Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
¿Es posible formular una pregunta por escrito sin utilizar sus ganchitos al comienzo y al final? Es posible.
Es posible formular una pregunta sin escribir ni entonar ganchitos. Es posible cambiar preguntas por afirmaciones.
Las derivaciones de semejante ejercicio justificaron y justificarán bibliotecas enteras de ideas desagregadas a niveles microscópicos, siempre con títulos que prometen: «Efectos intersubjetivos de dominio en los pliegues del diálogo»; «La inercia de la omisión en la construcción de sentido»; «El valor de los supuestos en las relaciones de poder»; «La fuerza de lo no dicho»; «El imperio de las no-preguntas»;…
«Territorio de expresión de las emociones», el arte no ha dejado de reproducir esta suerte de petición de principio. Como ovejas negras luminosas, aparecen, de tanto en tanto, espíritus que descascaran consensos de base hasta descubrirles ganchitos, para liberarlos.
Una proposición secular liga la música de occidente (en realidad, se piensa en «la música») a conceptos como tonalidad, melodía, ritmo, armonía, escalas, consonancia… Reglas más o menos rígidas, claves en el diseño de belleza y emoción.
La historia sitúa a Schönberg en el curso superior de un río de compositores que comenzaron a descascarar los límites. El simple devenir no pudo frenar el envión. Después de los ganchitos enarbolados para cambiar afirmaciones por preguntas, se metieron con los puntos, las comas, y hasta con los sujetos, verbos y adjetivos.
Atonalidad, serialismo, dodecafonismo. Ovejas negras.
Uno de tantos alumnos de esa corriente, aún ligada a los próceres del siglo anterior, nació hace unos 103 años, precisamente el 5 de septiembre de 1912 en Los Ángeles, Estados Unidos.
John Cage. Más que oveja negra, pájaro azul.
Imposible no jugar con su apellido. Juan Jaula vivió escapando de los barrotes para dejarnos una obra interminable. A diferencia de sus maestros, no perdió tiempo en buscar signos de pregunta a presupuestos consagrados. Su pensamiento sobre la música, y en general sobre el arte, lo alejó, tal vez como ningún otro espíritu, de toda certeza liminar. No sería descabellado imaginarle una sonrisa ante ese «territorio de expresión de las emociones.»
«Hay que considerar no sólo la música hermosa sino la música que tiene vida en sí misma», dijo alguna vez.
John Cage
«Para los pájaros», texto imprescindible que reúne conversaciones con el músico y filósofo Daniel Charles, se lee con un placer que fluye como los ruidos de calle en una mañana de ciudad, o como los rumores de noche cerrada en cualquier monte, hacedores involuntarios de partituras en honor de Cage, que seguirá riéndose de las polémicas en torno a su idea del azar como generador de música, o a 4’33», su «obra» más famosa. Entre otras lecturas, hay una contratapa imperdible de José Pablo Feinmann en Página 12. «…En Cage el silencio no es parte de la música. No hay música. Hay silencio. El silencio es todo. Por decirlo de este modo: en Cage, el silencio no es el resto (como en Hamlet: el resto es silencio), el silencio es la totalidad. Todo es silencio. Podría decirse que los “compositores” de 4’33” son exteriores a la partitura. Son los sonidos que producen quienes escuchan esa partitura, que es puro silencio.»
4’33»
Influidas por la filosofía oriental, las ideas de Cage han generado una necesidad constante de repensar nociones previas a meras definiciones de escuelas, corrientes o estilos. Después de escuchar cualquier cosa que venga con su nombre en los créditos, surgen preguntas elementales por el sentido del arte, por las reglas de la composición musical, por los conceptos de «obra», de «autor», de «intérprete», de «sonido» y de «silencio».
La muerte de ciertos artistas, previa a una época que de algún modo anticiparon con sus inquietudes, parece aun más injusta. ¿Qué habría pensado de internet el autor de «El Aleph»? ¿Qué direcciones habría tomado un músico infinito en la infinidad de las redes? Si en ocasiones faltan ganchitos al comienzo y al final, aquí parecen sobrar… Sólo queda seguir dándole vida a una obra singular, desplegada en herramientas inesperadas para sus búsquedas y hallazgos sonoros, pero también en ideas que siguen doblando barrotes.
Esta semana, por iniciativa de Luis Toro, se llevará a a cabo en Córdoba la cuarta edición de una serie de jornadas para celebrar el legado de Cage. A diferencia de los tres encuentros anteriores, este año se suma la Universidad Nacional de La Rioja como espacio para desdoblar actividades.
Entre los adelantos del evento, encontramos textos geniales. Por ejemplo, sobre la variación 1 de 1958:
«…La partitura consiste en 6 cuadrados transparentes. Uno con 27 puntos de 4 tamaños diferentes, 5 con 5 líneas cada uno. Los cuadrados deben combinarse de cualquier forma, los puntos representan sonidos y líneas usadas como ejes de diferentes características de estos sonidos: las frecuencias más graves, la estructura espectral más simple, etc. Dichas características se obtienen dibujando líneas perpendiculares desde los puntos y midiendo estas perpendiculares. Esta obra debe ser tocada por un número indeterminado de ejecutantes en cualquier tipo de instrumento.»
Compartimos el programa como una invitación a encontrarse, una vez más, con la experimentación. Con la libertad de pensar hecha música.
«Jornadas Cage – Ciclo cuerpo. música. acción?»
Jornada I – Martes 8 de septiembre – 18.30 horas. Universidad Nacional de La Rioja – Módulo V.
Acción Performática Colectiva con la participación de docentes y estudiantes de la UNLaR.
Maxi Bron Joe Torres Inés Bausela Buccianti Jimena Mercol
Jornada II – Miércoles 9 de septiembre – 18.30 horas – Auditorio del MUMU – Rivera Indarte 55 – Córdoba.
4x4x4x4= (o) Victimas de Rozart Mix – Versión remix y visual de la obra clásica de Cage “Rozart mix”.
Idea y realización: Matías Diaz. Manuel de Instrucciones.
Inventarios – Acción performática con cajas y objetos a cargo del colectivo LA TURBA .
Jornada III – Viernes 11 de septiembre – 18.30 horas – Auditorio del MUMU – Rivera Indarte 55 – Córdoba.
Living Room Music. Para cuatro percusionistas.
Intérpretes: Celeste Cielo Marcón – Laura Lala Disandro – Agustín Domínguez – Luis Toro.
Suite Para Toy Piano.
Toy Piano: Hernan Her Libro.
Child of Three. Performance con cactus amplificado y semillas.
Montaje y Realización: Ivan Gonzalez
Variation I. Para un Performer.
Intérprete: Cele Reyes.
Mesóstico en un cuerpo – Acción escénica basada en la traducción de un mesóstico al cuerpo.
Intérprete: Isabel Alvarellos (Cuerpo) Rocío Elizalde (Trombón).
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