Entrevista

Javier Girotto: “La diversión está en tocar algo nuevo”

6-11-2015 / Agenda, Entrevistas
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El domingo 8 de noviembre, el saxofonista radicado en Europa abrirá la séptima edición del Córdoba Jazz Festival, interpretando parte de su repertorio como solista de la Banda Sinfónica de la Provincia de Córdoba, en formato de Big Band y en cuarteto de jazz. Como músico invitado estará el gran pianista Luis Lewin. En esta entrevista, habla sobre música y emociones.


Javier Girotto: “La diversión está en tocar algo nuevo”

Por | rcortes@redaccion351.com


Foto: Prensa Córdoba Jazz Festival.

Javier Girotto no puede, tal vez tampoco quiere, ocultar la alegría que le provoca tocar en Córdoba.  Mientras los amigos y colegas se acercan a abrazarlo, pide un café y se prepara para las entrevistas.

-¿Qué sensación te causa volver a Córdoba?

-Siempre es muy emotivo. Cuando hago un viaje no veo la hora de llegar a Córdoba. Cuando toco en Buenos Aires u otro sitio cercano, es como tocar en cualquier lugar del mundo, pero cuando llego a Córdoba me provoca mucha emoción. Nací y me crié acá y sigo toda la cuestión de Córdoba. Es muy emotivo hacer algo por primera vez con la banda, porque yo me acuerdo que cuando tenía cinco o seis años mi vieja me dejaba acá y mi abuelo que tocaba el fliscorno en la banda me hacía de niñero. Entonces andaba jugando por los pasillos de acá mientras mi abuelo ensayaba con la banda. Me crié un poquito en el teatro. La otra cuestión es que tengo un recuerdo de la vieja guardia de la banda. Algunos han muerto; otros tienen casi 90 años, así que verla renovada es emocionante. Es siempre emotivo el lugar. Estar sentado acá con vos, en estas mesitas que son de la misma época que cuando venía con mi abuelo.

¿Cómo fue irse y en cierta forma ser de los primeros que se fueron a «hacer la punta» al resto?

-Yo creo que en esa época se fueron muchos músicos. También se fue Minino Garay. Yo me fui a Estados Unidos. Creo que siempre es positivo que los músicos se vayan y hagan una experiencia con toda la música que llevamos de acá, mezclar con lo culto y lo que se aprende. Eso hace que se renueve y se mejore y todo vaya para adelante. Es positivo que aprendan otras cosas.  Ahora por internet y todo eso, yo creo que los músicos crecen más rápido y aprenden otras cosas. El nivel de Córdoba mejoró muchísimo. Hay otra cosa aquí que es impagable que es la predisposición de la gente.

Javier toma el celular y muestra unas fotos en blanco y negro que Juan Carlos Pesci le acaba de pasar, en ellas se lo reconoce joven, junto a Daniel Corzo, el mismo Pesci, «Pucho» Ponce, Minino Garay y otros.

-Recuerdo los inicios tuyos con gente que fue importante para la ciudad, grupos como Jam… ¿Qué recuerdos tenés?

–Nos conocíamos todos y nos mezclábamos. Éramos cuatro locos. Era raro y se hacía como se podía. Lindo ambiente. Pocos pero había un lindo grupo humano. Teníamos que colaborar entre nosotros para obtener lo mejor posible y crecer. Alguien que descubría algo se lo pasaba al resto y así. Era una comunidad.

-Tu experiencia en Italia sirvió para conectar a los músicos de jazz italianos con Córdoba.  ¿Qué pensas sobre eso?

-Somos todos muy amigos allá. Mi historia fue que estuve en Estados Unidos y luego cuatro años e Italia. Era difícil porque en esa época, años  ’80, necesitabas Visa para todo. El pasaporte Argentino dificultaba viajar. La oportunidad de tener la doble ciudadanía por mi abuelo, me permitió ir a Italia. Llegué, había un buen ambiente de músicos, me gustó la forma de vida que se parecía a la nuestra. Venimos de ahí. Entonces dije, «acá me quedo», porque me da la posibilidad de hacer la música que me gusta, mi música, y vivir como si estuviera acá. Eso fue en el ’91, pasé por casualidad a hacer unos papeles y me quedé a vivir. Me hice mandar todo y Roma me recibió como me recibe Córdoba. La siento para mí. Siento con la gente una onda como la que hay aquí. Roma es igual. No tengo casa en Córdoba porque no tengo más familia aquí pero es una oportunidad para visitar a los afectos.

-Córdoba Reunión antes, tocar con Luis Lewin ahora… ¿Qué te pasa al tocar con esta gente?
Es como cuando empezamos, una reunión con Gerardo, Minino, que crecimos juntos a los 16 años tocando. Luego nos perdimos por ahí, hasta que surgió la idea de Carlos Buschini de reunirnos entonces de vez en cuando nos juntamos.

Javier se detiene en su charla, pide disculpas por la tonada italiana de su cordobés básico. Es que Javier ya piensa en Italiano y tiene que adaptar su cabeza a nuestro idioma. Se acomoda en la silla mientras espera el café y muestra música con su celular, continúa con la charla.

-Fue muy lindo también venir aquí a tocar con Ralph Towner, que es un pedazo de historia del jazz. Hicimos cosas lindas en Buenos Aires y Montevideo. La coincidencia de ese concierto fue porque él tenía que viajar aquí por una cuestión familiar. Tenía un mal recuerdo porque vino en los 70 con Oregon , no le habían pagado y lo habían tratado mal. Pasó que se casó con una italiana que tiene un hermano en Salta. A raíz de esa visita pudimos coincidir e hicimos los conciertos. La pasó fenómeno. En septiembre grabamos con el grupo histórico que tengo en Roma que se llama Aires Tango. Ahí lo sumamos a Ralph, no como un invitado sino como parte de la banda. Porque de doce temas son seis de Ralph y seis míos. Hay una onda no sólo de invitado sino de amistad. Nos juntamos a comer y eso.

