Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
Imagen: Gentileza Noaeduca
Brian Banszczyk tiene 21 años. Le detectaron trastorno de déficit atencional e hiperactividad (TDAH) a los 5 años. Hace un tiempo, comenzó una campaña para generar conciencia sobre la problemática. Su trabajo es desde las redes sociales y a través de charlas en las que brinda información y herramientas de trabajo tanto a padres como a docentes. Al mismo tiempo, participa de la fundación “Fortalecer para crecer” de Alta Gracia, que se dedica a la prevención, diagnóstico e implementación de terapias dentro del ámbito de trastornos generalizados del desarrollo (TGD) y de TDAH. Por otra parte, organiza encuentros mensuales para las familias que funcionan como grupos de autoayuda.
¿Desde cuándo estás trabajando sobre el tema?
Yo comienzo a trabajar con el TDAH aproximadamente hace dos años, con el fin de poder mostrar desde la experiencia personal las vivencias que tienen la mayoría de los niños y adolescentes con esta problemática. A la vez me fui formando, estudiando e investigando para poder hacer la mayor difusión posible tanto en cuestión de comprensión, como para poder dar herramientas que sean útiles y sencillas de poner en práctica por padres y docentes. He armado un grupo en Facebook que tiene el mismo nombre que la campaña, llamado “UNIDOS POR EL TDAH EN ARGENTINA”. Allí coloco a diario información útil para los integrantes. Este año ya comenzamos a dar jornadas informativas en distintas ciudades y hay otras programadas para la segunda etapa del año.
¿Qué es el TDAH?
El TDAH es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Es un trastorno neurobiológico que se presenta en el 8% de la población infanto-juvenil aproximadamente. Existen tres tipos de TDAH y se diagnostica con una frecuencia superior en los varones: cada 4 niños, 1 niña.
¿Qué tratamientos se proponen?
El tratamiento del TDAH es multimodal, esto quiere decir que las propuestas son diferentes en función de las dificultades del niño y de cómo afecte el trastorno a su vida cotidiana. Las acciones deben ser multidisciplinarias y tienen que cubrirse diversas áreas. Es fundamental que tanto niño, familia, colegio y profesionales a cargo trabajen mancomunadamente. Las posibilidades de tratamiento pueden ser psicológico, psicopedagogo y, en casos de ser necesario y evaluado por un profesional, farmacológico.
¿Cuál es el enfoque que existe sobre el tema a nivel social?
Lamentablemente hay un profundo desconocimiento sobre la problemática, lo que produce muchos estigmas en los niños y adolescentes que generalmente son catalogados de malcriados, maleducados y con falta de límites. Incluso se los tilda de “poco inteligentes”, lo cual lleva a una exclusión los chicos. El hecho de que no se conozca el porqué de los comportamientos de estos niños y de que no se comprenda que es sin intención, realmente provoca en ellos grandes conflictos.
¿Cuáles son los principales conflictos que atraviesan los niños y adolescentes?
La mayoría de niños y adolescentes presentan conflictos en varias áreas. Su mayor problema es que tienen una autoestima muy baja, lo cual repercute de mala manera ya que es fundamental que cualquier niño tenga un buen auto-concepto de si mismo. Sin embargo, estos niños están muy lastimados por la cantidad de críticas y retos que reciben a diario.
A su vez, por sus características les cuesta mucho crear relaciones sociales, muchos reciben rechazos de sus pares y en gran medida sufren de acoso escolar. En el ámbito académico, generalmente no logran tener un buen rendimiento, dado que les cuesta prestar atención y terminar las tareas.
¿Cuáles son las implicancias a nivel educativo con respecto a la temática?
A nivel educativo, está todo muy librado al azar. Todo depende de la suerte que tenga cada uno, del docente que toque a cargo y de su predisposición para colaborar con los niños y adolescentes. Es importante que el docente esté preparado para ayudar a los afectados, pero muy pocos lo están y por eso no saben cómo colaborar. En otros casos, directamente no tienen ganas de brindar apoyo y hacen grandes daños a los chicos.
Para ayudarlos, lo más importante es crear un lazo afectivo. Además, hay cosas sencillas como tocar un hombro, prestar atención a la ubicación en el aula o utilizar un color de lapicera en los cuadernos. Esas acciones demuestran que hay un interés por ellos. Otra gran cosa que ayuda es pedirle al niño que colabore como secretario: así, se controla su hiperactividad porque les permite salir con una excusa a buscar algo fuera del aula. A su vez, estas actividades lo hacen sentir útil y eso ayuda en su auto-concepto.
¿Cuáles son las políticas sociales y públicas que abordan el tema?
A nivel de políticas sociales estamos muy pobres en el tema. Esto se debe a que no hay ninguna preparación de las personas que están en contacto diario con los afectados. No existen espacios en los que se brinden herramientas y ayudas para trabajar de una manera sencilla y ayudar. A su vez, los niños están desprotegidos en todo lo referido a tratamientos, ya que todos deben ser costeados por los propios afectados.
¿El TDAH sólo trae consigo implicancias negativas?
No, cada niño y adolescente con TDAH tiene muchísimas características positivas, que son las importantes y las que hay que aprender a ver. El TDAH no es una enfermedad, es una forma de ser, una forma de vivir, y lo importante es aprender a canalizar los excesos que este trae, por que una vez controlados se ven las ventajas que brinda.
Los niños y adolescentes con TDAH tienen demasiadas características positivas, son solidarios, con mucha creatividad, pueden hacer muchas cosas a la vez, nunca se cansan. Tienen excelentes razonamientos, son detallistas, son perseverantes y tienen una gran facilidad para ver el orden en un caos.