Alimentación

“Antes de consumidores, somos personas”

16-11-2013 / Entrevistas, Política y Sociedad
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La periodista Soledad Barruti presentó su libro «Malcomidos, cómo la industria alimentaria argentina nos está matando», ante un auditorio colmado.


“Antes de consumidores, somos personas”

Por | rbruera@redaccion351.com

Colaboración: María Bergero | politicaysociedad@redaccion351.com

Fotos: Ricardo Efraín Cortés

La cita fue el miércoles 13 de noviembre, en el Auditorio de Radio Nacional. Desde las 19 ya funcionaba en el hall de la radio una feria agroecológica que congregaba a productores de diferentes lugares, con una gran variedad de alimentos, plantas y condimentos.

Pasadas las 20, se hicieron presentes en el escenario la periodista de Radio Nacional Fabiana Bringas, el médico Medardo Ávila Vázquez (de la Red Universitaria de Ambiente y Salud de la UNC), la médica Mónica Heinzmann (del Centro de Bioética de la UCC) y la autora del libro.

Comenzó Ávila Vázquez, quien relacionó la causa en contra de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas con el contenido del libro, principalmente en lo que respecta a la connivencia entre el manejo del conocimiento científico y la industria alimentaria. Sostuvo que, en muchas situaciones, “la medicina, la biología y demás ciencias naturales legitiman algunas situaciones para hacernos creer que algo es lo que nos conviene cuando en realidad trabajan de la mano de algunas empresas”.

Posteriormente, continuó la médica Mónica Heinzmann, quien destacó que no adhiere al concepto de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sino al de vida saludable de los pueblos originarios, que consiste en tener una buena relación con uno mismo, con los demás y con lo demás. Más adelante, reivindicó y elogió el trabajo realizado por Soledad Barruti, al que consideró una fuente documental fundamental para quien se interese en las temáticas de alimentación en general.

Luego de las exposiciones de Ávila y Heinzmann, tomó la palabra Soledad Barruti, quien comentó cómo surgió Malcomidos y qué la motivó a escribirlo e investigar sobre el tema. A la hora de escribir, comenzó a cuestionarse cuál era el origen de los alimentos que consumía y qué posibilidades reales tenía de elegirlos. Hizo referencia al gran poder que tiene la industria alimentaria para definir qué comemos: “(la industria) Elige no sólo lo que llega a las góndolas, sino cuáles van a ser nuestros antojos y aquellas cosas que pensamos que nos hace bien comer”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Más adelante, nombró dos características de la naturaleza: la diversidad y la evolución. Sobre la primera, relacionada con la variedad de especies distribuidas a lo largo de amplios territorios, sostuvo que, en la naturaleza, “no existen escenarios de 50 mil animales viviendo juntos, engordando en un espacio cerrado, uno al lado del otro, sin espacio para respirar”. Ese sistema genera problemas que la naturaleza envía, en forma de armas (plagas, virus, enfermedades, entre otras) para derribarlo. La respuesta de este sistema es la utilización de venenos, tóxicos y medicamentos. A partir de eso, la evolución de las especies favorece que los microorganismos sean cada vez más resistentes a los productos químicos utilizados.

“La comida que comemos proviene de animales enfermos y medicados. A eso la gente no lo nota pero su cuerpo sí”.

Como contrapartida a este sistema industrial alimentario, Barruti plantea una visión esperanzadora que pone en lugar principal a la producción agroecológica, entendida como un sistema social de producción que revaloriza el trabajo y los saberes de los campesinos, que son quienes producen alimentos saludables sin la utilización de agrotóxicos.

Finalmente, hizo referencia a la importancia de reivindicarnos como personas: “Estos son problemas que se solucionan desde la política. Siempre se nos trata de consumidores, pero antes de consumidores, somos personas. Es importante volver a humanizar todos los procesos”.