Alegría Ahora

49. Para la muy nuestra Sonia

6-06-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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¿Cómo no tener esperanzas si en los lugares más tremendos la belleza de la que somos capaces se expresa?


49. Para la muy nuestra Sonia

En nuestro espacio semanal de historias de amor político rescatadas en torno a la Escuela Alegría Ahora, una muy especial, dedicada a la abuela más querida.

49. Para la muy nuestra Sonia.

Mónica Lungo, jueves 7 de agosto de 2014.

Adelanto de la Agenda Libro Alegría Ahora 2015.

Para la muy nuestra Sonia:

Esta foto fue tomada por mi Carmela en el acto por los fusilados de la ex up1, en diciembre del 12.

Estábamos sentadas en uno de los banquitos de la plaza que inauguramos para los niños y niñas que van a pasar unas horitas con sus papás.

“La Visita” se llama nuestra plaza. En reconocimiento a las familias y amigos de los presos que toleran situaciones muy tristes e inhumanas para poder pasar unas horas con su gente querida. Un mimo antes del muro…

Estábamos preocupadas. Ya había pasado un año de la nueva gestión. Ya se sentía una derechización fuerte, sobre todo en el Ministerio de Justicia y con eso directo a las cárceles.

“Contame cómo están los chicos adentro…”

“Mal Sonia, mal, muy mal y cada vez peor. Se vienen tiempos más ásperos…”

“Sí, así es…”

Y todavía no se conocía el narco escándalo, ni se hablaba del gatillo fácil como hoy, no había 3 y 4 de diciembre en Córdoba, el Rubio del pasaje aún soñaba con una vida, no se fomentaba abiertamente linchar, pero lo veíamos venir…

“Hay que continuar…” dijo tratando de tranquilizar mis ojos de fuego…

“Claro Sonia, a nosotros no se nos ocurre dejar de luchar… No está en las opciones…”

Es una responsabilidad muy grande estar frente a personas que las ha atravesado el dolor y siguen enteras. Las abuelas han y siguen sufriendo uno de los mayores dolores, la perdida de la cría. Y de la cría de su cría. Con el plus de que nunca pudieron despedirse físicamente ni de un huesito…

En Alegría Ahora también sabemos de dolores extremos. Y son cientos, una tras otro, sin parar…

También nos hicimos expertas y expertos en asimilarlos y continuar con fe y amor por la vida.

Amor y fe, lo mejor que tenemos, nuestra fortaleza mayor.

Necesitamos contarles a todos ustedes y a Sonia especialmente que la cárcel, uno de los lugares más siniestros que la humanidad creó, tiene como contracara mucha fuerza, mucha dignidad. Tengo grabada la mirada conmovida de Gelman cuando puse en sus manos , como una ofrenda, pedazos de la pared de la cárcel con el mensaje más potente: “Juan, estamos rompiendo los muros.”

Siempre los luchadores sociales de todos los tiempos han terminado presos. Aunque principalmente la cárcel encierra a personas que atacan la propiedad privada de otro ciudadano. Todos los sabemos, la mayoría está por robo. Y la mayoría vienen de familias muy pobres, viviendo siempre del lado absoluto del abismo de la vida. Sí han “delinquido”. Han pagado mil veces a cada error. Sobrevaluado. Hoy un preso nos contó que declaró hace unos días: “Mire señor juez, voy por la tercera condena. Si en la primera me hubieran dado un laburo dejaba de ser choro. La vida tirada en esta mierda…”

Esa gente que puebla esos territorios es gente capaz de compartir la única comida rica que le trajo su visita y que vaya a saber cuándo vuelve a comer.

Gente que comparte tarjetas de teléfono, que escasean siempre, que son la manera de comunicarse con la vida. Gente que te da el mejor par de zapatillas si venís del calabozo sin nada.

¿Cómo no tener esperanzas si en los lugares más tremendos la belleza de la que somos capaces se expresa?

Estas mismas personas también se han expresado en el mundo con muchísima violencia, mucha crueldad. La misma que los educó durante toda la vida.

Hay responsabilidad en ellos también, creemos que en el escalón menor, pero también tienen responsabilidad por replicar una sociedad que no sirve.

Todos somos responsables, en distinta medida, de que el mundo se caiga a pedazos. Pero es esa responsabilidad la que tenemos que despertar, construir, fortalecer, posibilitar. La responsabilidad por la vida, por el amor, la libertad… Lo más hermoso que tenemos las personas.

La cárcel fue uno de los últimos lugares donde la hija de Sonia vivió. Queríamos decirte Sonia, que Silvina ha conocido lo mejor de las personas que estaban con ella, seguro que vivió los actos más profundos de generosidad, de resistencia… Y de alegría, de reír ante lo más injusto.

Recuerdo que no podíamos parar de reír cuando uno de los participantes del taller «Dos conjuros» nos contaba cómo lo torturaron después del motín… Y había que cagarse de risa, sino la locura te atrapaba…

No es consuelo tonto, es la realidad. Nuestra mejor respuesta es la realidad. Nuestro discurso es nuestra realidad. Nosotros tomamos, como muchos otros, la responsabilidad de proteger la vida con seriedad. Y lo hacemos con amor y alegría.

Tenemos distintas maneras de comulgar con lo espiritual. Hasta los compañeros declarados ateos sienten la energía bonita que nos une. Esa energía bonita es nuestra manera de luchar, de agradecer, de desear, de mover montañas con nuestra tozuda esperanza…

Vamos a prender un fuego para que puedas abrazar a la cría de tu cría, Sonia.

Y los que saben de esas cuestiones, nos han dicho que en los lugares sombríos más fuerza tienen los pedidos…

Ojalá, ojalá tu nieto llegue más rápido para abrazarte.