en la bioconstrucción?

De chico me encantaba lo natural. Fui Scout, y a través de los scouts quise darle un marco simbólico a la rama Pioneros, que tuviera que ver con la Misión. De esa manera me encuentro con las reducciones jesuíticas, donde se trabajaba la minga, existía el coty-guazu (casa de las viudas). Después estuve en Misiones, con construcciones hechas hace más de 400 años. Yo soy maestro mayor de obras y me recibí en 1987, me gusta la educación y la construcción y me he especializado, dado que me pegó fuerte la experiencia que tuve con lo natural.

No pensé que podía construir casas con materiales naturales, porque en la facultad o en la escuela técnica no nos enseñan a construir así. Sin embargo va a llegar un momento en que no podremos darnos el lujo de gastar tanta energía para hacer aluminio por ejemplo. ¿Por qué se hace hoy? Porque hay exceso de energía, pero tenemos que pensar que en el futuro no habrá exceso de agua potable ni de hidrocarburos. Tenemos que pensar en las futuras generaciones. Soy de la idea de que la naturaleza te da lo que necesitás, no lo que querés. La idea no es volver atrás, sino vivir el futuro, hacer casas de futuro con muy buenas terminaciones, podemos ver en el primer mundo construcciones muy bien hechas con materiales naturales.

¿Te has especializado en hacerlo científicamente?

Si, de eso se trata, no somos fundamentalistas, usamos cada uno de los elementos que el hombre ha creado, ya que todo sale de la naturaleza, nada se destruye, solo se transforma. El mismo laboratorio nos ha permitido tener una arquitectura del siglo XXI, ensayar los materiales, estudiar los comportamientos de los suelos, sumar la química para ver uniones y hacer pinturas naturales, etc. Por ejemplo el suero de la leche con la cal hacen una pintura que se llama albuminato de cal, impermeable al agua pero permeable al vapor, es decir que deja respirar las paredes. Hay una enorme enseñanza en Gaudí, arquitecto catalán que vio en la naturaleza la geometría y la arquitectura.

¿Por qué usan formas circulares?

Partimos de la base de que en la naturaleza no hay líneas rectas. Fuimos nosotros quienes las utilizamos por una cuestión de ordenamiento territorial. Desde la naturaleza hay un mensaje de que es todo curvo, tiene que ver con la energía, cómo fluye y lo que provoca. También una de las cosas más importantes que vemos es la construcción sismo-resistente. Es muy difícil que una pared curva caigaa hacia afuera, que es lo que ocurre en los sismos con las casas. Otro motivo es el ahorro de materiales, al trabajar una pared curva uno no necesita pilares para sostener esas paredes, sino que la misma pared en su forma se va sosteniendo sola.

Si una familia se pone a hacer su casa puede hacerlo con muy poco dinero, con el mismo material que tiene bajo sus pies. El pasto, el adobe, la tierra: se hacen moldes, se van secando y en un momento se transforman en una casa… ¿y qué gasto tuvieron?

Además hay que destacar el trabajo colaborativo, una persona no puede construir una casa sólo, pero diez si pueden construir diez casas, esta forma de construcción es más económica sobre todo si se realiza de manera cooperativa.


¿Qué le dirías a la gente que duda sobre emprender una construcción de este tipo?

Mucha gente tiene experiencia con el trabajo con materiales naturales. Como el material industrializado se ve como una señal de progreso, nos ha pasado en muchos lugares que se opta por estos materiales porque dan status. Lo que le pido a la gente que lea esta nota es que no perdamos la identidad, no perdamos el idioma y las costumbres y lo natural que ha sido la vida hasta ahora. Cambiarlo por un “progreso” que no se sostiene no es beneficioso. Más vale seguir con algo que conocemos, mejorarlo, sabiendo que cada unotiene un familiar o amigo que ha vivido en una casa de adobe o natural y sabe lo que es vivir alli.

La próxima capacitación será entre el 11 y 13 de octubre, se puede consultar con Fito López, facilitador y difusor de este movimiento en las sierras chicas.