Con permiso
Marzo
Tiene ocho días y después veinticuatro. Recuerda y marcha. Es una buena forma de comenzar el año: de acá venimos, y para allá vamos.
Por Luciano Debanne.
Marzo tiene ocho días y después veinticuatro.
Se otoñan sus días.
Madrugan y caminan de guardapolvo y uniformes por las últimas veredas de sol.
Marzo arremolina un año entero en cada agenda, da pie al futuro, predice los meses venideros.
Anticipa los festejos y la preocupación.
Marzo proyecta, imagina, e inicia, lo que el verano descubrió.
Marzo recuerda y marcha.
Y es una buena forma de comenzar el año: de acá venimos, y para allá vamos.
Después el camino, el tiempo, el mundo, la vida que se caga de risa de nuestros planes, pero qué seríamos sin un sueño o dos.
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Dice la seño que si es cosa de zurdos poder comer, será que ella es zurda. Dice la dire que si es de progre querer que los pobres estudien, que desayunen, almuercen y cenen, será que ella es progre.
El aprendizaje de esta escritura se transmitía de grupo en grupo, de entre tres o cuatro mujeres, que se juraban hermandad, protección y cariño a través de poemas y canciones.
Y si acaso existe el fuego titilando en una orilla, mientras los cuerpos acunan la alegría que es sencilla...