Cuarto Sello – La Muerte.
El círculo del águila, allá arriba,
clava su sombra de moneda
en la tierra
en el barro que piso silencioso;
mientras giro aquí abajo
y los insectos zumban detrás de mis heridas.
Yo, caballo amarillo de la muerte
atado a la noria de un pisadero de ladrillos
pasaré otra vez sobre mi huella
sobre tu oscura frente de mortal
condenado.
No tienes ni siquiera un relincho de vida
apestarás a cárcel o pobreza,
a vinos vomitados, a hijos mal paridos,
a libros incendiados,
a tumbas que no guarden ni un trozo de tus fechas;
Mientras giro aquí abajo
reloj de barro, infinito y perfecto
volviendo siempre
para decirte:
Mueres.