» Luis Lewin presenta «Trazos a Bill Evans» redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

Quienes hayan visto y escuchado a Luis Lewin en cualquiera de sus infrecuentes presentaciones, por ejemplo en el Centro Cultural Córdoba, en junio pasado o en octubre de 2017, no necesitarán más datos sobre un nuevo concierto más allá del día, el lugar y la hora. El recuerdo de haber aplaudido de pie durante un buen rato se habrá quedado en algún rincón de la memoria como para conectar la noticia de una nueva presentación con la imposibilidad de cualquier otra actividad, ese día, a esa hora.

Tal vez sea necesario detallar que, a diferencia de los conciertos citados, esta vez, es decir este viernes a las diez de la noche en Pierrot Lunaire, el gran pianista ofrecerá un tributo a Bill Evans. Es muy posible que quienes hayan aplaudido de pie, en junio y octubre pasados, se estén frotando las manos.

Dice la invitación:

«Trazos a Bill Evans» aborda en un primer segmento a la música de Bill Evans en varios de sus diferentes períodos. Temas como Comrade Conrad, Waltz for Debby, A Child Is Born, The Peacock o Sno´Peas son reversionados con una sonoridad muy personal y elaborada.

Una segunda parte del espectáculo incoprora al repertorio de su grupo eléctrico a autores como Duke Ellington, George Gershwin, Dave Brubeck o Egeberto Gismonti además de temas de autoría del propio Lewin.

Luis Lewin – «Sno Peas»

Incluye también, la invitación, una reseña de Lewin. Que comenzó a estudiar piano a los ocho años, que Manolo Juárez y Danilo Pérez fueron algunos de sus maestros, que anduvo tocando por varios países del planeta.

Dice también que se presentará junto a una formación que ya conocen quienes aplaudieron de pie, largamente, inolvidablemente, en junio pasado: Fernando Bobarini en bajo eléctrico, Franco Vittore en guitarras y César Elmo en batería.

No dice, porque no queda bien que lo diga, que el Luis Lewin Trío, Cuarteto, Quinteto -lo que el maestro tenga a bien disponer- será de lo más emocionante que pueda escuchar y ver quien decida salir a disfrutar de la música en vivo en Córdoba. Tampoco dice que la música de Luis Lewin trasciende esa sensación de «quedarse un poco afuera de lo que está pasando» para quienes no podrían reconocerse entre los amantes del jazz. Hay algo que no se explica por el virtuosismo del pianista y sus compañeros en el fragor de la improvisación. Tampoco se explica por cierta espontaneidad o soltura como resultado de una infinidad de horas de estudio, de ejercitación, de práctica en una sala rodeada de verde y agua que corre. Tampoco por haber cruzado magias con brujos más o menos conocidos, desde sus andanzas en Río, allá por comienzos de los ochenta, hasta hoy. Tampoco por los aprendizajes que seguro devuelve la docencia, el intercambio de experiencias con alumnas y alumnos después de tanto tiempo.

Se explica pues, como nadie sabe cómo. Ahí está, simplemente, la conmoción por una música en lo alto de tantos recuerdos de otras músicas, como santo y seña de varios corazones que ojalá se sumen al aplauso de pie, esta vez en un espacio de los más cálidos de la ciudad.