
Un verso rescatado, como título de un escrito publicado hace cuatro años, a la luz de un presente que no devuelve signos alentadores. Sólo queda seguir, siempre seguir. Eso, todos los días, en la certeza del equipo que integra Alegría Ahora, un refugio entre muchos que también siguen.
41. Donde hay dolor habrá canciones
Mónica Lungo, viernes 22 de marzo de 2019
Nuestro comienzo de clases 2019.
Como cualquier docente, sabíamos que este año iba a ser muy duro.
El hambre ha crecido rápidamente en los barrios. Y sabemos que cuando se llega al hambre, se ha llegado al mayor punto de violencia extrema.
Hemos tenido una comienzo agitado. Un compañero que fue a visitar la escuela un día me dijo: “Moni, ¿cómo aguantás tanto dolor todos los días?”
Es así, hay mucho dolor, la violencia desfila frente a nuestras narices, vemos a nuestres estudiantes atrapados en una realidad que se muestra imposible de revertir. Sentimos muchas veces que nuestro esfuerzo se pierde en el agujero de la violencia. Sentimos la derrota de ver cómo las vidas se pierden, los cuerpos se enferman y los sueños desaparecen.
Dicho así con poesía es más digerible leerlo.
Sin poesía, la verdadera realidad nos destroza: bebés accidentados, desnutridos, mamas jovencitas con síndrome de abstinencia por el paco, organismos del estado que no abrazan sino que persiguen y castigan, policía que se lleva a estudiantes, jóvenes con sus brazos cortados, niñes que no van a sus escuelas, mujeres que creen que sus maridos son sus dueños, con derecho de quebrarlas, quemarlas, violarlas, obligarlas a robar, a vender su cuerpo…
Un estudiante, de esos estudiantes super especiales, que conocemos hace años, que hemos protegido y acompañado especialmente, se roba nuestro único equipo de música…
Nos lleva años de trabajo lograr avanzar un paso y de un día para el otro, la feroz desigualdad nos hace retroceder mil, otra vez de nuevo al centro de la mierda.
Es muy duro..
Cuando temblamos de impotencia recordamos que “donde hay dolor habrá canciones”(1) y aparecen estos ojos que nos reafirman el camino y la tozuda esperanza se enciende otra vez.
Es una humilde chispa en medio del abismo. Pero es una chispa poderosa que nos vuelve a encender: seguimos creyendo que «la educación es el arma más poderosa” (2) para mejorarnos como Humanidad.
En Memoria de quienes nos enseñaron a luchar por el bien común.
Buen día.
1. «Bebamos de las copas lindas». Indio Solari.
2. Nelson Mandela.