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Las puertas abiertas de la Fundación Alegría Ahora. El umbral posible para que tantas historias de injusticia extrema encuentren la contención necesaria y la esperanza de un nuevo destino gane sentido día tras día, con la educación y el amor como medios y fines inseparables.

Cada semana, este espacio suma historias alguna vez contadas, como un mínimo aporte a la visibilidad de la inmensa tarea que un puñado de personas lleva adelante.

Pocos meses antes de la partida del líder sudafricano Nelson Mandela, allá por diciembre de 2013, Mónica Lungo tomó una de sus frases emblemáticas para reafirmar la condición irremplazable de cada una de sus palabras.

6. El arma más poderosa

Mónica Lungo, viernes 28 de junio de 2013.

«La educación es el arma más poderosa…»
He visto reiteradamente este pensamiento de Mandela, estos días.
Cuánto se me ha criticado por escribir lo mismo.
Cuántas veces se me ha pedido «decí ‘herramienta’, ‘arma’ es muy duro, queda mal…»
Jamás cambié la palabra.
Qué bueno que alguien como él legitime la realidad y el lenguaje.
Estamos en guerra y lo dice alguien que estuvo preso 27 años, más o menos lo que nuestros ciudadanos argentinos -todos pobres y sin posibilidades- están durante toda su vida.
Hace 7 años, Ariel, un estudiante del Programa Universitario en la Cárcel, escribió en nuestra Agenda 2006:»Cambié el arma por la lapicera.»
La educación nos hace entender que nada es natural, que todo es construcción social y que por eso puede ser modificada.
¡Es tan esperanzador pararse como educador en los abismos sabiendo que la realidad cruel puede ser modificada!