Por Luciano Debanne.
¿Qué decir que no haya sido dicho?
¿Qué palabras pueden dar cuenta del oprobio, de la densidad de la oscuridad que poco a poco nos cubre, sin sumar oscuridad?
¿Cómo no profundizar la desazón y al mismo tiempo no ser banal, tilingo, bobalicón, conformista?
¿Cómo no regar de explicaciones las malezas del pesimismo siendo que crecen tan cerca de las espinosas flores de la realidad?
¿Cómo ser jardinero, hortelano de futuros, cuando el desierto avanza frente a nosotros?
Vaya pues este llamado desesperado a los que traen los verbos justos para estas épocas plagadas de injusticias.
Vengan muchachos y muchachas, los andamos necesitando, con urgencia.
Mientras vamos a ir charlando entre nosotros, a ver si algo se nos ocurre.