Por Esteban Torino | etorino@redaccion351.com
Un gran despliegue de talento se ofrece, sin más. El espectador, atónito, intenta descifrar el código y no le cabe más rol que ese: el de admirador pasivo de un derroche de energía sin igual. Le Magnific es una obra distinta, que vio la luz en la escena teatral cordobesa tras haber sido una tesis de la Licenciatura de Teatro de la UNC y que luego se reformuló para ser presentada en sala.
La propuesta deambula entre la sencillez y la ambición. Entre una catarata de artificios escénicos y el mero hecho teatral. Las actrices (Eugenia Brunner, Valentina Calvimonte y Tamara Silva Franck) ponen al servicio del público su oficio y representan a tres actores –en una especie de meta teatro- que se disputan la atención de sus mirones y, con ese objetivo, tienden toda la carne al asador. Esto hace que apelen a destrezas de todo tipo y, lógicamente, con ellas los berrinches y la decadencia vienen solos. Aun así, no abandonan por un minuto su ámbito natural: “el teatro”.
Basado en recursos sonoros y apelando a las múltiples posibilidades que brinda la voz, Le Magnific no demanda del público un entendimiento acabado, sino más bien un despertar de sensaciones y emociones. La palabra en un sentido estricto aquí no existe. Es entonces cuando se convierte en un juego teatral que deja entrever los avatares de las artes escénicas y sus artífices: los intérpretes.
La clave de la puesta
Eso sí, buena parte de la puesta se la debe a su director. Al haber nacido de la indagación y la búsqueda de un lenguaje propio por parte del grupo Estambul, la obra priorizó una mirada ajena para subirse a las tablas. Pablo Martella, en el rol de la dirección, le imprimió un sello propio a la dramaturgia de la voz y la calidad vocal con la que las actrices venían trabajando. De eso nació un espectáculo montado en la cualidad de esos recursos.
El director sintetizó su objetivo de la siguiente manera: “Pensé en generar una puesta en escena de esas habilidades (las búsquedas en lo sonoro y vocal) y descubrimientos a modo de show, buscando un hilo conductor, conflictos, personalidades. Todo eso enmarcado en una estética entre Boudeville y Lemony Snicket, vestuarios raídos, maquillajes acentuando expresiones y un tinte de deterioro en lo visual.”
De la búsqueda de un grupo de actrices, del hallazgo de un director y de un súmmum de talento, surge esta obra. ¿Para qué entenderlo en palabras? Si el sentimiento de la palabra MAMÁ no se encuentra en las letras que la conforman, ¿para qué tratar de comprender lo que se dice en cada fonema de Le Magnific? Al espectador solo le queda apreciar lo que ve. Escuchar. Y sentir.
Para ver:
Le Magnific. Viernes de abril a las 21.30 hs. en Medida x Medida (Montevideo 870)
En escena: Eugenia Brunner, Valentina Calvimonte y Tamara Silva Franck
Operación de luces: Estefanía De Gennaro
Producción: Eugenia Brunner
Dirección: Pablo Martella
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