Con permiso
Sin mamá
Pobrecito dios, que nunca le soplaron las rodillas peladas, ni lo peinaron, ni lo vistieron con abrigo de más, ni le dijeron «cuidado» con ese miedo reto advertencia brava te voy a cascar.
Por Luciano Debanne.
Pobrecito dios que es sin mamá.
Sin haber nacido, apareció nomás, un estallido,
un estar de golpe, sin ir creciendo, casualidad.
Y no tiene pupo, ni nadie que le abrigue,
ni le dé la teta,
ni lo mire así como si fuera un dios pequeño
de comer, cagar y llorar.
Pobrecito dios, que nunca le soplaron
las rodillas peladas,
ni lo peinaron,
ni lo vistieron con abrigo de más,
ni le dijeron «cuidado» con ese miedo reto
advertencia brava te voy a cascar.
Pobrecito dios,
que entre tanto cielo
no tuvo ni tiene
ese paraíso de útero y cuerpo
prendido en el recuerdo,
latiendo en el cerebro,
por la eternidad.
Pobrecito dios que siendo tantas cosas, es
sin mamá.
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