Por Dévora Quinteros.
“El monte late y renace.”
“Lo salvaje es lo que preserva al mundo. En busca de lo salvaje, cada árbol extiende sus raíces. Las ciudades lo importan a cualquier precio. Los hombres aran y navegan por esa causa. De los bosques y el desierto provienen los tónicos y las cortezas que fortalecen a la humanidad. Nuestros ancestros fueron salvajes.» Lo decía Henry Thoreau en su libro “Caminar”, allá por el 1800 y tantos.
Podríamos mentir y decir que tanto se ha caminado desde ese tiempo hasta acá, pero… ¿Será que caminamos? ¿Será que alimentamos a ese salvaje? ¿O estamos yendo en sentido contrario?
Hemos sido despojados de esa sabiduría. Fue intencional alejar a la humanidad de lo salvaje y darle su instinto en pequeñas dosis. Es por eso que las ciudades todavía existen y funcionan y también es por eso que vemos a tantas personas sordas de sí mismos.
Pero el monte es poderoso y nuestra animala lo sabe. Los siglos no aniquilan nuestro salvajismo, basta con acercarse un poco, oído, olfato y corazón direccionados al verde, al río. Se abre el canal y generaciones pasadas nos acompañan en este andar.
Este 16 de diciembre al mediodía en la placita del barrio Comechingones de Cuesta Blanca, Córdoba, que nace y resiste desde el año 2012, se celebrará el Quinto Encuentro de Tomas, en donde habrá olla popular, conversatorio entre las tomas, charla y siembra de nativas, intercambio de semillas, taller de danza afro, varieté para las infancias, espacio de feria sin fiscalización y murga.
En el escenario estarán: Solares Candombe, Jacinto del Río, Lili Flores, Gata Flora, La Cosa, Fantasma del Infrasuncho, Fermenta, Amigues de Vera.
Este encuentro replica el pedido de Thoreau: “Denme un salvajismo cuya mirada ninguna civilización pueda soportar”.
Este vivir el monte, latir y renacer con él, es la invitación que nos hacen quienes habitan distintas tomas. Porque no hay fortaleza que nos nieguen si somos capaces de estar juntes. A días del solsticio de verano, la fruta estalla, nosotres puede que también.