-¿Te pide algo Ralph?

-N0 me pide nada, simplemente toco como soy. Uno trata de hacer lo suyo. Eso es lo difícil de los últimos años, circula mucha información pero es difícil encontrar la personalidad. Hay muchos ejemplos de dónde agarrarse. Un importante maestro de EE UU., Joseph Viola, me dijo que mi fortuna fue no haber escuchado tantos saxofonistas. Yo le decía que mi modelo era Fausto Papetti y él se reía. Si hubiera empezado a imitar a Parker o Coltrane no hubiera sido lo mismo y tal vez esa fue mi suerte para tener una personalidad, aunque sigo trabajando. Sigo buscando, sino cerrás y te dedicás a otra cosa.

 

-La cosa en serio comenzó cuando alguien me presentó a Bill Evans, en el piano y eso me gustó. También conocí a una especie de Parker Italiano, pero Evans fue algo con mucha clase y ahí empecé a amar este género musical. Buscando eso fui a EEUU a evolucionar el lenguaje y cuando  llegué a Italia encontré otra cosa.  Mucha de las cosas de música argentina me empezaron a salir allá. Acá buscaba el jazz y cuando estaba allá, llegando a Italia, me volvió a salir la música Argentina, eso que había mamado de mi abuelo que tocaba en orquestas características y tenía lo clásico. Entonces dije, «bueno, vamos a mezclar un poco.»

-¿Sigue los recorridos del jazz en Argentina? ¿Dónde ve la particularidad?

-Sigo la música argentina que más me interesa, cosas como Aca Seca y Nahuel Pennisi, un músico ciego que toca la guitarra y canta… Es algo impresionante.

Javier busca su celular y muestra un extracto de Nahuel y recomienda escucharlo, un guitarrista ciego que toca con la guitarra acostada sobre las piernas como los viejos guitarristas ciegos bluseros, y además canta increíblemente.

-Estando allá no le veo mucho sentido escuchar el jazz tradicional de Argentina, porque he tocado tanto eso y en Italia hay una evolución.  Entonces encuentro la riqueza en otras cosas. Le mostrás música argentina como ésta (Aca seca, Nahuel Pennizi) y quedan enloquecidos. Hay que tocar el jazz tradicional porque es una muy buena escuela. Sin embargo yo no entré como jazzista sino tocando música argentina. No estoy desvalorizando a nadie, pero hay que dejar lo tradicional en un momento y buscar algo más. Yo creo que la mayor riqueza está en el folklore, en su variedad rítmica, más incluso que en el tango.

Girotto se levanta y afectuosamente nos regala un disco que acaba de grabar con Néstor Gómez, se muestra conforme, y con razón, por los resultados de la grabación. El disco da testimonio de la idea que expresó anteriormente, la música viva y en movimiento moderna y con raíces al mismo tiempo.

 

-¿Y el jazz?

-Ahora incluso pienso que en este período hay más innovación en Europa que en EE UU y el nivel es hasta a veces superior.  Tengo el desafío de grabar un disco con un pianista noruego y el bajista Furio Di Castri. Hay un nivel altísimo. No sólo técnico, sino como propuesta musical.

-¿Cómo planea el futuro musical?

-No pienso en un “por dónde”; me gusta buscar otras cosas. No me detengo. He grabado cosas más de experimentación. Porque la diversión es buscar lo nuevo.  Tus cosas ya las sabés, pero seguimos buscando. “Quiero tocar cosas que no sé” no se tiene que acabar nunca. Piazzolla decía que no te alcanzan dos vidas para aprender a tocar el bandoneón. Ése es el concepto, se lo robo y digo, «no te alcanzan cinco vidas para aprender todo lo que te puede ofrecer la música.» Porque por ejemplo, hice un disco con un pianista, Campanella, muy reconocido por tocar Liszt.  Entonces nos presentaron… Veamos qué podemos hacer, yo respeto todo y vos venís de esta cosa diferente. Yo siempre tuve la idea de hacer un homenaje a los compositores de música clásica, pero no quiso. Entonces fue difícil porque Liszt era difícil para intervenir. Entonces hicimos Debussy, Ravel, y yo arriba improvisé. Me juntaba en una línea y luego seguía improvisando. Eso me llevó un año y estoy muy contento con el resultado, y por intervenir con uno de estos grandes. Fue difícil lograr el equilibrio de la música, como si el compositor hubiera escrito una línea más. Esa fue mi idea, aprendí muchísimo así, con un pianista clásico que no hace interplay ni nada. El decía que lo distraía, me preguntaba si no podía hacer siempre lo mismo, se tuvo que acostumbrar -dice entre risas y manda a buscar a You Tube «Músicas sin fronteras» con  Michelle Campanella.

 

-Ahora estoy trabajando con el mismo sello un proyecto para hacer música latina, con Danilo Pérez, Camargo, tal vez Rubalcaba, eso es para trabajar dos años. Otro desafío más, hay que ponerse siempre en juego.

 

Agendá:

Javier Girotto en Córdoba. Apertura del Córdoba Jazz Festival 2015. Junto a la Banda Sinfónica y en formato Cuarteto de Jazz.

Pianista invitado: Luis Lewin.

Domingo 8 de noviembre – 20.30 horas.

Teatro del Libertador – Vélez Sarsfield 365.

Entradas agotadas.

Aquí la grilla completa del Festival