Con permiso
El lazo invisible
Se solapan los tiempos presentes. Reímos las risas que otros sembraron. Sus lágrimas secan nuestros extravíos y señalan los caminos.
Por Luciano Debanne.
Hay fantasmas que, amorosamente, nos cuidan. Están ahí donde no los vemos de tan nuestros, de tan parte nuestra que son.
Ellos, ellas, vendrán a rescatarnos los días esos en que todo parezca un desquicio. Su mano en el hombro, sus miradas de amor.
Se solapan los tiempos presentes. Reímos las risas que otros sembraron. Sus lágrimas secan nuestros extravíos y señalan los caminos.
Somos aquello que nos precede.
Sus recuerdos quizás sean la pequeña y única bendición necesaria.
Ayer y hoy, y el lazo invisible que nos anuda.
Notas relacionadas
Miren cómo afuera el mundo gira, mata, llora, come, anda, sueña, despide, vomita, aturde, olvida, castiga, ama y sigue.
Dice la seño que si es cosa de zurdos poder comer, será que ella es zurda. Dice la dire que si es de progre querer que los pobres estudien, que desayunen, almuercen y cenen, será que ella es progre.
El aprendizaje de esta escritura se transmitía de grupo en grupo, de entre tres o cuatro mujeres, que se juraban hermandad, protección y cariño a través de poemas y canciones.