Recomendado

Homenaje al Chango Rodríguez

26-07-2014 / Agenda
Etiquetas: , , , , ,

Este domingo 27 de julio a las 20.30 horas, con entrada gratuita y músicos invitados que nos dejan prever una Sala de las Américas colmada, nuestra ciudad homenajeará a un referente ineludible de la música popular. En las vísperas del centenario de su natalicio, un recital imperdible.


Homenaje al Chango Rodríguez

Por | redaccion351@gmail.com

A los que disfrutan de la música en vivo. Tanto la disfrutan que no podrían autoenviarse un mmm. ¿Qué es un mmm? Es una cosa que todos, absolutamente todos hemos cometido alguna vez. Tiene una particularidad realmente única, digamos que patoruzesca, ya que sucede en dos puntos remotos casi al mismo tiempo, como patear un corner e ir a cabecear.

Los puntos remotos marcan la posición de dos conversantes por escrito. De un lado, mmm es una sigla: mensaje medio mentiroso. Del otro, una interjección: mmm… La sigla adopta mil formas. La interjección mantiene el recato de una desconfianza ensimismada.

Ejemplos del lado de la sigla. Abstractos: «Che se me complicó»; irónicos: «Si no llego arranquen»; impresentables: «Me cayó gente»; laborales: «Presento mañana y todavía no empecé»; universitarios: «me faltan tres bolillas»; gástricos: «No sé qué comí pero…»; filiales: «estoy con Nacho»; desmesurados: «¡No sabés lo que me pasó!»

Ejemplo universal del otro lado: mmm… A lo sumo un «Dale, mandá saludos»; «Mejorate»; «Suerte mañana»; «Qué bajón»… Pero en general: Mmm…

A los que trascienden las emes y salen igual, como corresponde a quien disfruta más de la música en vivo que de una compañía frecuente o eventual.

A los que disfrutan de una zambita desde que escucharon «De Alberdi».

A los que escucharon una voz que decía «Barrio Alberdi» y no entendieron por qué la barranca, por qué la noria y por qué el infiernillo, hasta que el tiempo explicó todo y hoy, cuando escuchan una voz que dice «Barrio Alberdi» en cualquier circunstancia, repiten «la barranca, la noria y el infiernillo», como las viejas de pueblo escuchan al cura y repiten «lo tenemos levantado hacia el Señor».

A los que desafinan invariablemente cuando gritan «Canto una serenata», porque ese verso inicial no se canta, se grita.

A los que saben que cantar esa zamba sin una jarra de vino a medio metro de la guitarra trae malísima suerte.

A los que fueron a Cosquín un domingo estival de los ochentas, dejaron el 504 al sol y un calor forzudo se metió por la guantera y dobló todos los cassettes, arruinando, entre otras glorias, «De Simoca» por los Tucu Tucu.

A los que escuchan «De nuevo estoy de vuelta…» y entienden que el regreso de Rodríguez es el reflejo de una redundancia recurrente que resuena y taquelotiródelaspatas no tener el acento del norte pa’ pronunciar esas erres.

A los que adivinan la letra de «La Patrulla» en el primer capítulo del manual callejero para humoristas de Córdoba, que ha dado tanto de comer a más de uno.

A los que escuchan «Vidala tengo una copla… « y confirman, de manera irrevocable, que las joyas del Chango suelen arrancar con una yunta de versos nacidos para prenderse en la memoria y no habrá Cristo que los arranque.

A los que se enteran de una peña de los Copla o de Peteco y van a comprar la entrada haciendo palmas. A los que ven subir a los Copla y hacen palmas antes de que Julito Paz choque los palitos. A los que escuchan a Peteco cantar de todo, desde «La estrella azul» a «Corazón delator», y les nacen limpiaparabrisas en los ojos.

A los que escucharon «Celador de Sueños» y el Negro Valdivia les abrió la puerta para ir a jugar con Tilín Orozco y el amigo Barrientos.

A los que se hicieron pasar por sobrinos del Negro Fontova y un día le afanaron el bigote para que se largue a cantar solo y lo bien que hizo.

A los que amaban a Mery Murúa hasta que salió «Acacia» y se murieron de amor y resucitaron y se volvieron a morir y a resucitar y en el ir y venir se cruzaron con el Chango y le dijeron «vení loco a escuchar esta versión de ‘Luna cautiva'» y volvieron a pedirle a Mery que cante «De nuevo estoy de vuelta» y se volvieron a morir y a resucitar y…

A los que por estos meses rodean la fuente del Paseo Sobremonte y esperan que la brillantina de sol entre las hojas de los plátanos escriban las iniciales de Pablo Lozano.

A los que se enteraron de que este domingo 27 de julio hay un homenaje al Chango Rodríguez en la Sala de las Américas y como es gratarola y los músicos programados son todos buenos y muy queridos, llegarán temprano para no perderse una butaca.

A los que recordarán fogones y se amontonarán como leñita seca.

Agendá:

Homenaje al Chango Rodríguez.

Dúo Coplanacu – Peteco Carabajal – Dúo Orozco Barrientos – Horacio Fontova – Mery Murúa – Pablo Lozano.

Domingo 27 de juilio – 20.30 horas. 

Sala de las Américas – Ciudad Universitaria. 

Entrada gratuita – Capacidad limitada.