Alegría ahora

43. Una escuela muy rebelde

25-04-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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Era feliz. Era una estudiante, por eso tenía una razón importante para desafiar el destino con el que nació: quedar afuera de todo lo lindo que la vida también tiene.


43. Una escuela muy rebelde

Cada martes una historia en torno a la Escuela de Amor Político Alegría Ahora, una vez más en palabras de nuestra imprescindible Mónica Lungo, para pensar quiénes somos y qué hacemos para cambiar lo que somos.

43. Una escuela muy rebelde.

Mónica Lungo, viernes 17 de mayo de 2019.

Había una vez una escuela muy rebelde.

Había una vez una Laura que amaba ir a la escuela.

Todas las mañanas hacía un fueguito con la basura que encontraba y calentaba una olla para bañarse. Llegaba temprano y brillaba como una estrella.

“Terminé el primario pero sólo sé escribir mi nombre y ya sé que sin educación no soy nadie…”

Era feliz. Era una estudiante, por eso tenía una razón importante para desafiar el destino con el que nació: quedar afuera de todo lo lindo que la vida también tiene.

“¿Por qué a mí me toca sufrir siempre?” nos preguntaba.

Un día se enamoró del guacho más cruel y violento.

Le prohibió ir a la escuela y comenzó su infierno. La violó, la golpeó, la quebró, la apuñaló, la quemó, la obligó a drogarse y robar para él.

Cada vez que fui a buscarla a la villa él salía y decía, tocándose el arma en la cintura, que Laura no quería verme.

Quedó embarazada y fue un milagro que ese bebé naciera sin problemas graves de salud…

Comenzó a vivir todo el infierno junto a su mamá…

Una vez la desnudó y la ató en un árbol, en medio de la villa, estaba drogado y armado y nadie se animó a ayudarla.

El bebé lloraba gateando alrededor de ella mientras él gritaba “esto te pasa por puta.” Demasiado desgarrador…

Sólo venía a la escuela cuando lograba escaparse.

De su brillo de estrella casi no quedaba nada.

“Seño vengo a dormir acá, que acá no me pasa nada feo… ¿Me hace unos mimos en la cabeza para relajarme seño?”

Y así, las horas de descanso protegido ella y su bebé las tenía en su escuela, en una cama limpia y calentita y sobre todo en un lugar donde la cuidamos especialmente.

Escribo como un cuento una de nuestras historias de terror.

Escribo y entiendo porqué a cada educadore de Alegría Ahora nos cuesta tanto tener un sueño tranquilo, sabemos lo importante de sostener este lugar pulsando vida.

Escribo y querría cerrar esta historia con un buen final, pero no lo tengo. Todavía.

Entonces escribo fundamentalmente porque la historia de Laura continua y vamos a seguir abrazándola con nuestro fuego para que encuentre otra vez su brillo de estrella.

Había una vez una escuela muy rebelde que nunca aceptó que lo injusto no se pueda modificar.

(Aunque nos hierva siempre el corazón de tanto dolor.)