¡Música nueva!

Nash Coll presenta «Predio»

18-08-2015 / Agenda, Reseñas
Etiquetas: ,

Este jueves 20 de agosto a las 20 horas en el Auditorio Luis Gagliano, el cantautor estrena su nuevo trabajo, un puñado visceral de canciones después de las búsquedas de «Sopa», publicado en 2011. Un recorrido poético en torno al amor desde diferentes climas, en el que la guitarra es gran protagonista.


Nash Coll presenta «Predio»

Por | redaccion351@gmail.com

Debés tener cara, nombre, una casa con calefón nuevo, muchas plantas y algunos misterios que hemos decidido esquivar. Seguro estarán bien guardados en formas que nos interesan un poco menos que las poesías desatadas.

Te hablamos desde plural porque estamos acá con un amigo, cortando unos pimientos y unas cebollas carísimas para un arroz con pollo, y escuchando «Predio», el disco nuevo de Nash Coll, que tiene una naranja venida a menos en la tapa, y unas hormigas negras que la invaden. Acá mi cumpa las contó. Son como cuarenta…

¿Lo escuchaste no? ¿Viste las cosas que le hiciste decir en esas nueve canciones? ¿Cómo que no las escuchaste? Claro… Ya no te importa… Igual mejor, ya hiciste lo más importante: inspirarlas. Nosotros chochos calculá. Pusimos el disco, nos colgamos escuchando las guitarras de cada canción, los bajos, las baterías, los teclados, los vientos, todo. ¿A Santiago Izquierdo lo tenés? Digo, el loco que se encargó de parte de la producción, de la grabación, de la mezcla y de la masterización.  También lo inspiraste, sabelo. De Ringo discos no te vamos a decir nada que no sepas.

Capaz que no se te mueva una pestaña cuando escuches «Yo te elijo a vos». ¡Fijate cómo empieza el disco! Mirá lo que te dice Nash. Te elije como «el árbol que se deja ver tras ese bosque». Un poco antes habla del mar que decide lo que viene y va.  Un poco después, que no tiene duda. Y le pone una guitarra bien arriba. Es el mejor comienzo que te hayan podido dedicar, ¿sabés? Acá el pollo se puso contento por eso de decir cosas lindas al oído y se tiró de cabeza en la cacerola. ¡Fue así! ¡Hasta un chin chin con el Toro Viejo blanco hicimos! Si alguna vez te pinta arroz con pollo, le va Toro Viejo blanco. Y para brindar por el comienzo de «Predio», un manjar. Con hielo y soda mejor todavía.

¡Acá está «Predio»!

 

No sabemos a quién le pregunta «¿Qué vas a hacer después de conocerla?», pero la canción que sigue dice eso y es bastante posible que Coll le esté conversando a su mismísimo corazón. Parece que lo miraste, pasaste de largo, giraste y lo dejaste hecho un jardín de preguntas. Cuando escuches el tempo de la batería vas a sentir el bombo medio descentrado. Como que golpea antes. Es una arritmia lo que provocaste. Ya empiezan a aparecer metáforas que hablan bien de quien las escribió, porque embellecen tu indiferencia. Las «hojas heladas», el «viento que roba palabras», «la lluvia que quema los ojos, la nube que lame heridas»…  Mmm… Y todo eso, dice el tipo, le da sentido a la vida. ¡Vos te das cuenta! ¡Nomás pasaste y dejaste una duda en carne viva y la guitarra flotando como una pluma!

Después te empezamos a querer menos. El mismo que se sacó una flor del ojal para declararte su amor y se encontró con un mar de interrogantes, ahora te pide una «Chance» con ojos de cordero degollado. «Yo sé que si no venís, yo voy, o te cruzo en la calle. Aunque llueva y me mude de aquí, te espero en alguna parte…» Encima con las cuerdas de la viola en almíbar como para pururú. Acá el cumpa dejó de revolver y me está preguntando quién te creés que sos. ¡Qué se yo quién sos! Pero venís generando un paseo de emociones complicadas que en «Las estaciones» tienen forma de tormenta. Los versos que aparecen nos mataron. «¿Para qué olvidar? Contigo es el amor, la felicidad que alumbra mi pesar. Y camino solo en la vereda que me lleva siempre hasta tu puerta…» ¡O sea que el tipo conoció la felicidad y el recuerdo lo atormenta! ¡Y ahí está, solo como perro malo, saliendo a caminar para tratar de olvidarte y al final termina haciéndote las pasaditas por tu casa! Ahora sí me interesa saber dónde vivís, para cruzar al enamorado cuando pase. ¡No te preocupes que lo agarramos del brazo y lo llevamos a tomar setenta y dos cervezas! Después venimos a casa y se liga un plato de arroz con pollo, a ver si en lugar de terminar la canción con esa melodía luminosa bajando el volumen, le da un cierre bien rock y vos te quedás con la luz de agua nieve y que te vaya lindo. Que te florezcan primaveras…

