Por Mariano Apaolaza | mapaolaza@redaccion351.com
Foto: Gentileza Día a Día.
El día sábado fue de película para Talleres, literalmente. Una, proyectada en espacio Quality: que mostraba el amor por la camiseta, toda su historia y que toca a fondo el corazón del hincha albiazul. La otra, vivida en Adrogúe: con mucha tensión, drama. Con cambios repentinos de un minuto a otro y pasando de la alegría a la desazón en tan solo pocos segundos. Casi de terror.
En el día del estreno de “Locura que enamora mi ciudad”, el conjunto albiazul no supo aprovechar la superioridad demostrada ante Brown, y terminó perdiendo dos puntos en el último minuto.
En ataque: manejó la pelota, creó situaciones, incomodó a su rival. Pero no supo concretar ni liquidarlo. En defensa: un equipo tibio, dubitativo, cuyos propios errores son los que tiran por la borda todo lo generado en los 90 minutos de partido.
En el primer tiempo el desequilibrio tuvo nombre y apellido: Gonzalo Klusener. El goleador de la “T” estuvo en los momentos justos. Primero, a los 15’, para dominar un centro en el punto del penal y definir con categoría ante la salida atolondrada del arquero Giordano.
Sin embargo, llegó la primera desatención. A los 33’, Echeverría tomó dentro del área chica un rebote luego de un córner, y la empujó frente a un Santillo “atornillado” a la línea del arco. Pero otra vez estaba el goleador. A los 43’, mandó al fondo de la red un centro al medio ejecutado por Pavón.
El partido fue un tobogán de emociones. Con momentos para liquidarlo, salvadas, sufrimiento, palos, malas decisiones arbitrales. Todos los condimentos propios de un encuentro de tal envergadura. Propios de una final.
Una final que el albiazul no supo sobrellevar. No todos fueron conscientes del momento, de lo que estaba en juego. Y llegó la segunda desatención, mucho más cara que la primera. Cuando el tiempo se acababa y se jugaba con uno menos tras la infantil expulsión de Shaffer, llegó el cachetazo.
Centro cercano a la medialuna del área y otra vez apareció sólo Echeverría para conectar de cabeza y estampar la igualdad. Una igualdad que derrumbó todo lo elaborado, todo lo jugado, todo lo creado. Se pasó, de estar a tiro de los de arriba a tiro, a volver a tener la soga al cuello.
En fin, pareciera que la película sigue. Es una extensión de todo lo vivido. En donde el sufrimiento y la tensión, son los principales protagonistas. Ahora deberá ganar seis de siete para no depender de nadie. En el fútbol nada es imposible. Y, sin lugar a dudas, el final de esta película todavía no está escrito.
Síntesis
Brown (A): Matías Giordano; Joel Barbosa, Santiago Echeverría, Víctor Soto, Zelmar Garcia; Martín Fabbro, Facundo Lemos, Oscar Villamayor, Matías Sproat; Mariano Guerreiro y Jeremías Caggiano. DT: Pablo Vicó
Talleres: Pablo Santillo; Gastón Bottino, Esteban Burgos, Renzo Vera, José Shaffer; Ezequiel Barrionuevo, Nery Leyes, Agustín Díaz, Cristian Pavón; Fabio Álvarez y Gonzalo Klusener. DT: Jorge Ghiso
Goles: PT.: 15m Klusener (T), 33m Echeverría (B), 43m Klusener (T). ST.: 43m Echeverría (B).
Árbitro: Héctor Paletta (mal).
Cancha: Brown de Adrogué.