
Por Violeta Brodsky | vbrodsky@redaccion351.com
Quince minutos después del horario pautado y con una justificadísima tardanza, los músicos arribaron al bar cargados de instrumentos. El martes era el día reservado para la prensa así que recorrieron animadamente las distintas radios de nuestra ciudad.
Traían un entusiasmo propio de principiantes curiosos ante nuevas oportunidades, pero pronto pudimos comprobar que bajo el puente de sus vidas profesionales ya había corrido bastante agua.
Tanto Marcelo García como José Balé poseen una amplia trayectoria como percusionistas y han obtenido reconocimientos en sus respectivas labores. García es actual integrante de la banda de León Gieco y Balé ha participado en la sección rítmica de Los Fabulosos Cadillacs, Pappo y Las Pelotas, entre otras legendarias bandas.
Cuando hablamos de sus comienzos, José relata que arrancó con la música sinfónica en el Conservatorio y, posteriormente, con la batería. Sus inicios lo acercaron a la música folclórica, luego al rock, al tango, siempre como baterista.
Marcelo García, en cambio, vivió la música desde muy pequeño. Su padre era trombonista y él, de chico, ya jugaba en el fondo golpeando y haciendo sonar botellas. “Que mis viejos hayan sido músicos a mí me marcó. Yo primero fui baterista y tuve la suerte de tocar con un montón de personajes del rock” – Baglietto, Almendra, enumera – “Primero me formé como baterista y después comencé a entrar en el mundo de la percusión. Yo sería un percusionista que toca batería. La percusión me seduce más para experimentar y me permite delirar más”.
¿En qué circunstancias surge la idea de hacer una clínica de percusión?
Balé: Nosotros somos percusionistas desde hace muchos años, trabajamos con muchísimos artistas y, en general, la función de un percusionista con un artista es tocar determinado estilo con determinado instrumento.
Lo que hacemos nosotros dos con este dúo es experimentar con la percusión y componer desde la percusión. Los dos componemos, tenemos nuestras propias cosas así que decidimos juntarlas y experimentar juntos con mucha improvisación. Utilizamos desde los más modernos instrumentos hasta piedras, el cuerpo y la voz. En definitiva es un poco eso, jugar con los instrumentos.
¿Cómo combinan las clínicas con los recitales que dan ustedes a dúo?
Balé: En realidad, entre un recital y una clínica no hay mucha diferencia. Charlamos sobre lo que hacemos con la gente que viene y brindamos herramientas prácticas para trabajar con los percusionistas. Nosotros no somos especialistas, somos percusionistas que tocamos desde batería al bombo legüero, instrumentos de África, etc.
García: Nosotros hacemos más bien como un “guiso” de las cosas, tanto en los ritmos latinoamericanos como en los de afuera. Guiso en el sentido que mezclamos los elementos. Una clínica para los músicos es algo híper técnico, pero en este caso la idea es mostrar las herramientas que usamos. Por eso lo llamamos Muestra Show, porque la gente puede vernos tocar, puede hacernos preguntas, grabamos en vivo y se genera un ambiente muy interesante.
La idea de la clínica no es para un público específico entonces.
B: No, al contrario. A mi particularmente me gusta que vayan no solamente músicos, o que se acerquen músicos de otros instrumentos, porque lo que nosotros planteamos es el experimento, el juego, somos como chicos, no necesitamos un instrumento para hacer música.
Hace dos años arrancaron pero ¿cuándo dijeron: ahora nos largamos?
G: Nosotros tocamos muchas veces a dúo (desde hace cuarenta años) en distintas situaciones, pero como cada uno trabaja de otras cosas se nos complica. El hecho de encontrarnos fue juntar lo que estamos haciendo, lo que nos sale. Somos como dos científicos locos que no nos metemos en los espacios formales, hacemos mezcla de cosas y nos permitimos experimentar.
B: No hay que perder el eje de que la batería es un conjunto de instrumentos de percusión. Pero la función del baterista es como el obrero que está poniendo el cimiento y el percusionista es el decorador.
¿Tiene que ver con un momento profesional en el que los dos están parados?
B: Nosotros seguimos trabajando todo el tiempo porque tenemos alumnos y tocamos con otra gente. Una vez escuché que Kevin Johansen dijo que él es un desgenerado. Nosotros somos unos desgenerados, no tenemos un género que nos defina.
G: Es una forma también de desmitificar los estilos, porque a la chacarera te tenés que dedicar toda la vida, al rock toda la vida. Nosotros somos metiches, utilizamos los instrumentos como elementos sonoros y experimentamos, generamos climas. Nos damos gustos y hacemos lo que tenemos ganas.
B: Como nosotros tocamos con un grupo, los instrumentos de percusión son una parte de esa orquesta y a veces la gente no está escuchando el instrumento de percusión específico. Lo que hacemos nosotros es poner en primer plano la percusión.
¿Cómo fue el pasaje de instrumentos más tradicionales a instrumentos más tecnológicos?
G: Yo no tengo prejuicios. Los límites son muy relativos y si la música se encuentra, suena lindo y la gente aplaude… ¡GOL! No estamos hablando de algo comercial. Estamos haciendo lo que nos gusta poniendo la percusión adelante. Tratamos de recordarle a la gente que las casas se fabrican desde los cimientos. Para que haya una guitarra eléctrica, un piano, tuvo que haber un tipo que sopló una cañita, que raspó un palo. Arrancamos de la nada.
Muestra-Show del dúo de percusión García-Balé. Miércoles 25 de julio a las 17:00 hs. en La Fábrica Cultural. Costo: $50. +info e inscripciones. (0351) 15-5091908 o difusión@prensartejb.com
Espectáculo: 26 de Julio en La Fabrica Cultural, el dúo García-Balé junto a Fernando Manguz. Anticipadas: $30 pesos en Circo Negro.