Claro… Ahora querrás saber qué dicen las cinco canciones que faltan… No siempre van a hablar de vos; tampoco sos tan importante, aunque parezca… Siempre está la música, incluso para dejar que la guitarra compañera se retraiga en los rincones de una habitación oscura. Cuando escuches «Flipper» y te apiades del bajón, esperá que hay un cambio de ritmo en el medio, porque así como existen las cachetadas del espejo del baño para levantar el ánimo, existen bajos que se ponen una canción al hombro y sacuden la guitarra. Te va a sorprender una melodía con más polenta que Prestopronta y una batería que se encarga de completar el sentido de la poesía cuando dice «Soltar es parte de todo cuando nada te alucina.» Tomá. ¡Cómo te quedó el ojo!

No te tiene que importar la distorsión de la guitarra y de la voz en «Mate frío». «Vivir entre los ecos» y la maldición de la borra de café sólo sirven para una buena canción. Que llueva todo lo que quiera, que los días mal vividos no se borren de la memoria. Todo pasa y queda la música, y esa guitarra que siempre acierta en el sonido, nos alcanza para que nosotros también te olvidemos.

Es más, por si todavía querés escuchar, en «Quiebra» la letra ya no te habla. Aunque los arpegios de la acústica nos hagan llorar más que el precio de la cebolla y la cebolla misma, la letra cambió la segunda persona por la tercera. Ya está, ya sos parte de la multitud anónima, un personaje que hizo lo que tenía que hacer para que el enamorado sufra, ame y ande sin pensamiento. O más o menos. Vamos a hacer de cuenta cuenta que «esa forma de mirar» va a volver y que el camino no es taaan enorme. «Hay mucho por andar» dice Nash. ¡Por supuesto que hay mucho por andar! ¡Más con un disco nuevo hermoso!

Un par de cosas más te queremos decir. Habrás sido vos, habrá sido una noche difícil. No sabemos. A esta altura ya nos importa más el punto del arroz que tus vaivenes emocionales. Pero «Sea mar» está muy bien. El lápiz o el teclado que te apuntaba al corazón, ahora le habla al amor como un impulso universal. Es la sensibilidad trabajada en beneficio de la canción, desde el oficio del artista. ¿Vos? Bien gracias… Vos te fuiste. Ahora es el amor, como un sueño, una fuerza inmensa, un cielo eterno en el mar… Un «tomarnos un café…» Ay… Veníamos tan bien y de repente esa primera persona del plural… «Te doy mi corazón. Soy mi corazón.» ¡Será de dios…!

¿Sabés qué pasa? Sí… Sabés qué pasa… ¡Lo dejaste hecho un electrocardiograma poético! ¿Qué necesidad? A ver decinos… ¿Hay derecho? ¡No no no! ¿Qué nos vas a decir? ¡Te estamos viendo venir!

Por «Suerte» el disco termina como termina. El mundo es grande y sabés dar un buen abrazo liberador. La música es un saludo de paz. Mirá cómo se aleja, la guitarra al hombro, silbando la melodía de los vientos, translúcido de tanto amor puesto en un disco, con amigos que seguro conocés: Mariano Víctor Coccimano; Gonza Sánchez; Diego Otoño; Ariel Galeano

Al principio nos dio miedo. Pero juntamos un poco de coraje con el Toro Viejo y pusimos el disco en reproducción aleatoria. El trayecto sentimental se enredó todo y al final, empiece como empiece y termine donde termine, «Predio» es una hermosura.

Nos cuesta, pero tendríamos que agradecerte. Acá el cumpa me dice si no querés venir a comer… Si querés dejamos el disco o ponemos «Sopa». ¿Te gusta el torrontés?

Está bien. Igual hay para llenar tres taper… ¿Vas a ir al recital? Es este jueves en el centro. Nosotros vamos a estar. Mi amigo es flaco, morocho, barba despareja y anda siempre de remera blanca. Hacete ver si tenés ganas…

Agendá

Nash Coll presenta «Predio».

Jueves 20 de agosto – 20 horas. 

Sala Luis Gagliano – Sindicato Regional de Luz y Fuerza – Jujuy 27.

Entrada gratuita.